El Ministerio de Niños es una responsabilidad sería, cada uno de sus niños es una persona por la cual Cristo dio su vida. Debe enseñarles de la mejor forma posible. Es importante comprender a los niños, debemos comprender cada interés y cada necesidad de ellos si es que hemos de ser efectivos para enseñarles verdades espirituales. De esta forma ellos verán la enseñanza de la Biblia como algo relevante en sus vidas. Así que para el maestro cristiano la importancia de comprender a los niños es esencial. Usted necesita saber como son ellos como personas y como ellos aprenden. No solo se debe conocer la materia sino también a los niños.
Algunas ideas para como comprender mejor a los niños son:
. Visitar sus hogares y saber algo respecto a sus familias.
. Hablar individualmente.
. Hacerles preguntas sobre sus intereses y temores.
. Mirarlos con atención cuanto interactúan entre ellos.
Cada uno de estos puntos le puede ayudar a conocer algo sobre los niños. Cuando visita sus hogares usted puede aprender mas acerca de sus familias, si son muchos o pocos, si son ricos o pobres. Cuando habla individualmente con ellos para hacerles preguntas, usted puede descubrir sus intereses y miedos. Al observarlos como se mezclan entre ellos usted puede ver cuales son los niños con confianza en si mismos y cuales con los tímidos, cuales son egoístas y cuales comparten, a cuales les gusta jugar en grupo o prefieren jugar por si solos.
Tres cosas que debemos comprender acerca de ellos:
1. Comprender el valor de los niños: A menudo miramos en menos a los niños, los consideramos menos importantes que los adultos. Pero para Dios, el niño más pobre y sucio, tiene tanto valor como el rey más acaudalado, Jesús valoró a los niños tanto que dio su vida por ellos, por lo tanto, nosotros también deberíamos comprende su valor.
Los niños son muy sensibles y les afecta profundamente nuestro trato hacia ellos. Por lo tanto es muy importante que usted les muestre cuan valiosos son para usted, diciéndoles como Jesús los considera importantes, tratándoles con el mismo respecto que usted espera de ellos, haciéndoles saber cuanto usted los necesita y quiere y cultivando una relación de amor genuino y aceptación.
Hay muchas formas por las cuales usted puede mostrarle a los niños que usted comprende su valor, por ejemplo, por el tipo de lenguaje que utiliza. Como vimos. Debe hablarles con respeto. Algunas veces no somos cuidadosos al elegir nuestras palabras, que muchas veces son dañinas para los niños. Los maestros son personas que los niños respetan y admiran, démosle la oportunidad de seguir haciendo eso.
2. Comprender las necesidades de los niños: Todo niño necesita un hogar, un hogar no es solo un edificio donde el niño recibe protección, ropa o comida, es mucho mas, un hogar debe proveer amor y seguridad. Un niño que pierda esta seguridad en su hogar pronto muestra signos de inseguridad emocional. Como maestros, no podemos proveer un hogar a los niños, esa es la responsabilidad de sus padres. Aquellos niños que vienen de hogares inseguros lo mostrarán en su comportamiento en la clase.
La seguridad no es meramente una condición física de estar a salvo de matones, es además la condición emocional de sentimientos de amor y seguridad en todas sus formas. Este sentimiento de seguridad no depende del bienestar material sino de una atmósfera de amor, que se da en un hogar donde sus padres se interesan por el niño y lo disciplinan con sabiduría.
2. Comprender las características de los niños: El punto más importante para comprender las características de los niños es que están en una etapa formativa de sus vidas. Cada niño esta desarrollando menta, física, emocional y espiritualmente.
Con su mente el niño esta conociendo el mundo que lo rodea.
Con su cuerpo esta aprendiendo a hacer cosas nuevas.
Con sus emociones esta desarrollando gustos y actitudes.
Con su espíritu esta desarrollando o no una relación con el Señor Jesucristo.
Mente, emociones, cuerpo y espíritu forman la personalidad de cada niño bajo su cuidado y cada uno de ellos es un individuo complejo. Cada niño es un ser único y se desarrolla individualmente. Cada área de su crecimiento afecta a las demás. Por lo tanto no hay dos niños que sean iguales. Ellos se diferencian en apariencia, en el color de los ojos, la piel y su personalidad. Incluso en la misma familia dos niños pueden ser totalmente diferentes en personalidad.
Incluso la posición en la familia puede hacer una diferencia. A menudo el primer hijo puede ser más responsable, el del medio pude ser más inseguro y más joven mas feliz y sociable. Además, los hombres desempeñan roles diferentes a las mujeres que se desarrollan en forma visible.
Son muchos los factores que afectan el desarrollo de los niños. Al ir creciendo, cada uno tiende a reflejar diferentes características relacionadas con su edad. En general podemos agrupar a los niños de acuerdo a su edad de la siguiente forma:
4 a 6 años
7 a 9 años
10 a 12 años
Es importante que usted entienda todo lo posible sobre cada grupo de edad porque le permitirá relacionar la forma en que enseña a cada niño según su etapa correspondiente. Siempre debe trabajar a favor de la etapa de desarrollo de los niños y no en contra. Dios hizo a los niños como son. Por lo tanto, no podemos quejarnos si los niños de 4 a 6 años no están siempre sentados, callados y quietos cuando el Señor los hace activos.
