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lunes, 7 de octubre de 2013

Comprendiendo a los niños

El Ministerio de Niños es una responsabilidad sería, cada uno de sus niños es una persona por la cual Cristo dio su vida.  Debe enseñarles de la mejor forma posible.   Es importante comprender  a los niños, debemos comprender cada interés y cada necesidad de ellos si es que hemos de ser efectivos para enseñarles verdades espirituales.  De esta forma ellos verán la enseñanza de la Biblia como algo relevante en sus vidas.  Así que para el maestro cristiano la importancia de comprender a los niños es esencial.   Usted necesita saber como son ellos como personas y como ellos aprenden.  No solo se debe conocer la materia sino también a los niños.

Algunas ideas para como comprender mejor a los niños son:

.  Visitar sus hogares y saber algo respecto a sus familias.
.  Hablar individualmente.
.  Hacerles preguntas sobre sus intereses y temores.
.  Mirarlos con atención cuanto interactúan entre ellos.

Cada uno de estos puntos le puede ayudar a conocer algo sobre los niños.  Cuando visita sus hogares usted puede aprender mas acerca de sus familias, si son muchos o pocos, si son ricos o pobres.  Cuando habla individualmente con ellos para hacerles preguntas, usted puede descubrir sus intereses y miedos.  Al observarlos como se mezclan entre ellos usted puede ver cuales son los niños con confianza en si mismos y cuales con los tímidos, cuales son egoístas y cuales comparten, a cuales les gusta jugar en grupo o prefieren jugar por si solos.



Tres cosas que debemos comprender acerca de ellos:

1. Comprender el valor de los niños: A menudo miramos en menos a los niños, los consideramos menos importantes que los adultos.  Pero para Dios, el niño más pobre y sucio, tiene tanto valor como el rey más acaudalado, Jesús valoró a los niños tanto que dio su vida por ellos, por lo tanto, nosotros también deberíamos comprende su valor. 

Los niños son muy sensibles y les afecta profundamente nuestro trato hacia ellos.  Por lo tanto es muy importante que usted les muestre cuan valiosos son para usted, diciéndoles como Jesús los considera importantes, tratándoles con el mismo respecto que usted espera de ellos, haciéndoles saber cuanto usted los necesita y quiere y cultivando una relación de amor genuino y aceptación.  

Hay muchas formas por las cuales usted puede mostrarle a los niños que usted comprende su valor, por ejemplo, por el tipo de lenguaje que utiliza.  Como vimos. Debe hablarles con respeto.  Algunas veces no somos cuidadosos al elegir nuestras palabras, que muchas veces son dañinas para los niños.  Los maestros son personas que los niños respetan y admiran, démosle la oportunidad de seguir haciendo eso.

2.  Comprender las necesidades de los niños: Todo niño necesita un hogar, un hogar no es solo un edificio donde el niño recibe protección, ropa o comida, es mucho mas, un hogar debe proveer amor y seguridad.  Un niño que pierda esta seguridad en su hogar pronto muestra signos de inseguridad emocional.  Como maestros, no podemos proveer un hogar a los niños, esa es la responsabilidad de sus  padres.  Aquellos niños que vienen de hogares inseguros lo mostrarán en su comportamiento en la clase.

La seguridad no es meramente una condición física de estar a salvo de matones, es además la condición emocional de sentimientos de amor y seguridad en todas sus formas.  Este sentimiento de seguridad no depende del bienestar material sino de una atmósfera de amor, que se da en un hogar donde sus padres se interesan por el niño y lo disciplinan con sabiduría.

2. Comprender las características de los niños: El punto más importante para comprender las características de los niños es que están en una etapa formativa de sus vidas.  Cada niño esta desarrollando menta, física, emocional y espiritualmente.

 Con su mente el niño esta conociendo el mundo que lo rodea.
 Con su cuerpo esta aprendiendo a hacer cosas nuevas.
 Con sus emociones esta desarrollando gustos y actitudes.
 Con su espíritu esta desarrollando o no una relación con el Señor Jesucristo.

Mente, emociones, cuerpo y espíritu forman la personalidad de cada niño bajo su cuidado y cada uno de ellos es un individuo complejo.   Cada niño es un ser único y se desarrolla individualmente.  Cada área de su crecimiento afecta a las demás.  Por lo tanto no hay dos niños que sean iguales.  Ellos se diferencian en apariencia, en el color de los ojos, la piel y su personalidad.  Incluso en la misma familia dos niños pueden ser totalmente diferentes en  personalidad.



Incluso la posición en la familia puede hacer una diferencia.  A menudo el primer hijo puede ser más responsable, el del medio pude ser más inseguro y más joven mas feliz y sociable.  Además, los hombres desempeñan roles diferentes a las mujeres que se desarrollan en forma visible.

Son muchos los factores que afectan el desarrollo de los niños.  Al ir creciendo, cada uno tiende a reflejar diferentes características relacionadas con su edad.  En general podemos agrupar a los niños de acuerdo a su edad de la siguiente forma:

 4 a 6 años
 7 a 9 años
 10 a 12 años


Es importante que usted entienda todo lo posible sobre cada grupo de edad porque le permitirá relacionar la forma en que enseña a cada niño según su etapa correspondiente.  Siempre debe trabajar a favor de la etapa de desarrollo de los niños y no en contra.  Dios hizo a los niños como son.  Por lo tanto, no podemos quejarnos si los niños de 4 a 6 años no están siempre sentados, callados y quietos cuando el Señor los hace activos.

Algunos niños se desarrollan más rápidamente que otros.  Sin embargo, aun así los niños en cada grupo de edad tienen ciertos patr4ones de desarrollo físico, mental, emocional y espiritual que son diferentes a los niños de los otros grupos.  Es más fácil comprender y enfocar las necesidades de los niños cuando se enseña de acuerdo a su grupo de edad.  De esta manera usted pude acercarse más a ellos al conocer sus intereses particulares y sus problemas

lunes, 17 de junio de 2013

Desarrollar la autoestima en su hijo

Una autoestima sana es la armadura que protegerá a su hijo frente a los desafíos de la vida. Los niños que se sienten bien con ellos mismos son capaces de manejar mejor los conflictos y de resistir a las presiones negativas. Tienden a sonreír con mayor facilidad y a disfrutar de la vida. Estos niños son realistas y, por lo general, optimistas.
Por el contrario, para los niños con baja autoestima, los desafíos pueden ser fuentes importantes de ansiedad y frustración. Las personas que tienen una baja opinión de ellas mismas tienen dificultades para encontrar soluciones a los problemas. Si tienen pensamientos autocríticos como "no soy suficientemente bueno" o "no puedo hacer nada bien", pueden volverse pasivos, retraídos y deprimidos. Cuando tienen que hacer frente a un nuevo reto, su respuesta inmediata es "no puedo".
Aquí es donde usted puede desempeñar un papel importante para favorecer que su hijo tenga una autoestima sana.

¿Qué es la autoestima?