Algunos niños se desarrollan más rápidamente que otros. Sin embargo, aun así los niños en cada grupo de edad tienen ciertos patr4ones de desarrollo físico, mental, emocional y espiritual que son diferentes a los niños de los otros grupos. Es más fácil comprender y enfocar las necesidades de los niños cuando se enseña de acuerdo a su grupo de edad. De esta manera usted pude acercarse más a ellos al conocer sus intereses particulares y sus problemas
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lunes, 7 de octubre de 2013
Comprendiendo a los niños
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viernes, 9 de agosto de 2013
Hiperactividad en los niños
"No
siempre puedes controlar los que pasa fuera, pero sí puedes controlar siempre
lo que pasa dentro". Wayne W. Dyer
Entre un 3
y un 5% de los niños escolarizados son hiperactivos :
· niños inquietos
· impacientes
· impulsivos
· que no se centran en
objetivos o finalidades concretas
· que saltan de una cosa a
otra
· que no atienden a lo que se
les dice
· niños que no
"oyen", no "obedecen", no "hacen caso".
Aparece entre los dos y los seis años y comienza a remitir durante la
adolescencia.
El
problema real de los niños hiperactivos se plantea ante aquellas situaciones en
las que se les exige control de los movimientos y mantenimiento de la
atención.
Los síntomas definitorios del trastorno por déficit de
atención con hiperactividad son:
· Actividad motora excesiva.
· Falta de atención y de
control de impulsos.
· Se trata de niños
desordenados, descuidados, que no prestan atención en clase.
· Cambian continuamente de
tarea y presentan una actividad permanente e incontrolada, sin que vaya
dirigida a un determinado objetivo o fin.
· Tienen dificultades para
permanecer quietos o sentados.
· Suelen responder
precipitadamente, incluso antes de haber finalizado la formulación de las
preguntas.
· Además se muestran
impacientes y no son capaces de esperar su turno en las actividades en las que
participan más individuos.
· Interrumpen las actividades
o tareas de los compañeros y miembros de la familia.
· Pueden fácilmente sufrir
accidentes y caídas debido a que sus conductas reflejan una escasa conciencia
del peligro.
· Son desobedientes, parece
que no oyen órdenes de los adultos y, por tanto, no cumplen con sus
instrucciones.
· Plantean problemas de disciplina
por incumplir o saltarse las normas establecidas.
· Su relación con los adultos
se caracteriza por desinhibición, suelen tener problemas de relación social y
pueden quedar aislados del grupo de iguales.
· Asimismo, dan muestras de
déficits cognitivos y son frecuentes los retrasos en habilidades motoras y del
lenguaje, así como las conductas antisociales y la carencia de autoestima.
distintos momentos en la evolución de la
enfermedad
Los
indicadores de hiperactividad en los distintos momentos evolutivos son los
siguientes:
De 0 a 2
años: Problemas en el ritmo del sueño y durante la comida, períodos cortos de
sueño y despertar sobresaltado, resistencia a los cuidados habituales,
reactividad elevada a los estímulos auditivos e irritabilidad.
De 2 a 3
años: Inmadurez en el lenguaje expresivo, actividad motora excesiva, escasa
conciencia de peligro y propensión a sufrir numerosos accidentes.
De 4 a 5
años: Problemas de adaptación social, desobediencia y dificultades en el
seguimiento de normas.
A partir
de 6 años: Impulsividad, déficit de atención, fracaso
escolar, comportamientos antisociales y problemas de adaptación social.
Aproximadamente
un 25% de los niños hiperactivos evolucionan positivamente, con
cambios de conducta notables y sin que tengan dificultades especiales durante
la adolescencia y la vida adulta.
Los niños
que son hiperactivos en todos los ambientes tienen un peor pronóstico,
porque sufren con más frecuencia las consecuencias negativas que sus
comportamientos alterados provocan en la familia, colegio y grupo de amigos; de
este modo, se vuelven más vulnerables y, por tanto, aumenta el riesgo de que
desarrollen comportamientos antisociales. La coexistencia de conductas
desafiantes, agresividad, negativismo e hiperactividad durante la infancia
conlleva una evolución muy desfavorable, pues los problemas iniciales suelen
agravarse en la adolescencia. En esta edad, el pronóstico incluye delincuencia,
agresiones, deficiente rendimiento académico y, en general, una adaptación
negativa.
No
todos los niños presentan las mismas conductas alteradas
Los niños
hiperactivos constituyen un grupo muy heterogéneo. No todos presentan las
mismas conductas alteradas. No coinciden en su frecuencia e importancia ni en
las situaciones o ambientes en los que se muestran hiperactivos. Además,
incluso difieren respecto al origen y posibles causas de sus problemas. Así, en
la evaluación del niño hiperactivo intervienen varios profesionales, médicos
(neurólogo, pediatra, psiquiatra), psicólogos y maestros, fundamentalmente
buscando un criterio común para la puesta en marcha de la terapéutica a seguir.
La
evaluación se concreta en las siguientes áreas:
· Estado clínico del niño.
Este
aspecto se ocupa de los comportamientos alterados y anomalías psicológicas que
presenta actualmente.
· Nivel intelectual y rendimiento
académico.