La autoestima es una serie de creencias o sentimientos hacia nosotros mismos, las percepciones que tenemos de nosotros. La manera como nos definimos influye en nuestras motivaciones, actitudes y comportamientos, e influye en nuestra respuesta emocional.
Los patrones de autoestima empiezan muy pronto en la vida. Por ejemplo, un niño pequeño que aprende a hacer algo nuevo experimenta un sentimiento de logro que refuerza la autoestima. Aprender a darse la vuelta después de un montón de intentos fallidos enseña a un bebé una actitud de "puedo hacerlo".
El concepto de éxito como consecuencia de la perseverancia empieza pronto. Cuando los niños intentan algo, fracasan, prueban de nuevo, fracasan otra vez y finalmente lo consiguen, se forman ideas sobre sus propias capacidades. Al mismo tiempo, están creando un concepto de ellos mismos basado en las interacciones con otras personas. Por eso, la implicación parental es fundamental para ayudar a los niños a formarse percepciones de ellos mismos sanas y verdaderas.
La autoestima también puede definirse como sentimientos de capacidad combinados con el sentimiento de ser amado. Un niño que es feliz cuando logra algo pero no se siente querido puede llegar a experimentar baja autoestima. De la misma manera, un niño que se siente amado pero que duda de sus capacidades puede también acabar sintiendo baja autoestima. Para desarrollar una autoestima sana, se necesita alcanzar un equilibrio correcto.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Desarrollando valores cristianos en los niños

El desarrollo de la niñez desde la perspectiva Bíblica...
Desarrollando valores cristianos en los niños

Introducción


Recientemente se celebró el día del niño en Costa Rica, al igual que se celebra en muchas naciones. No faltan las propuestas, promesas salvadoras y compromisos políticos para un futuro mejor para la niñez.

I. DIOS TIENE UNA VISION DE TRANSFORMACION

2 CORINTIOS 5: 17: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura ES; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (La dimensión del aquí y ahora)
ISAIAS 65: 17: Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento .
ROMANOS 12:2: No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

II. NIÑOS Y NIÑAS ESTAN EN EL CORAZON DE DIOS

MARCOS 9:37: El que reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí, sino al que me envió.
LUCAS 18:16: … Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el Reino de Dios. De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
MATEO 21:16: … Sí, nunca leisteis: De la boca de los niños y de los que maman, perfeccionaste la alabanza.

III. NIÑOS Y NIÑAS SON PARTE DE UNA FAMILIA Y COMUNIDAD.

DEUTERONOMIO 4:9 Por tanto, guárdate y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos , y a los hijos de tus hijos.
HECHOS 2:39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
EFESIOS 6:1-4 Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa… Y vosotros padres, no provoques a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.

IV. MINISTERIO CON NIÑOS REQUIERE SOSTENIBILIDAD

Si los niños y niñas son parte de una visión de Dios para transformar al mundo; Si los niños y niñas están en el corazón mismo de Dios y Si los niños y niñas son parte de una familia y comunidad, entonces la opción viable para facilitar su desarrollo, tiene que estar comprometida con sostenibilidad.

PROVERBIOS 22:6 Capacita al niño sobre como debe vivir. De esa manera, llegará a viejo y nunca se le olvidará.
ISAIAS 65: 19-20 … Y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor. No habrá más allí niño que muere de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla.
LUCAS 2:52 Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.

V. PREGUNTAS DE REFLEXION

Cómo percibimos a los niños en nuestro ministerio en la iglesia para servirlos?
Cuáles son las características principales del ministerio que realizamos con los niños?
De que manera esas características son congruentes o no con la visión de Dios?
Qué compromisos podemos adquirir para evitar el “paternalismo” y promover un desarrollo de los niños que promueve su “sostenibilidad” en la vida, congruente con la voluntad de Dios?




por Arturo Másquil
http://www.desarrollocristiano.com/articulo.php?id=405

jueves, 7 de febrero de 2013

Educando con sabiduría


Tristeza, amargura, odios, sentimientos de culpa, violencia intra familiar y otras sensaciones negativas, es lo que ha ocasionado la malacrianza de los hijos, una de las más grandes calamidades que ha azotado a las familias a través de los tiempos.

Esto me recuerda las palabras del salmista quien dijo: “Si son destruidos los fundamentos, ¿qué puede hacer el justo?” (Sal 11:3) ¡Fundamentos! ¡Qué palabra! Quisiera, con brevedad, esbozar algunos fundamentos que al tenerlos en cuenta nos ayudarán a criar hijos en el temor de Dios. Tomando prestada la idea del salmista convendría preguntarnos: ¿Qué han de hacer los padres creyentes en Dios con respecto a la crianza de sus hijos? ¿Cuál es la forma más apropiada?


Brindarles amor incondicional

Sólo esta relación amorosa puede garantizar el crecimiento de sus hijos hasta alcanzar un desarrollo integral pleno. Esto significa querer al niño sin importar su aspecto físico, sus debilidades, sus fortalezas, su manera de ser. Amor incondicional es aceptar a nuestros hijos tal cual son, aunque no encuadren dentro de nuestros estándares de inteligencia, emociones, belleza y fortaleza física.

Como predicador que soy me gusta mirar a cada persona a los ojos no sólo para ganar su atención sino también para decirles con mi mirada que lo que estoy predicando es para ellos, para cada uno en particular. La mirada directa es decisiva para conseguir un buen contacto comunicativo. Igual hago cuando hablo con mis dos hijos, los miro fijamente a los ojos y les expreso con ellos, mi cariño, aprobación, enojo, tristeza. Ellos saben cuando los miro fijamente a los ojos que no estoy jugando, que el asunto es serio.

El contacto físico es también algo de suprema importancia. Crecí en un hogar donde el único contacto físico que tenía, eran los puños violentos, los puntapiés, los garrotazos y demás, que mi padre me propinaba ante la más leve falta que yo cometiera, sin contar las obscenidades que me gritaba. Al ser cristiano y recibir de Dios el mandato de no exasperar a mis hijos, una de las cosas que más deleite me produce es abrazar a mis hijos, poderlos besar, acariciar, jugar con ellos. ¡Qué bendición poder hacer esto! Los padres no debieran albergar sentimientos de culpa al hacer esto por causa de los pedófilos, machistas, y prejuiciados. ¡NO! A través del contacto físico adecuado transmitimos a nuestros hijos amor, seguridad, amistad, confianza.


En este punto conviene también decir que la disciplina con amor y con propósito es muy necesaria para el desarrollo seguro de nuestros hijos y nunca debe pasarse por alto. Debe administrarse un castigo apropiado. Normalmente al castigar a mis hijos, primero les explico la razón por la cual los castigo y les dejo manifiesto que no es placentero para mí hacerlo, pero por el bien de ellos lo tengo que hacer. Proverbios 13:24 dice: El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.


Ayudándolos espiritualmente

Es muy importante que los padres conozcan a Dios y mantengan una comunión íntima con Él. Su cristianismo debe ser práctico si quieren afectar a sus hijos para esta vida y para la eternidad. Debe ser un cristiano genuino. De otra forma, debo decirlo, sus esfuerzos por criar bien a sus hijos serán muy limitados, si no vanos.

No es posible obligar a los hijos a que sean cristianos. En los asuntos espirituales es necesario tratar con su hijo con seriedad y razón, con calma, de igual manera que lo hace con otros asuntos. Tenga confianza en la Palabra de Dios. Lea la Biblia diariamente en su presencia. 

Tome tiempo para orar con cada hijo individualmente y también en el Altar Familiar (culto familiar cotidiano). Miguel Esteban, mi hijo de 13 años, ha leído la Biblia ya por seis ocasiones y a mediados de este año termina su séptima lectura. Marcos Miguel, el menor, de nueve años, ya la leyó una vez y va bien adelantado en la segunda lectura. Ellos siempre han visto a sus padres leyendo la Biblia. Y los hijos imitan todo lo que ven. – ¿Qué están viendo sus hijos en usted?

Los padres cristianos deben ejercer toda la diplomacia y la sabiduría que Dios puede darles para animar a los hijos a acercarse a esta decisión importante. Permita que la convicción del pecado tenga su efecto completo. No hay que perder esta oportunidad. ¡Gánese a sus hijos para Cristo! (Dt 11:19-20)

No espere hasta que su hijo esté envuelto en un accidente y lo lleven al hospital. No espere hasta que por un crimen lo lleven a la cárcel. Acuérdese del lamento amargo que David hizo por Absalón. Es un lamento largo que le consumirá el corazón (2 S 18:33).


El secreto es comenzar temprano

Los niños en su tierna edad, pueden tener una experiencia espiritual. Los padres deben tratar de que su hijo acepte a Cristo, haga una confesión pública, se bautice en agua, participe de la Cena del Señor con regularidad, y se haga miembro de la iglesia. Esto debe ser nuestro blanco y no se debe postergar hasta que sea un joven. Esto debe ser la meta de todo padre tan pronto que el hijo llegue a la edad de responsabilidad.

Lucas, un médico que conocía de ataques y posesión satánica nos cuenta en su evangelio de un padre desesperado que no podía seguir su trabajo viendo la manera en que el pecado estaba destrozando a su hijo. Él dijo al Hijo de Dios: “Maestro, te ruego que veas a mi hijo, pues es el único que tengo” (Lc 9:37-43). Este hombre pudo llevar a su hijo a casa en su juicio cabal, y no sin aprender la lección de ayunar, orar y creer por la libertad de su retoño.
¿Qué está haciendo usted padre por sus hijos? ¿Qué está haciendo usted madre en su propia casa? Recuerde que si se pierden los fundamentos, no hay nada que hacer. ¡Dios los asista en su labor de padres!

Miguel Benavides, http://www.conpoder.com/educando-a-nuestros-hijos-sabiamente/

Como criar hijos...


Si usted es como la mayoría de los padres, confiar plenamente sus hijos a Dios es algo que usted sabe que puede y debe hacer, pero que no le resulta fácil.

Desde el momento en que vemos a nuestros bebés a través de la ventana de la sala de niños recién nacidos del hospital, nos preparamos para protegerlos, educarlos y crear para ellos un entorno en el que puedan florecer y convertirse en todo lo que Dios quiere que sean. En los primeros años, si cometen algún tipo de equivocación, nuestra obligación es perdonarlos. Y no importa la edad que tengan, cuando sufren por algo, queremos hacerles menos dolorosa la experiencia.

Pero es fácil olvidar que no somos nosotros quienes más autoridad tenemos en esto. El Creador que formó a nuestros hijos en el vientre (Sal 139.13), y que ha contado todos los cabellos de sus cabezas (Mt 1.30), tiene un plan para sus vidas. Eso, por supuesto, está bien en teoría, pero ¿cómo confiar plenamente en Dios cuando un hijo se enferma gravemente, o cuando toma una decisión con consecuencias dolorosas, o cuando pasa toda una noche fuera de casa? ¿Qué sucede cuando uno duda de la capacidad que se tiene de criarlos, o cuando la imaginación nos recuerda todo lo que podría salir mal?

Dios nunca dijo que ser padres sería fácil (disculpe el cliché). Pero sí dijo que Él nunca nos dejará ni desamparará (He 13.5). Y nos recuerda que todo lo podemos en Él que nos fortalece (Fil 4.13). Sabemos también que el Señor no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (2 Ti 1.7). Estas son las promesas a las que podemos aferrarnos, no importa qué luchas tengamos.


Confianza en Dios para equiparlos

Para mi amiga Esperanza, el confiar simplemente en que Dios la ayudaría a ser buena madre, era un gran desafío. Lloró la primera vez que supo que estaba embarazada. “Nunca me relacioné mucho con mi madre”, me dijo. “Entonces, ¿cómo podría criar a una niña sin tener ningún ejemplo a imitar?” Mientras Esperanza conducía su auto yendo al trabajo, le hablaba a su hija por nacer, prometiéndole que sería una madre mejor que la que ella había tenido, y que desarrollaría con ella la relación que nunca había experimentado —todo esto mientras se preguntaba si Dios se habría equivocado.

“En algún punto, las cuestiones de mi pasado afectarían mi relación con mi hija”, dijo. “Pero había olvidado que Dios me había escogido de entre todas las personas del mundo para esta pequeña niña. Ahora veo que Él sabía lo que estaba haciendo, y me dio las herramientas que necesitaba, y cuando las necesitaba, para ser la madre apropiada para mis hijos. Ahora no puedo imaginar ninguna otra clase de vida”.

Confianza en Dios para disciplinarlos

Para mí, una de las cosas más difíciles en cuanto a la crianza, fue no hacer más de la cuenta por mis hijos —no recoger las cosas que dejaban tiradas, no ir corriendo a la escuela porque mi hija había olvidado su ropa de educación física o su clarinete, no comprarles todo lo que pensaban que necesitaban. Puede ser difícil no acudir de inmediato al rescate de nuestros hijos cuando han hecho algo mal. Aun cuando sabemos que la disciplina es para su propio bien, todavía puede ser tentador hacer todo por ellos “solo esta vez”.

Pero tenemos que preguntarnos: ¿Estamos realmente ayudándolos a convertirse en personas de carácter? La Biblia nos da este amplio panorama:

Dios tiene un plan perfecto para la vida de sus hijos (Sal 37.23).

Ese plan implica la disciplina misericordiosa necesaria para convertirlos en los hombres y las mujeres que Dios ha querido que sean (Pr 3.12).

Aun las cosas más difíciles que soporten sus hijos, ya sea por culpa de ellos o de otras personas, pueden ser utilizadas maravillosamente por Dios para revelar su gloria y desarrollar el carácter de nuestros hijos (Ro 8.28).

Carolina, otro amiga, se enfrentó con una pesadilla cuando su hijo fue arrestado por tráfico de drogas. “El saber que mi hijo iría a la cárcel, ha sido uno de los golpes de la vida que me ha hecho sentir más abatida”, recuerda. “Al comienzo, mi esposo y yo nos mantuvimos fuertes, sabiendo que habíamos dedicado nuestro hijo a Dios. Pero a medida que pasaba el tiempo y sus perspectivas se veían peor, sentí que mi fe no era suficiente”.

Ella decidió que tenía que salvar a su hijo, pero cuando éste recibió una sentencia de diez años, se vino abajo. “Entonces Dios me abrió los ojos, y me di cuenta de que mi hijo estaba vivo. Fue entonces cuando se lo entregué realmente al Señor”. Carolina ve ahora la gracia de Dios en la situación de su hijo. “Me doy cuenta ahora de que si hubiera podido encontrar la manera de lograr que lo pusieran en libertad, él probablemente no estaría vivo hoy. Al pensar en todo lo que estuvo metido, la cárcel le salvó la vida. A veces pensamos que somos nosotros los únicos que podemos hacer lo que se necesita. Dios tiene que recordarnos que Él tiene el control, y es mucho más capaz que nosotros para proteger a nuestros hijos”.


Confianza en Dios para salvarlos y guardarlos

Proverbios 22.6 nos dice: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”.Pero, ¿qué sucede cuando vemos a los hijos apartarse de ese “camino”? Tenemos entonces que recordar que nuestros hijos son obras maestras de Dios, creados en Cristo para la gran obra que Él ha dispuesto para ellos (Ef 2.10).

Teresa tuvo siempre una lucha para dejar que Dios hiciera su voluntad cuando se trataba de sus hijos. Pero el Espíritu Santo le recordaba constantemente lo que había sido su historia personal. “Dios me salvó cuando yo tenía quince años y viví muchos momentos difíciles. Mis padres rechazaron mi recién descubierta ‘religión’, e incluso me prohibieron ir a la iglesia. Pero aquí estoy. Comprendí que si Dios podía guardarme de todo, podía sin duda confiar en que Él haría lo mismo con mi hija”.