Los
informes que proporciona el colegio han de referirse a cómo es la conducta del
niño y sus calificaciones académicas en el curso actual, y cómo han sido en
años anteriores. En esta evaluación se tienen en cuenta tanto los aspectos positivos
como los negativos.
· Factores biológicos.
Se
evaluarán mediante un examen físico exhaustivo para detectar posibles signos
neurológicos, anomalías congénitas u otros síntomas orgánicos que resulten de
interés.
· Condiciones sociales y familiares.
Se
analizan: nivel socioeconómico, comportamientos de los miembros de la familia,
clima familiar, relaciones interpersonales, tamaño, calidad y ubicación de la
vivienda familiar, normas educativas, disciplina, cumplimiento de normas y
horarios, actitudes de los padres hacia los problemas infantiles, factores o
acontecimientos desencadenantes de los conflictos.
· Influencia del marco
escolar.
La
evaluación de este aspecto está justificada por el papel que desempeña la
escuela tanto en la detección de las alteraciones infantiles como en el
tratamiento posterior. El interés se centra en dos áreas: factores personales y
organización estructural del centro. Respecto a los factores personales, se
analizan las actitudes de los maestros cuando los alumnos violan la disciplina
o incumplen las normas escolares, así como las pautas de conducta que estos
profesionales adoptan cuando han de dirigir las clases; en definitiva, se trata
de averiguar si son profesores autoritarios o flexibles. En cuanto a la
organización del centro, interesa sobre todo los aspectos materiales y de
funcionamiento, así como la ubicación del mismo y su estructura organizativa.
Además de
los exámenes neurológicos que se apoyan en los datos proporcionados por el
electroencefalograma y la cartografía cerebral, así como de la exploración
pediátrica que insiste en ensayos de coordinación y persistencia de
movimientos, la valoración de la hiperactividad se completa con una evaluación
psicológica que tiene varios ejes: información proporcionada por adultos
significativos para el niño (padres y profesores), informes del propio niño y
observaciones que sobre su conducta realizan otras personas en el medio
natural.
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lunes, 17 de junio de 2013
Desarrollar la autoestima en su hijo
Una autoestima sana es la armadura que protegerá a su hijo frente a los desafíos de la vida. Los niños que se sienten bien con ellos mismos son capaces de manejar mejor los conflictos y de resistir a las presiones negativas. Tienden a sonreír con mayor facilidad y a disfrutar de la vida. Estos niños son realistas y, por lo general, optimistas.
Por el contrario, para los niños con baja autoestima, los desafíos pueden ser fuentes importantes de ansiedad y frustración. Las personas que tienen una baja opinión de ellas mismas tienen dificultades para encontrar soluciones a los problemas. Si tienen pensamientos autocríticos como "no soy suficientemente bueno" o "no puedo hacer nada bien", pueden volverse pasivos, retraídos y deprimidos. Cuando tienen que hacer frente a un nuevo reto, su respuesta inmediata es "no puedo".
Aquí es donde usted puede desempeñar un papel importante para favorecer que su hijo tenga una autoestima sana.
¿Qué es la autoestima?
La autoestima es una serie de creencias o sentimientos hacia nosotros mismos, las percepciones que tenemos de nosotros. La manera como nos definimos influye en nuestras motivaciones, actitudes y comportamientos, e influye en nuestra respuesta emocional.
Los patrones de autoestima empiezan muy pronto en la vida. Por ejemplo, un niño pequeño que aprende a hacer algo nuevo experimenta un sentimiento de logro que refuerza la autoestima. Aprender a darse la vuelta después de un montón de intentos fallidos enseña a un bebé una actitud de "puedo hacerlo".
El concepto de éxito como consecuencia de la perseverancia empieza pronto. Cuando los niños intentan algo, fracasan, prueban de nuevo, fracasan otra vez y finalmente lo consiguen, se forman ideas sobre sus propias capacidades. Al mismo tiempo, están creando un concepto de ellos mismos basado en las interacciones con otras personas. Por eso, la implicación parental es fundamental para ayudar a los niños a formarse percepciones de ellos mismos sanas y verdaderas.
La autoestima también puede definirse como sentimientos de capacidad combinados con el sentimiento de ser amado. Un niño que es feliz cuando logra algo pero no se siente querido puede llegar a experimentar baja autoestima. De la misma manera, un niño que se siente amado pero que duda de sus capacidades puede también acabar sintiendo baja autoestima. Para desarrollar una autoestima sana, se necesita alcanzar un equilibrio correcto.
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miércoles, 15 de mayo de 2013
Desarrollando valores cristianos en los niños
El desarrollo de la niñez desde la perspectiva Bíblica...
Desarrollando valores cristianos en los niños
Introducción
Recientemente se celebró el día del niño en Costa Rica, al igual que se celebra en muchas naciones. No faltan las propuestas, promesas salvadoras y compromisos políticos para un futuro mejor para la niñez.
I. DIOS TIENE UNA VISION DE TRANSFORMACION
2 CORINTIOS 5: 17: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura ES; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (La dimensión del aquí y ahora)
ISAIAS 65: 17: Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento .
ROMANOS 12:2: No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
II. NIÑOS Y NIÑAS ESTAN EN EL CORAZON DE DIOS
MARCOS 9:37: El que reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí, sino al que me envió.
LUCAS 18:16: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el Reino de Dios. De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
MATEO 21:16: Sí, nunca leisteis: De la boca de los niños y de los que maman, perfeccionaste la alabanza.