“Desde que nuestra hija era pequeña”, dice Teresa, “mi esposo y yo creímos que nuestra tarea era, en realidad, hacer hasta lo imposible para criarla. Cuando, en verdad, se trataba de enseñarle cómo quería Dios que viviera, ser ejemplo de devoción para ella con nuestras vidas, dejarle el paso libre, y confiar en que Él se encargaría de lo demás. Eso no significaba que sería fácil verla abandonar el nido. Pero nuestro consuelo era saber que su Padre perfecto nunca la abandonaría ni dejaría de darle lo que necesitara”.

Filipenses 1.6 nos recuerda: “El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. Nuestro Padre celestial se ha comprometido a terminar todo lo que Él comienza, incluso después de que le devolvamos la batuta que nos entregó.


por Mimi Greenwood Knight http://www.conpoder.com/la-crianza-de-los-hijos/

7 maneras creativas de orar en familia



¿Qué puede hacer su familia para incorporar la oración en su vida diaria? Considere estas ingeniosas ideas de la madre y escritora Mary DeMuth.

Usen la tecnología. Vivimos en la era digital, y nuestra familia ha aprendido el valor de la tecnología para orar los unos por los otros, utilizando el correo electrónico, los mensajes de texto, e incluso los sitios de redes sociales. He enviado mis peticiones de oración por correo electrónico a mis hijos: ellos han enviado mensajes de texto con sus peticiones, y yo les he respondido con oraciones específicas. Cuando viajo, oramos juntos por teléfono. Y cuando me escriben en Facebook acerca de sus peticiones, intercedo por ellos en mi respuesta.

Desconéctense. Muchas veces, a la oración se le da una importancia secundaria, por lo saturadas que están nuestras vidas. Cree una zona segura en su casa y un período de tiempo donde se desconecten por completo de la televisión, la música, la Internet y la computadora. En ese silencioso período, anime a sus hijos a escuchar a Dios, que es el otro lado de la oración que, con frecuencia, no practicamos. Pasen tiempo, como familia, compartiendo tranquilamente sus preocupaciones, alegrías y necesidades.

Pongan las peticiones por escrito. Cuando mis hijos eran pequeños, utilizábamos una pizarra para mantener el control de las peticiones, y para ver cómo las respondía Dios. Con tiza de colores, dividía la pizarra en tres secciones: fecha, petición y respuesta. Nos turnábamos para expresar nuestras peticiones; después, cada uno anotaba la fecha y la necesidad. Cuando Dios respondía específicamente nuestras oraciones, anotábamos la fecha y la forma como había respondido. Otras ideas son escribir las peticiones en un diario de la familia, o en una sencilla libreta. Llevar un control de la actividad de Dios, no importa la forma que se adopte, fortalecerá la fe de sus hijos y profundizará la determinación de ellos de comunicarse con Él.

Tomen un nombre para orar. Cada semana (o mes), que todos tomen al azar el nombre de otro miembro de la familia. Durante el tiempo designado, ore cada uno por esa persona.

Escuche, y luego actúe. En este mundo enloquecido algo que sus hijos necesitan es que usted los escuche con atención. Deténgase, escuche y esfuércese por escuchar lo que quieren decirle. Cuando compartan sus frustraciones o preocupaciones, ore por ellos en ese momento. No se limite a prometer que va a hacerlo después.

Utilicen los altibajos como trampolín. Cada noche, durante la cena, mencionamos las cosas buenas y malas del día. ¿Por qué no dar un paso más allá en la conversación utilizando esos altibajos como un trampolín para orar después de comer? Oren por quien esté a su izquierda o a su derecha, o al otro lado de la mesa.

Visiten lugares nuevos para orar. Piensen en la posibilidad de dar una caminata en el parque de su vecindario como otra forma de desconectarse del mundo y conectarse con el corazón de Dios en oración y estudio de su Palabra.

tomado de:  http://www.conpoder.com/7-maneras-creativas-de-orar-en-familia/

lunes, 7 de enero de 2013

Caractericas de una vida cristiana



En la vida hay cosas que a veces nos pueden parecer maravillosas, únicas o hasta incomparables, pero nada en el mundo se puede comparar con estar y experimentar la presencia de Cristo. Y cuando le servimos en alguna área del ministerio, es más importante tomar en cuenta algunas cosas que necesitamos tener en nuestra vida cristianan

Nosotros como jóvenes cristianos, debemos estar siempre buscando mas y mas de la presencia de Dios, y no darle al enemigo la oportunidad de venir a poner en nuestra mente ideas negativas, y hacer que el gozo de Dios se aparte de nuestras vidas. Recuerda joven; siempre debemos estar gozosos y tratando de experimentar cada vez mas a Cristo.

En filipenses 4:4-9, se expresa la definición de la realidad interna de una persona que vive y experimenta a Cristo. No podemos pensar en experimentar la presencia de Dios, si no estamos realmente dispuestos a hacerlo, en estos versículos, la palabra de Dios nos da nueve características que nosotros como jóvenes cristianos, debemos reunir para llevar una verdadera vida cristiana.

1. Estar siempre alegres: según el versículo 4, debemos estar siempre gozosos y regocijados. En libro de Filipenses las palabras gozo o regocíjense, se repite de 12 a 14 veces, entonces podemos ver que la clave para disfrutar de la verdadera presencia de Dios, es estar siempre gozosos, esto nos ayudara a cumplir o convivir con las otras características de la vida cristiana.

2. Ser gentiles (compresivos): en el versículo 5 la palabra de Dios nos dice que debemos como cristianos ser compresivos, quiere decir que no debemos tener en nuestras vidas vanagloria, debemos estar libres de toda rivalidad, murmuraciones, resentimientos y no discutir con otras personas. El Señor esta cerca, no debemos estar preocupados y debemos dejar que las personas que están a nuestro alrededor, nos vean y conozcan como personas moderadas, tranquilas, compresivas, que no nos irritamos ni molestamos, que estamos con paz y sosegados. Este es un aspecto que muestra una persona que vive a Cristo.

3. No ser afanados (preocupado, angustiados, inquietos): En el versículo 6, se nos dice que no seamos ansiosos, dice la palabra de Dios en este versículo, que no nos preocupemos por nada, si no que oremos y confesemos nuestra necesidad y demos gracias. El enemigo constantemente trae la preocupación, los problemas, la ansiedad, el afán a nuestras vidas y nos aleja de la comunión con Dios, por eso debemos llevar una vida que sea la expresión de Cristo y no preocuparnos, si no orar y dar gracias, creyendo que Dios escuchó y contestará nuestra necesidad, según nos dice Mateo 6:25 “...no os afanéis por vuestra vida, que habéis de comer o que habéis de vestir...”


4. Verdaderos: Debemos ser verdaderos en un vivir con Cristo, no falsedad, no mentiras, no debemos hacer nada en forma ligera sin pensar, solo debemos estar con la verdad y con trasparencia ante todo.

5. Honorables: Debemos tener dignidad, ser respetuosos con las personas que están a nuestro alrededor, que vean en nosotros cristianos honorables de verdad.

6. Justos: En Santiago 5:16, dice “...La oración eficaz del justo puede mucho...”, por lo tanto hay actuar correctamente esperando que Dios apruebe nuestros actos.

7. Puros: Debemos ser sencillos en nuestras acciones y hacer lo moralmente limpio ante los ojos de Dios.

8. Amables: En la sociedad en la que nos desenvolvemos, ser amable abre muchas puertas, por eso es mejor ser amable que no ser groseros o antipáticos, debemos como jóvenes cristianos tratar de darnos a querer por las personas que nos rodean.
9. Buen nombre: Hacer las cosas dejando una buena reputación, ser corteses, considerados y de buena fama, que se hable bien de nosotros como cristianos.