III. NIÑOS Y NIÑAS SON PARTE DE UNA FAMILIA Y COMUNIDAD.
DEUTERONOMIO 4:9 Por tanto, guárdate y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos , y a los hijos de tus hijos.
HECHOS 2:39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
EFESIOS 6:1-4 Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa Y vosotros padres, no provoques a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
IV. MINISTERIO CON NIÑOS REQUIERE SOSTENIBILIDAD
Si los niños y niñas son parte de una visión de Dios para transformar al mundo; Si los niños y niñas están en el corazón mismo de Dios y Si los niños y niñas son parte de una familia y comunidad, entonces la opción viable para facilitar su desarrollo, tiene que estar comprometida con sostenibilidad.
PROVERBIOS 22:6 Capacita al niño sobre como debe vivir. De esa manera, llegará a viejo y nunca se le olvidará.
ISAIAS 65: 19-20 Y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor. No habrá más allí niño que muere de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla.
LUCAS 2:52 Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.
V. PREGUNTAS DE REFLEXION
Cómo percibimos a los niños en nuestro ministerio en la iglesia para servirlos?
Cuáles son las características principales del ministerio que realizamos con los niños?
De que manera esas características son congruentes o no con la visión de Dios?
Qué compromisos podemos adquirir para evitar el paternalismo y promover un desarrollo de los niños que promueve su sostenibilidad en la vida, congruente con la voluntad de Dios?
por Arturo Másquil
http://www.desarrollocristiano.com/articulo.php?id=405
El desarrollo de la niñez desde la perspectiva Bíblica...
Desarrollando valores cristianos en los niños
Introducción
Recientemente se celebró el día del niño en Costa Rica, al igual que se celebra en muchas naciones. No faltan las propuestas, promesas salvadoras y compromisos políticos para un futuro mejor para la niñez.
I. DIOS TIENE UNA VISION DE TRANSFORMACION
2 CORINTIOS 5: 17: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura ES; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (La dimensión del aquí y ahora)
ISAIAS 65: 17: Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento .
ROMANOS 12:2: No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
II. NIÑOS Y NIÑAS ESTAN EN EL CORAZON DE DIOS
MARCOS 9:37: El que reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí, sino al que me envió.
LUCAS 18:16: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el Reino de Dios. De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
MATEO 21:16: Sí, nunca leisteis: De la boca de los niños y de los que maman, perfeccionaste la alabanza.
III. NIÑOS Y NIÑAS SON PARTE DE UNA FAMILIA Y COMUNIDAD.
DEUTERONOMIO 4:9 Por tanto, guárdate y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos , y a los hijos de tus hijos.
HECHOS 2:39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
EFESIOS 6:1-4 Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa Y vosotros padres, no provoques a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
IV. MINISTERIO CON NIÑOS REQUIERE SOSTENIBILIDAD
Si los niños y niñas son parte de una visión de Dios para transformar al mundo; Si los niños y niñas están en el corazón mismo de Dios y Si los niños y niñas son parte de una familia y comunidad, entonces la opción viable para facilitar su desarrollo, tiene que estar comprometida con sostenibilidad.
PROVERBIOS 22:6 Capacita al niño sobre como debe vivir. De esa manera, llegará a viejo y nunca se le olvidará.
ISAIAS 65: 19-20 Y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor. No habrá más allí niño que muere de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla.
LUCAS 2:52 Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.
V. PREGUNTAS DE REFLEXION
Cómo percibimos a los niños en nuestro ministerio en la iglesia para servirlos?
Cuáles son las características principales del ministerio que realizamos con los niños?
De que manera esas características son congruentes o no con la visión de Dios?
Qué compromisos podemos adquirir para evitar el paternalismo y promover un desarrollo de los niños que promueve su sostenibilidad en la vida, congruente con la voluntad de Dios?
por Arturo Másquil
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jueves, 7 de febrero de 2013
Educando con sabiduría
Tristeza, amargura, odios, sentimientos de culpa,
violencia intra familiar y otras sensaciones negativas, es lo que ha ocasionado
la malacrianza de los hijos, una de las más grandes calamidades que ha azotado
a las familias a través de los tiempos.
Esto me recuerda las palabras
del salmista quien dijo: “Si son destruidos los fundamentos, ¿qué puede hacer
el justo?” (Sal 11:3) ¡Fundamentos! ¡Qué palabra! Quisiera, con brevedad,
esbozar algunos fundamentos que al tenerlos en cuenta nos ayudarán a criar
hijos en el temor de Dios. Tomando prestada la idea del salmista convendría
preguntarnos: ¿Qué han de hacer los padres creyentes en Dios con respecto a la
crianza de sus hijos? ¿Cuál es la forma más apropiada?
Brindarles
amor incondicional
Sólo esta relación amorosa puede
garantizar el crecimiento de sus hijos hasta alcanzar un desarrollo integral
pleno. Esto significa querer al niño sin importar su aspecto físico, sus
debilidades, sus fortalezas, su manera de ser. Amor incondicional es aceptar a
nuestros hijos tal cual son, aunque no encuadren dentro de nuestros estándares
de inteligencia, emociones, belleza y fortaleza física.
Como predicador que soy me
gusta mirar a cada persona a los ojos no sólo para ganar su atención sino
también para decirles con mi mirada que lo que estoy predicando es para ellos,
para cada uno en particular. La mirada directa es decisiva para conseguir un
buen contacto comunicativo. Igual hago cuando hablo con mis dos hijos, los miro
fijamente a los ojos y les expreso con ellos, mi cariño, aprobación, enojo,
tristeza. Ellos saben cuando los miro fijamente a los ojos que no estoy
jugando, que el asunto es serio.
El contacto físico es también
algo de suprema importancia. Crecí en un hogar donde el único contacto físico
que tenía, eran los puños violentos, los puntapiés, los garrotazos y demás, que
mi padre me propinaba ante la más leve falta que yo cometiera, sin contar las
obscenidades que me gritaba. Al ser cristiano y recibir de Dios el mandato de
no exasperar a mis hijos, una de las cosas que más deleite me produce es
abrazar a mis hijos, poderlos besar, acariciar, jugar con ellos. ¡Qué bendición
poder hacer esto! Los padres no debieran albergar sentimientos de culpa al
hacer esto por causa de los pedófilos, machistas, y prejuiciados. ¡NO! A través
del contacto físico adecuado transmitimos a nuestros hijos amor, seguridad,
amistad, confianza.
En este punto conviene también
decir que la disciplina con amor y con propósito es muy necesaria para el
desarrollo seguro de nuestros hijos y nunca debe pasarse por alto. Debe
administrarse un castigo apropiado. Normalmente al castigar a mis hijos,
primero les explico la razón por la cual los castigo y les dejo manifiesto que
no es placentero para mí hacerlo, pero por el bien de ellos lo tengo que hacer.
Proverbios 13:24 dice: El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; mas el
que lo ama, desde temprano lo corrige.
Ayudándolos
espiritualmente
Es muy importante que los
padres conozcan a Dios y mantengan una comunión íntima con Él. Su cristianismo
debe ser práctico si quieren afectar a sus hijos para esta vida y para la
eternidad. Debe ser un cristiano genuino. De otra forma, debo decirlo, sus
esfuerzos por criar bien a sus hijos serán muy limitados, si no vanos.
No es posible obligar a los
hijos a que sean cristianos. En los asuntos espirituales es necesario tratar
con su hijo con seriedad y razón, con calma, de igual manera que lo hace con
otros asuntos. Tenga confianza en la Palabra de Dios. Lea la Biblia diariamente
en su presencia.
Tome tiempo para orar con cada hijo individualmente y también
en el Altar Familiar (culto familiar cotidiano). Miguel Esteban, mi hijo de 13
años, ha leído la Biblia ya por seis ocasiones y a mediados de este año termina
su séptima lectura. Marcos Miguel, el menor, de nueve años, ya la leyó una vez
y va bien adelantado en la segunda lectura. Ellos siempre han visto a sus
padres leyendo la Biblia. Y los hijos imitan todo lo que ven. – ¿Qué están
viendo sus hijos en usted?
Los padres cristianos deben
ejercer toda la diplomacia y la sabiduría que Dios puede darles para animar a
los hijos a acercarse a esta decisión importante. Permita que la convicción del
pecado tenga su efecto completo. No hay que perder esta oportunidad. ¡Gánese a
sus hijos para Cristo! (Dt 11:19-20)
No espere hasta que su hijo
esté envuelto en un accidente y lo lleven al hospital. No espere hasta que por
un crimen lo lleven a la cárcel. Acuérdese del lamento amargo que David hizo
por Absalón. Es un lamento largo que le consumirá el corazón (2 S 18:33).
El
secreto es comenzar temprano
Los niños en su tierna edad,
pueden tener una experiencia espiritual. Los padres deben tratar de que su hijo
acepte a Cristo, haga una confesión pública, se bautice en agua, participe de
la Cena del Señor con regularidad, y se haga miembro de la iglesia. Esto debe
ser nuestro blanco y no se debe postergar hasta que sea un joven. Esto debe ser
la meta de todo padre tan pronto que el hijo llegue a la edad de
responsabilidad.
Lucas, un médico que conocía
de ataques y posesión satánica nos cuenta en su evangelio de un padre
desesperado que no podía seguir su trabajo viendo la manera en que el pecado
estaba destrozando a su hijo. Él dijo al Hijo de Dios: “Maestro, te ruego que
veas a mi hijo, pues es el único que tengo” (Lc 9:37-43). Este hombre pudo
llevar a su hijo a casa en su juicio cabal, y no sin aprender la lección de
ayunar, orar y creer por la libertad de su retoño.
¿Qué está haciendo usted padre
por sus hijos? ¿Qué está haciendo usted madre en su propia casa? Recuerde que
si se pierden los fundamentos, no hay nada que hacer. ¡Dios los asista en su
labor de padres!
Miguel Benavides, http://www.conpoder.com/educando-a-nuestros-hijos-sabiamente/
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Como criar hijos...
Si usted es como la mayoría de los padres, confiar
plenamente sus hijos a Dios es algo que usted sabe que puede y debe hacer, pero
que no le resulta fácil.