Cuando hayamos cumplido o adquirido estas características, la palabra de Dios nos dice que pasara con nosotros en el versículo 7, “Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardara vuestro corazón y vuestro entendimiento en Cristo Jesús”, además el versículo 9 nos dice “... y el Dios de paz estará con nosotros”.

Si tenemos a Cristo en nuestro corazón y queremos experimentar y vivir a Cristo, debemos aceptar y adoptar estas características, y hacerlas parte mi vida, solo pidamos a Dios que nos ayude a ser mejores jóvenes y nos de sabiduría para aprender a experimentar su presencia.


martes, 13 de noviembre de 2012

Bendiciendo a sus hijos


Como consejero, muy a menudo veo los beneficios y los resultados desgarradores de las elecciones que hacen los padres. Algunas veces es como si escuchara el lloro de Esaú al darse cuenta de que su hermano, Jacob, se había llevado la bendición de su padre: "Pero Esaú insistió: '¿Acaso tienes una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme también a mí!' Y

se echó a llorar" (Génesis 27:38).


La súplica desesperada de Esaú por obtener la aprobación de su padre puede escucharse actualmente en las familias. Los jóvenes están sedientos por obtener la aceptación de sus padres — anhelan que su madre y padre reafirmen su valor.
 Satisfacer la necesidad que tienen sus hijos de obtener afirmación no tiene que ser difícil. Una de las maneras de lograr esto es hacer lo que yo llamo “la bendición”. Esta bendición tiene cinco elementos definidos para forjar a sus hijos e hijas, y ayudarles a entender el valor que tienen en su familia y delante de Dios. Esos cinco elementos son:

-tacto apropiado y significativo.

-palabras de amor y aceptación.

-valor puesto en el niño(a).

-reconocimiento de un futuro especial.

-compromiso genuino.

Interpretándolo para su niño(a)

Aunque esta bendición contiene cinco elementos, cada niño(a) es único e interpretará esos cinco elementos de manera diferente. Para mi hija mayor, quien tiene una personalidad entusiasta, tacto apropiado significó un abrazo en la mañana. Mi hija menor se sintió afirmada al sentarnos, mi esposa o yo, enseguida de ella por un largo rato, quizás al leerle una historieta.

La edad es también un factor importante en cuanto a cómo el niño(a) recibe una bendición. A medida que vaya creciendo, su hijo o hija tal vez requiera un tipo de afirmación diferente. Una parte de mostrarle a sus hijos su aprobación y el valor que ellos tienen, es descubriendo cómo afirmarlos de una manera en la que ellos puedan entenderlo.

Bendiciendo a niños en edad preescolar y a párvulos

Los padres de familia pueden cantarles una bendición a los niños pequeños, aún cuando los niños no entiendan todo lo que se está diciendo. Cuando nuestras niñas estaban entre las edades de 2 y 6 años, mi esposa y yo les cantábamos una canción que habíamos creado especialmente para ellas. Decía: "Buenos días, Buenos días, ¿cómo amaneciste? El Señor te bendiga y te guarde todo el día." La canción era simple, pero ayudaba a nuestras hijas a empezar cada día con palabras que hablaban de nuestro amor y el amor de Dios hacia ellas.

Los niños pequeños son afirmados, y sus corazones se mantienen abiertos a Dios, cuando diariamente escuchan palabras referentes al amor que tiene sus padres, y Dios, por ellos.


Afirmando niños de edad escolar:

A medida que nuestras hijas crecían, mi esposa y yo buscamos maneras en las que pudiéramos seguir bendiciéndolas. Nos dimos cuenta que podíamos hacer esto durante el tiempo que nos tomaba llevarlas a la escuela.


Primero, permitíamos que nuestras hijas escogieran un CD para escucharlo mientras conducíamos. Luego, cada mañana, después de escuchar esta canción, mi esposa o yo nos estacionábamos frente a la escuela, volteábamos a verlas, tomábamos sus manos y orábamos por ellas y por su día. Tal vez orábamos por la amistad de una de ellas con alguien o por un examen ese día. Esta oración rápida e individualizada incluía tacto significativo y las unía con el futuro especial que Dios tenía para ellas ese día. Antes de bajarse del auto, ellas sabían que nuestro amor iba con ellas.


Usando bien las palabras con los adolescentes:

Para los jovencitos, la bendición puede ser aún más poderosa — particularmente cuando usted usa todos los cinco elementos como reacción a los retos y dificultades del adolescente. Eso es lo que mi madre hizo por mí cuando yo estaba en el último año de preparatoria.

Nunca olvidaré que estaba sentado cabizbajo en la vieja mesa, esperando lo que yo asumía que iba a suceder: Ella repetiría las palabras de los otros: "¿Por qué no puedes desempeñarte tan bien como tu hermano? Son gemelos, ¿o no?" Ese día, mi profesor dijo más que eso con sus acciones.

Él sostuvo mi trabajo escrito final como si estuviera cubierto con moho. Luego torció sus ojos antes de entregármelo. El resto de la clase tenía una sonrisa de complicidad y me hicieron bulla. Una calificación muy baja estaba escrita sobre mi trabajo, subrayada con pluma roja y en grande.

Esa no era mi primera calificación baja, pero había trabajado bastante duro con ese escrito. Y, si bien, pasé por alto la instrucción de mi profesor de incluir notas a pie de página, él puso en claro que yo era un perdedor. Esperé a que mi mamá terminara de leer mi trabajo escrito.

Finalmente habló. "John, mírame."

Ella ya había leído el trabajo final escrito por mi hermano gemelo — por el cual él había obtenido la más alta calificación, como siempre. - "Mírame," repitió.

Levanté mi cabeza, solo lo suficiente como para que mis ojos vieran sus ojos. Cuando lo hice, ella tomó mi mano al otro lado de la mesa. Mi madre tenía artritis reumatoide, y sus manos estaban retorcidas y dobladas. Su empuñe era increíblemente suave, pero una vez que sujetaba mi mano no podía zafarme sin lastimarla y hacerla llorar. Estaba atascado.

Me sentí quebrantado y avergonzado.

Ella dijo, "John, pudiste haberme despertado y te pude haber ayudado con las notas a pié de página." Cuando bajé mi cabeza nuevamente, ella continuó, "No me importa lo que tu profesor dijo o escribió. Tú haces un buen trabajo usando las palabras cuando escribes, que no me sorprendería si Dios usara tus palabras algún día para ayudar a la gente."



En ese momento, ella me dio un regalo que continúa moldeando mi vida hoy. Ella usó los cinco elementos de la bendición bíblica para hacerme saber que yo tenía valor:

Tacto significativo – Con su empuñe, dijo, "Te amo. Creo en ti."

Palabras de amor y aceptación – Las palabras de mi madre fueron directas, y aún cuando lo que ella decía no era lo que yo quería escuchar, ella hablaba con una dulce amabilidad.

Valor puesto en el niño(a) – Ella vio el potencial en mí, y sus palabras hablaron de mi valor.

Reconocimiento de un futuro especial – Ella me dirigió a un futuro en donde Dios un día podría usar mis palabras para ayudar a otros.

Compromiso genuino – Mi mamá no era perfecta. Algunas veces se cansaba y frustraba conmigo, pero nunca dudé de su amor o compromiso hacia mí.


El reto de la bendición

¿Le gustaría cambiar la vida de sus hijos? Si es así, sea parte de El Reto de la Bendición — que es un millón de padres eligiendo cambiar la vida de los hijos, un niño a la vez, dando un primer paso, simple pero poderoso: escribiendo y leyéndole una bendición a sus hijos. Comparta su historia de afirmación u obtenga más información sobre este reto en TheBlessing.com.