Desde el momento en que vemos
a nuestros bebés a través de la ventana de la sala de niños recién nacidos del
hospital, nos preparamos para protegerlos, educarlos y crear para ellos un
entorno en el que puedan florecer y convertirse en todo lo que Dios quiere que
sean. En los primeros años, si cometen algún tipo de equivocación, nuestra
obligación es perdonarlos. Y no importa la edad que tengan, cuando sufren por
algo, queremos hacerles menos dolorosa la experiencia.
Pero es fácil olvidar que no
somos nosotros quienes más autoridad tenemos en esto. El Creador que formó a
nuestros hijos en el vientre (Sal 139.13), y que ha contado todos los cabellos
de sus cabezas (Mt 1.30), tiene un plan para sus vidas. Eso, por supuesto, está
bien en teoría, pero ¿cómo confiar plenamente en Dios cuando un hijo se enferma
gravemente, o cuando toma una decisión con consecuencias dolorosas, o cuando
pasa toda una noche fuera de casa? ¿Qué sucede cuando uno duda de la capacidad
que se tiene de criarlos, o cuando la imaginación nos recuerda todo lo que
podría salir mal?
Dios nunca dijo que ser padres
sería fácil (disculpe el cliché). Pero sí dijo que Él nunca nos dejará ni
desamparará (He 13.5). Y nos recuerda que todo lo podemos en Él que nos
fortalece (Fil 4.13). Sabemos también que el Señor no nos ha dado un espíritu
de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (2 Ti 1.7). Estas son
las promesas a las que podemos aferrarnos, no importa qué luchas tengamos.
Confianza
en Dios para equiparlos
Para mi amiga Esperanza, el confiar simplemente en que Dios la ayudaría a ser buena madre, era un gran desafío. Lloró la primera vez que supo que estaba embarazada. “Nunca me relacioné mucho con mi madre”, me dijo. “Entonces, ¿cómo podría criar a una niña sin tener ningún ejemplo a imitar?” Mientras Esperanza conducía su auto yendo al trabajo, le hablaba a su hija por nacer, prometiéndole que sería una madre mejor que la que ella había tenido, y que desarrollaría con ella la relación que nunca había experimentado —todo esto mientras se preguntaba si Dios se habría equivocado.
“En algún punto, las
cuestiones de mi pasado afectarían mi relación con mi hija”, dijo. “Pero había
olvidado que Dios me había escogido de entre todas las personas del mundo para
esta pequeña niña. Ahora veo que Él sabía lo que estaba haciendo, y me dio las
herramientas que necesitaba, y cuando las necesitaba, para ser la madre
apropiada para mis hijos. Ahora no puedo imaginar ninguna otra clase de vida”.
Confianza
en Dios para disciplinarlos
Para mí, una de las cosas más difíciles en cuanto a la crianza, fue no hacer más de la cuenta por mis hijos —no recoger las cosas que dejaban tiradas, no ir corriendo a la escuela porque mi hija había olvidado su ropa de educación física o su clarinete, no comprarles todo lo que pensaban que necesitaban. Puede ser difícil no acudir de inmediato al rescate de nuestros hijos cuando han hecho algo mal. Aun cuando sabemos que la disciplina es para su propio bien, todavía puede ser tentador hacer todo por ellos “solo esta vez”.
Pero tenemos que preguntarnos:
¿Estamos realmente ayudándolos a convertirse en personas de carácter? La Biblia
nos da este amplio panorama:
Dios tiene un plan perfecto
para la vida de sus hijos (Sal 37.23).
Ese plan implica la disciplina misericordiosa necesaria para convertirlos en los hombres y las mujeres que Dios ha querido que sean (Pr 3.12).
Aun las cosas más difíciles que soporten sus hijos, ya sea por culpa de ellos o de otras personas, pueden ser utilizadas maravillosamente por Dios para revelar su gloria y desarrollar el carácter de nuestros hijos (Ro 8.28).
Carolina, otro amiga, se
enfrentó con una pesadilla cuando su hijo fue arrestado por tráfico de drogas.
“El saber que mi hijo iría a la cárcel, ha sido uno de los golpes de la vida
que me ha hecho sentir más abatida”, recuerda. “Al comienzo, mi esposo y yo nos
mantuvimos fuertes, sabiendo que habíamos dedicado nuestro hijo a Dios. Pero a
medida que pasaba el tiempo y sus perspectivas se veían peor, sentí que mi fe
no era suficiente”.
Ella decidió que tenía que
salvar a su hijo, pero cuando éste recibió una sentencia de diez años, se vino
abajo. “Entonces Dios me abrió los ojos, y me di cuenta de que mi hijo estaba
vivo. Fue entonces cuando se lo entregué realmente al Señor”. Carolina ve ahora
la gracia de Dios en la situación de su hijo. “Me doy cuenta ahora de que si
hubiera podido encontrar la manera de lograr que lo pusieran en libertad, él
probablemente no estaría vivo hoy. Al pensar en todo lo que estuvo metido, la
cárcel le salvó la vida. A veces pensamos que somos nosotros los únicos que
podemos hacer lo que se necesita. Dios tiene que recordarnos que Él tiene el
control, y es mucho más capaz que nosotros para proteger a nuestros hijos”.
Confianza
en Dios para salvarlos y guardarlos
Proverbios 22.6 nos dice: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”.Pero, ¿qué sucede cuando vemos a los hijos apartarse de ese “camino”? Tenemos entonces que recordar que nuestros hijos son obras maestras de Dios, creados en Cristo para la gran obra que Él ha dispuesto para ellos (Ef 2.10).