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Dr. John Trent es el co-autor de The Blessing ("La Bendición"), un libro que muestra a los padres de familia cómo afirmar a sus hijos y a otras personas. La edición del 25vo aniversario fue publicada este mes.

Permitiendo que Dios Sane Corazones Rotos


Las Madres y los Padres solteros deben estar consientes de la carga que los niños llevan como resultado de la pérdida o negligencia de un padre o madre.

Melodie Claire Miller

Traducido por Lucrecia Bolaños para Enfoque a la Familia. Editado por Guiselle Jiménez

El dolor de la separación y el divorcio puede ser abrumador para aquellos que quedan

atrás recogiendo las piezas de una familia rota. Desafortunadamente, mis hijos estaban pequeños cuando su padre abandonó el hogar y tuvieron que lidiar con sentimientos de rechazo y abandono.

Las primeras semanas fueron brutales. Reconfortar a los niños aunado a lidiar con mi corazón roto fue agotador. Tuve que sostener en brazos a mi hija Emelia de 3 años, y a mi hijo Elías de 2 años, por horas, mientras lloraban.

Elías estaba muy triste por la ausencia de su padre, pero no podía expresar verbalmente sus sentimientos. A media noche podía despertarse gritando. También surgían momentos en los que Elías vagaba alrededor del cuarto llorando, sin saber que hacer por sí mismo, hasta que colapsaba rendido en el piso. Minutos después, se ponía de pie desesperado para iniciar con el mismo patrón.

A veces lo abrazaba con un gran abrazo de oso. Otras me sentaba en el piso y lo mecía con lágrimas en la cara. Le decía: “Mamá está aquí. Te tengo. Te quiero. No llores más bebé. Elías por favor para. Estás bien. Estás a salvo. Mamá está aquí.” Para silenciarlo, le empecé a cantar a mi hijo. “Dios me quiere, así es, la Biblia me lo dice”. Finalmente, le imploraba a Dios, rogando que reconfortara el alma de Elías con la paz que solo Jesús puede dar.

Proverbios 31:8 nos dice, " Levanta la voz por los que no tienen voz; ¡defiende a los indefensos!" Por lo tanto, yo intercedía por mis hijos, que tenían su corazón roto y le pedía al Señor que los protegiera de los pecados de su padre.

El sollozo de Elías duró muchas noches. Continué abrazándolo, meciéndolo, cantándole himnos y rezando hasta que se durmiera. Su angustia fue disminuyendo poco a poco. Finalmente, durmió bien durante toda la noche.

Aprendí valiosas lecciones acerca de Dios a través de esos momentos difíciles. Comprendí que Dios es: Mi Confortador: Al principio del doloroso camino, me negué a pedirle apoyo a Jesús. Me involucré tanto en intentar averiguar qué estaba pasando y arreglar las cosas por mí misma, que al final lo que hice fue agregar más peso de lo que podía manejar.

Cristo dijo: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar. Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso. Porque el yugo que les pongo y la carga que les doy a llevar son ligeros. " (Mateo 11:28-30).

Dios se preocupa profundamente y conoce mis aflicciones. Dios ve mi trabajo, y conoce la angustia de mi alma (Salmo 31:7). Cuando compartí mi dolor por el corazón roto de mi hijo, mi Padre celestial sintió mi pena. Necesito recordar subirme en los regazos de mi Padre cuando me siento impotentemente sola. Él anhela amarme consolarme en medio de mi sufrimiento.

Mi Intercesor. Llevo una vívida imagen en mi mente de Dios mirándome cómo yo trataba de ayudar a mi pequeño hijo sin pedirle fuerza y guía a Él. Romanos 8:26-27 dice, " De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Porque no sabemos orar como es debido, pero el Espíritu mismo ruega a Dios por nosotros, con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe qué es lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega, conforme a la voluntad de Dios."

Mi Todo en Todo. Cuando llamé a Jesús, él se asoció conmigo en el cuidado de mis hijos. No podía haber continuado sin Él. Aprendí que Dios no es solo mi Padre, pero Él también es mi Esposo y el Padre de mis hijos. Él me demostró que yo no era una madre soltera, que no estaba sola. El Señor estaba caminando cada paso a mi lado a través de valles profundos y lugares solitarios.

Los niños sufren de innumerables maneras cuando un padre o una madre faltan en el hogar. De repente y equívocamente son privados del afecto físico y seguridad emocional, aspectos esenciales para su desarrollo. Madres y padres solteros necesitan estar conscientes de la carga que llevan sus hijos como resultado de la pérdida o abandono de un padre.

Si estamos muy atrapados en nuestra soledad y dolor, fallamos en ver el dolor de ellos. Las consecuencias pueden ser graves si no ayudamos a nuestros hijos a entregar sus cargas a Dios. Por lo tanto debemos hacer lo siguiente:

Satisfacer sus necesidades. Tenemos que permanecer en Cristo todos los días para que Él pueda amar y cuidar de ellos a través de nosotros. Cuando nos preocupamos por nuestros hijos, también ministramos el corazón de Dios.

Enseñarles. Debemos demostrar y enseñar a nuestros hijos a confiar en Dios y rezar para que ellos también puedan llevar sus cargas a los pies de Jesús, que dijo: " No los voy a dejar huérfanos; volveré para estar con ustedes." (Juan 14:18). Durante este tiempo, enseñé a mis hijos sobre las promesas especiales de Dios, y fue un gran alivio para ellos. Ellos saben que É les su Padre que los escucha y siempre está disponible para hablarle.

Permitirle a Dios trabajar. Él fielmente sanará nuestras heridas y renovará nuestra esperanza, si confiamos en Él para satisfacer nuestras necesidades más profundas. Con Él, el quebrantamiento se convierte en bendición. Y las heridas de una familia se curan a través de Jesucristo.
tomado de: https://www.facebook.com/pages/Bits-de-lectura-e-inteligencia/315224105155519?ref=ts&fref=ts
A tu Hijo o hija:

"Enséñale a caminar y no reproches cuando tropiece para aprender o cuando elija caminos que no coincidan con los tuyos. 

Enséñale a hablar y luego no lo reprendas cuando deje de repetir tus palabras para pronunciar las suyas. 

Enséñale a pensar y no lo condenes cuando lo que piense no coincida con lo que piensas tu. 

Enséñale a amar y no te interpongas en su camino cuando el decida donde poner su corazón. 

Enséñale a ser libre y no pretendas cortarle las alas cuando el ensaye su propio camino......"


tomado de: https://www.facebook.com/pages/Bits-de-lectura-e-inteligencia/315224105155519?ref=ts&fref=ts

martes, 30 de octubre de 2012

Como se comunican los bebés?


En todo el mundo los niños aprenden a hablar sin instrucciones precisas.  La primera palabra.  Ese momento mágico,  casi nunca pensamos por qué este momento es tan mágico?   Consideremos lo que está detrás de la elaboración de la primera palabra.  Dentro del proceso de desarrollo del lenguaje infantil,  la pronunciación  del "ta-ta", "da-da" o "ga-ga", que el bebe repite para alegría de sus padres incluso sin que nadie les enseñe cómo hacerlo, representa la manifestación de las raíces del desarrollo del lenguaje en los humanos.

“El lenguaje es un aprendizaje natural, que aparece gracias a
aptitudes específicas y se desarrolla con la interrelación social. La comunicación por medio del lenguaje es la mayor proeza de la especie humana”.
 
El niño (a)  tiene que  destacar la palabra “pa pa” en medio de toda el habla que escucha diariamente; también debe distinguir en dónde empiezan y terminan los vocablos de las cascadas de palabras que derraman sobre él.   El problema del niño en este momento es similar,  a lo que sucede cuando un adulto viaja a otro país y no habla el respectivo idioma,  pues reconocer frases en los torrentes de oraciones que le llegan por todos lados parece inútil.    Las palabras que oye un turista no tienen comas ni están separadas por espacios; de hecho, pareciera que la gente habla con rapidez excesiva.   Con  toda esta situación, un niño aproximadamente de 11 meses resuelve este problema y encuentra la palabra papá y muchas otras.

Discernir papá es sólo una parte de la solución, el segundo obstáculo al que el niño se enfrenta es resolver que significa papá?  Por último el niño tiene que hallar el modo preciso de acomodar sus órganos articulatorios para pronunciar esa palabra.  Saber utilizar la boca es como tocar un instrumento complejo: si uno no toca el lugar preciso,  pronuncia una palabra totalmente diferente.   Por tanto para un niño el lenguaje  es como un trabalenguas, y antes de que articule esa primera palabra debe tener múltiples logros que le van preparando el terreno para lograrlo.

¿Cómo es la comunicación del recién nacido?

El aprendizaje fetal integra los cimientos de lo que los bebés hacen como recién nacidos.    Así que los bebés pueden oír,  cuando el bebé nace no solo oye, sino también llora y llora.  La naturaleza los ha dotado con el llanto,  potente herramienta para atraer la atención.    La cantidad de llanto aumenta hasta que el bebé tiene  aproximadamente dos meses y luego disminuye (sirena biológica).

La naturaleza es maravillosa: los bebés lloran cuando se sienten incómodos y nosotros nos sentimos mal al escuchar el llanto, por lo que no es de sorprender que los padres intentarán cualquier cosa por conseguir que el  bebé deje de llorar.   El llanto no es un lenguaje, pero es una de las primeras formas que nos ayudan a interpretar los sentimientos y necesidades del bebé, por lo que el llanto junto con la sonrisa, comienzan el diálogo entre los padres y los bebés, un diálogo que se irá refinando y enriqueciendo conforme se desarrolla el lenguaje. 

El silencio no es oro
.  No hace mucho tiempo que los especialistas del cuidado infantil recomendaban que se conservara al bebé en ambientes silenciosos.    Ahora se recomienda a los padres  y  madres  que  conversen con ellos, que los toquen,  que los abracen tiernamente, con el fin de que obtengan suficiente estimulación táctil.   Ya que con esa estimulación natural ellos florecen.

Evolución de la adquisición del lenguaje en el bebé.

  • Comunicación Prelinguística.
El niño, desde muy temprano, presenta una gran atención al habla, especialmente a la de su madre comunicándose con ella por ejemplo al voltear la cabeza cuando escucha su voz. La primera acción comunicativa del niño es el llanto, lo que a su vez incentivará a los padres a realizar alguna conducta. A las 6 semanas el niño sonríe, a las 12 semanas sonríe cuando le hablan y producen sonidos de carácter vocal. A las 20 semanas sus sonidos son entremezclando consonantes.
A los 6 meses aparece el balbuceo y a los 8 se hacen más frecuentes las repeticiones y hay estructuras de entonación que pueden indicar emociones. A los 10 meses emite sonidos de juego como los gorgoritos y realiza imitaciones de sonido. Al descubrir nuevos sonidos, los repite “laleo o balbuceo”.   Emite cadenas de sílabas.  El balbuceo es como armar un rompecabezas, cerca de los 8 meses se da el balbuceo diferenciado donde se empiezan a utilizar distintas sílabas ensartadas unas con otras.
  • Pre-lenguaje.
El niño emite sus primeras palabras al final del primer año, primero refiriéndose a objetos y personas y luego a descripciones del ambiente. Estas primeras palabras contienen pocos elementos fonéticos porque en general se refieren a categorías muy amplias en cuanto a objetos y acciones.
 
Etapa 1.

Comienza a los 18 meses aproximadamente, se empiezan a formar frases que tienen generalmente dos palabras pudiendo llegar a siete. El lenguaje telegráfico es que las frases imitadas por el niño sufren un proceso de reducción característico. 
 
Etapa II.

El niño tiene un vocabulario de más de 50 palabras y utiliza elementos que modifican el significado de las palabras, dando pluralidad y tiempo, y estableciendo relaciones entre otros elementos. El niño, en esta etapa busca patrones en el lenguaje.
  • Es recomendable:
Imitar los balbuceos y gorgoteos que emite el niño sólo en los primeros meses; colocar sus manos sobre nuestros labios entre seis y doce meses; y repetirle las vocales exagerando la pronunciación.

Cuando en la familia existe un ambiente estimulante y educativo que favorece el desarrollo lingüístico del niño estamos contribuyendo a proporcionarle un instrumento que le facilitará la adaptación social y su desarrollo personal. En general, todos los niños requieren cierto grado de estimulación dentro del hogar para que el aprendizaje del lenguaje se realice. 

En el caso del lenguaje, la imitación produce un doble efecto positivo en el niño.  Por un lado se oye hablar a sí mismo, lo cual lo ayuda a controlar sus emisiones y, por otro, escucha al adulto, que lo motiva a ajustar las palabras a un modelo que le permitirá corregir y mejorar su lenguaje poco a poco.   De aquí la conveniencia de hablar a  los niños con claridad, sin ceder demasiadas veces a la tentación de imitarlos, ya que si los pequeños escuchan continuamente un modelo erróneo igual al que ellos producen puede retrasarse la adquisición de un lenguaje correcto.  Ocurre lo mismo si tomamos sus defectos como una gracia, pues vamos a favorecer la tendencia en el niño o niña a repetirlo igual y a reforzarle de este modo una pronunciación defectuosa.

No es conveniente tampoco el uso continuado de diminutivos, el niño de corta edad tiende a omitir la primera parte de la palabra, por lo que puede llegar a hablar con una serie de “itos” que evidentemente dificultarán la comunicación.  Las designaciones abreviadas y las onomatopeyas (guau – guau por perro) utilizadas como medio de nombrar objetos producen el mismo efecto, además de entorpecer el aprendizaje correcto de las palabras.

tomado de: http://www.elabcdelospadres.com/articulos/articulo4.html
Escrito por Nathalia Calderon Astorga

miércoles, 3 de octubre de 2012

Sólo dile “No” a la tentación

"Pero, en cuanto al fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: 'No coman de e ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal'" (Génesis 3:3-5 - NVI).

Mmmm…estas galletitas se ven muy bien. Estoy tentado a comerme una ahora mismo. Tentación… Es una palabra difícil ¿no? ¿Qué significa? Tentación es el deseo de hacer o tener algo que sabes que no es correcto. El comer una galleta no es pecado, pero podría ser inadecuado en algunos momentos. Déjame contarte una historia que puede ayudarte a ver cómo el comer una galleta puede ser incorrecto.
Un dia Jorge fue a la cocina justo cuando su mamá ponía la última tanda de galletas recién horneadas en un plato. “¡Que bueno! ¡Galletas con pedacitos de chocolate (“chocolate chip cookies”)!, dijo Jorge mientras alcanzaba una galleta.
¡Deja la galleta donde estaba!, dijo la mamá de Jorge. “Serviremos la cena dentro de poco y la merienda te va a quitar el apetito. Puedes comer galletas después de la cena.
“Está bien,” dijo Jorge al devolver la galleta al plato. “Voy a jugar con Roberto.”
Jorge y Roberto jugaron por un rato, pero después entraron a la casa a tomar agua. Las galletas estaban en la mesa todavía. “¡Mira”, dijo Roberto, “galletitas con pedacitos de chocolate! Comámonos una.”
“Mi mamá me dijo que no comiera galletas porque me quitaría el apetito.”
“Ayyy, chico,” suplicó Roberto, “una galletita no te va a quitar el apetito.”
“Bueno, creo que no me hará daño el comerme sólo una,” dijo Jorge estando de acuerdo con Roberto. Justo cuando terminaron, Susana, la hermana de Jorge, entró a la cocina. “Mami hizo galletas y están bien sabrosas. ¿Quieres una?” Así que todos comieron una galleta.
Esa noche en la cena Jorge no tenía mucha hambre. Su mamá notó que no estaba comiendo. “No estás comiendo. ¿Te pasa algo?”, preguntó su mamá.