Teresa tuvo siempre una lucha
para dejar que Dios hiciera su voluntad cuando se trataba de sus hijos. Pero el
Espíritu Santo le recordaba constantemente lo que había sido su historia
personal. “Dios me salvó cuando yo tenía quince años y viví muchos momentos
difíciles. Mis padres rechazaron mi recién descubierta ‘religión’, e incluso me
prohibieron ir a la iglesia. Pero aquí estoy. Comprendí que si Dios podía
guardarme de todo, podía sin duda confiar en que Él haría lo mismo con mi
hija”.
“Desde que nuestra hija era
pequeña”, dice Teresa, “mi esposo y yo creímos que nuestra tarea era, en
realidad, hacer hasta lo imposible para criarla. Cuando, en verdad, se trataba
de enseñarle cómo quería Dios que viviera, ser ejemplo de devoción para ella
con nuestras vidas, dejarle el paso libre, y confiar en que Él se encargaría de
lo demás. Eso no significaba que sería fácil verla abandonar el nido. Pero
nuestro consuelo era saber que su Padre perfecto nunca la abandonaría ni
dejaría de darle lo que necesitara”.
Filipenses
1.6 nos
recuerda: “El que
comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de
Jesucristo”. Nuestro
Padre celestial se ha comprometido a terminar todo lo que Él comienza, incluso
después de que le devolvamos la batuta que nos entregó.
por Mimi Greenwood
Knight http://www.conpoder.com/la-crianza-de-los-hijos/
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lunes, 7 de enero de 2013
Caractericas de una vida cristiana
En la vida hay cosas que a veces nos pueden parecer maravillosas, únicas o hasta incomparables, pero nada en el mundo se puede comparar con estar y experimentar la presencia de Cristo. Y cuando le servimos en alguna área del ministerio, es más importante tomar en cuenta algunas cosas que necesitamos tener en nuestra vida cristianan
Nosotros como jóvenes cristianos, debemos estar siempre buscando mas y mas de la presencia de Dios, y no darle al enemigo la oportunidad de venir a poner en nuestra mente ideas negativas, y hacer que el gozo de Dios se aparte de nuestras vidas. Recuerda joven; siempre debemos estar gozosos y tratando de experimentar cada vez mas a Cristo.
En filipenses 4:4-9, se expresa la definición de la realidad interna de una persona que vive y experimenta a Cristo. No podemos pensar en experimentar la presencia de Dios, si no estamos realmente dispuestos a hacerlo, en estos versículos, la palabra de Dios nos da nueve características que nosotros como jóvenes cristianos, debemos reunir para llevar una verdadera vida cristiana.
1. Estar siempre alegres: según el versículo 4, debemos estar siempre gozosos y regocijados. En libro de Filipenses las palabras gozo o regocíjense, se repite de 12 a 14 veces, entonces podemos ver que la clave para disfrutar de la verdadera presencia de Dios, es estar siempre gozosos, esto nos ayudara a cumplir o convivir con las otras características de la vida cristiana.
2. Ser gentiles (compresivos): en el versículo 5 la palabra de Dios nos dice que debemos como cristianos ser compresivos, quiere decir que no debemos tener en nuestras vidas vanagloria, debemos estar libres de toda rivalidad, murmuraciones, resentimientos y no discutir con otras personas. El Señor esta cerca, no debemos estar preocupados y debemos dejar que las personas que están a nuestro alrededor, nos vean y conozcan como personas moderadas, tranquilas, compresivas, que no nos irritamos ni molestamos, que estamos con paz y sosegados. Este es un aspecto que muestra una persona que vive a Cristo.
3. No ser afanados (preocupado, angustiados, inquietos): En el versículo 6, se nos dice que no seamos ansiosos, dice la palabra de Dios en este versículo, que no nos preocupemos por nada, si no que oremos y confesemos nuestra necesidad y demos gracias. El enemigo constantemente trae la preocupación, los problemas, la ansiedad, el afán a nuestras vidas y nos aleja de la comunión con Dios, por eso debemos llevar una vida que sea la expresión de Cristo y no preocuparnos, si no orar y dar gracias, creyendo que Dios escuchó y contestará nuestra necesidad, según nos dice Mateo 6:25 “...no os afanéis por vuestra vida, que habéis de comer o que habéis de vestir...”
4. Verdaderos: Debemos ser verdaderos en un vivir con Cristo, no falsedad, no mentiras, no debemos hacer nada en forma ligera sin pensar, solo debemos estar con la verdad y con trasparencia ante todo.
5. Honorables: Debemos tener dignidad, ser respetuosos con las personas que están a nuestro alrededor, que vean en nosotros cristianos honorables de verdad.
6. Justos: En Santiago 5:16, dice “...La oración eficaz del justo puede mucho...”, por lo tanto hay actuar correctamente esperando que Dios apruebe nuestros actos.
7. Puros: Debemos ser sencillos en nuestras acciones y hacer lo moralmente limpio ante los ojos de Dios.
8. Amables: En la sociedad en la que nos desenvolvemos, ser amable abre muchas puertas, por eso es mejor ser amable que no ser groseros o antipáticos, debemos como jóvenes cristianos tratar de darnos a querer por las personas que nos rodean.