“No, no tengo mucha hambre,” dijo Jorge.

“Me desobedeciste y comiste galletas antes de la cena, ¿no es así?”

“Sí, pero Roberto dijo que no me quitaría el apetito si nos comíamos una… o dos,” indicó Jorge tímidamente.

“Estoy muy decepcionada,” dijo la mamá. “porque me desobedeciste, no podrás salir con tu amigos el sábado. Te quedarás en casa y me ayudarás a limpiarla.”

¿Te suena familiar esta historia? Debía, porque es muy parecida a la historia de Adán y Eva que está en Génesis, el primer libro de la Biblia. Dios le dio a Adán y a Eva un bello hogar en el Jardín del Edén. Tenían todo lo que necesitaban, pero Dios esperaba que le obedecieran. Les dijo que podían comer del fruto de los árboles del jardín, pero también les dijo: "No coman de ese árbol, ni lo toquen; de lo contrario, morirán."

Entonces llegó el diablo. “¡No es cierto, no van a morir!,” le dijo a Eva. “Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal.” Así que Eva comió la fruta y le dio a Adán. Cuando Dios le preguntó si habían comido del árbol, ellos comenzaron a jugar el juego de “echarle la culpa a otro.” Adán culpó a Eva y Eva culpó a Satanás, pero aún así Dios los castigó por el mal que habían cometido. Dios les hizo salir del jardín.

¿Sabes que el diablo tentó aún a Jesús para que hiciera cosas que no debía? Pues así fué. Jesús le contestó con la Escritura. Esa es una buena manera de derrotar a Satanás ¿no es así? Lee la Biblia y cuando el diablo se acerque de tí, sólo dile “No” a la tentación.

Padre, deseamos ser como Jesús. Ayúdanos a decir, “No” a Satanás cuando nos tiente a hacer lo malo. Amén.


tomado de: http://sermons4kids.com/just_say_no_esp.htm

Dejen a los niños venir



Empezaron a llevarle niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban. Cuando Jesús se dio cuenta, se indignó y les dijo: "Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos. Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño, de ninguna manera entrará en él." Y después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos. Marcos 10:13-16 (NVI).

¿Cómo llegaron a la iglesia esta mañana? Me imagino que la mayoría de ustedes vinieron con sus padres. Quizás otros vinieron con sus abuelitos. Algunos niños pude ser que hayan venido con tías, tíos, primos, hermanos o hermanas. Tal vez alguno haya venido con su maestra de Escuela Bíblica o con un amigo o amiga. De una cosa estoy seguro: a menos que vivas tan cerca de la iglesia que puedas venir caminando, alguien tiene que traerte. ¿Alguno de ustedes tiene la edad necesaria para guiar? Imaginé que no.

Creo que es fantástico que alguien tuviera el deseo de traerte a la iglesia. Eso me indica que desean asegurarse de que aprendas acerca de Jesús y de su amor por tí. Porque tú estás aquí hoy, es posible que Jesús toque tu corazón y cambie tu vida.

Un día, Jesús estaba enseñando a sus discípulos y una multitud le seguía para poder escuchar lo que estaba enseñando. Él estaba hablando acerca del matrimonio y el divorcio y cuánto deseaba Dios que tuvieran hogares felices.

Mientras Jesús enseñaba, las personas comenzaron a traerle a sus hijos para que los tocara. Los discípulos se molestaron cuando los niños interrumpieron a Jesús mientras enseñaba. Los discípulos les dijeron a las personas que se llevaran a sus hijos. Cuando Jesús vio lo que estaban haciendo, se molestó. “Dejad a los niños venir a mí y no se los impidáis,” dijo Jesús, “porque de ellos es el reino de los cielos.” Entonces Jesús tomó a los niños en sus brazos y los bendijo.

Debemos siempre recordar que Jesús amaba a los niños y los tomó en sus brazos amorosos. Estamos agradecidos por cada uno de ustedes y de que alguien los ame lo suficiente para traerlos aquí.

Querido Padre, amamos a los niños tal como Jesús los amó y estamos agradecidos de que estos niños tengan a alguien que los ame lo suficiente para traerlos aquí. En el nombre de Jesús oramos. Amén.


tomado de:  http://www.sermons4kids.com/mensajes_para_ninos.htm

jueves, 27 de septiembre de 2012

Confias en Dios??

Jesús dice en el pasaje del Evangelio que nosotros nunca debemos ocultar la luz que él nos ha dado. Si queremos estar unidos a Cristo, todo lo que tenemos (que es de él), debe ser compartido con los demás, porque la naturaleza de Cristo es compartir todo lo que es bueno. Quedarnos con algo para nosotros mismos es ser muy diferentes a él; esto hace que su luz dentro de nosotros se debilite y lo poco a lo que intentamos aferrarnos se pierde.
Nuestra capacidad de amar como Cristo, por ejemplo, crece más fuerte cuando nosotros damos el amor por medio de sacrificio y de buena gana, como él lo hizo.


La primera lectura de hoy explica eso, para recibir las bendiciones de Dios, debemos tomar acciones inmediatas, siempre que podamos hacer algo que beneficie a los demás. No actuamos con amor cuando somos arrogantes y desagradables.


La bondad de Dios está siempre disponible a nosotros, pero para experimentarla más, tenemos que estar unidos a él en el compartir de su bondad con los demás. Cuándo nosotros tratamos bien a los demás, nosotros avivamos el fuego - hacemos la luz más fuerte - de nuestra unidad con Cristo, y en esa relación intima, nosotros experimentamos más de su amor y bondad incondicional.

Por lo contrario, rompemos esa unidad y ocultamos la luz de Cristo siempre que somos avaros en el amor, en las donaciones financieras, en las posesiones y con el uso de nuestros talentos y tiempo. Tal egoísmo viene del temor: Tenemos miedo que algo malo nos sucederá si regalamos más de que lo que hemos calculado que está seguro. ¡Y podríamos tener razón! Pero el amor incluye el sacrificio; el temor no es divino.


El temor es una oscuridad que cubre con una túnica la luz de Cristo. ¿Confiamos en Dios o no? El temor dice que no. ¿Creemos que Dios puede y hará que algo bueno resulte de algo malo?   El temor dice que no. El amor dice que sí, pero el amor no siempre es lógico ni está protegido del dolor. Somos recordados de eso cada vez que miramos una imagen de la crucifixión de Cristo.

Jesús dice, "Al que tiene, se le dará," pero sólo porque nosotros lo regalamos. Si limitamos nuestra generosidad y retenemos el amor o la bondad o cualquier otra bendición que Dios nos ha dado a nosotros, entonces nosotros limitamos el combustible de Dios para la llama. Y así, "al que no tiene, se le quitara hasta lo que cree tener". Es peligroso ocultar la luz de Cristo.

¿Qué tan encendida, entusiasmada e ilusionada está tú fe? ¿Está creciendo o marchitándose tú espíritu? ¿Qué estás reteniendo, protegiéndolo para ti mismo? Para llegar a estar más unido a Cristo y a toda su bondad, mira dentro de ti y ponte en contacto con la alegría que sentirías si te deshicieras de los temores que han estado oscureciendo tú vida.


tomado de: Refexiones para el alma