9. Buen nombre: Hacer las cosas dejando una buena reputación, ser corteses, considerados y de buena fama, que se hable bien de nosotros como cristianos.
Cuando hayamos cumplido o adquirido estas características, la palabra de Dios nos dice que pasara con nosotros en el versículo 7, “Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardara vuestro corazón y vuestro entendimiento en Cristo Jesús”, además el versículo 9 nos dice “... y el Dios de paz estará con nosotros”.
Si tenemos a Cristo en nuestro corazón y queremos experimentar y vivir a Cristo, debemos aceptar y adoptar estas características, y hacerlas parte mi vida, solo pidamos a Dios que nos ayude a ser mejores jóvenes y nos de sabiduría para aprender a experimentar su presencia.
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martes, 13 de noviembre de 2012
Bendiciendo a sus hijos
Como consejero, muy a menudo veo los beneficios y los resultados desgarradores de las elecciones que hacen los padres. Algunas veces es como si escuchara el lloro de Esaú al darse cuenta de que su hermano, Jacob, se había llevado la bendición de su padre: "Pero Esaú insistió: '¿Acaso tienes una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme también a mí!' Y
se echó a llorar" (Génesis 27:38).
La súplica desesperada de Esaú por obtener la aprobación de su padre puede escucharse actualmente en las familias. Los jóvenes están sedientos por obtener la aceptación de sus padres — anhelan que su madre y padre reafirmen su valor.
La súplica desesperada de Esaú por obtener la aprobación de su padre puede escucharse actualmente en las familias. Los jóvenes están sedientos por obtener la aceptación de sus padres — anhelan que su madre y padre reafirmen su valor.
Satisfacer la
necesidad que tienen sus hijos de obtener afirmación no tiene que ser
difícil. Una de las maneras de lograr esto es hacer lo que yo llamo “la
bendición”. Esta bendición tiene cinco elementos definidos para forjar a
sus hijos e hijas, y ayudarles a entender el valor que tienen en su
familia y delante de Dios. Esos cinco elementos son:
-tacto apropiado y significativo.
-palabras de amor y aceptación.
-valor puesto en el niño(a).
-reconocimiento de un futuro especial.
-compromiso genuino.
Interpretándolo para su niño(a)
-tacto apropiado y significativo.
-palabras de amor y aceptación.
-valor puesto en el niño(a).
-reconocimiento de un futuro especial.
-compromiso genuino.
Interpretándolo para su niño(a)
Aunque esta bendición contiene cinco elementos, cada niño(a) es único e interpretará esos cinco elementos de manera diferente. Para mi hija mayor, quien tiene una personalidad entusiasta, tacto apropiado significó un abrazo en la mañana. Mi hija menor se sintió afirmada al sentarnos, mi esposa o yo, enseguida de ella por un largo rato, quizás al leerle una historieta.
La edad es también un factor importante en cuanto a cómo el niño(a) recibe una bendición. A medida que vaya creciendo, su hijo o hija tal vez requiera un tipo de afirmación diferente. Una parte de mostrarle a sus hijos su aprobación y el valor que ellos tienen, es descubriendo cómo afirmarlos de una manera en la que ellos puedan entenderlo.
Bendiciendo a niños en edad preescolar y a párvulos
Los padres de familia pueden cantarles una bendición a los niños pequeños, aún cuando los niños no entiendan todo lo que se está diciendo. Cuando nuestras niñas estaban entre las edades de 2 y 6 años, mi esposa y yo les cantábamos una canción que habíamos creado especialmente para ellas. Decía: "Buenos días, Buenos días, ¿cómo amaneciste? El Señor te bendiga y te guarde todo el día." La canción era simple, pero ayudaba a nuestras hijas a empezar cada día con palabras que hablaban de nuestro amor y el amor de Dios hacia ellas.
Los niños pequeños son afirmados, y sus corazones se mantienen abiertos a Dios, cuando diariamente escuchan palabras referentes al amor que tiene sus padres, y Dios, por ellos.
Afirmando niños de edad escolar:
A medida que nuestras hijas crecían, mi esposa y yo buscamos maneras en las que pudiéramos seguir bendiciéndolas. Nos dimos cuenta que podíamos hacer esto durante el tiempo que nos tomaba llevarlas a la escuela.
Primero, permitíamos que nuestras hijas escogieran un CD para escucharlo mientras conducíamos. Luego, cada mañana, después de escuchar esta canción, mi esposa o yo nos estacionábamos frente a la escuela, volteábamos a verlas, tomábamos sus manos y orábamos por ellas y por su día. Tal vez orábamos por la amistad de una de ellas con alguien o por un examen ese día. Esta oración rápida e individualizada incluía tacto significativo y las unía con el futuro especial que Dios tenía para ellas ese día. Antes de bajarse del auto, ellas sabían que nuestro amor iba con ellas.
Usando bien las palabras con los adolescentes:
Para los jovencitos, la bendición puede ser aún más poderosa — particularmente cuando usted usa todos los cinco elementos como reacción a los retos y dificultades del adolescente. Eso es lo que mi madre hizo por mí cuando yo estaba en el último año de preparatoria.
Nunca olvidaré que estaba sentado cabizbajo en la vieja mesa, esperando lo que yo asumía que iba a suceder: Ella repetiría las palabras de los otros: "¿Por qué no puedes desempeñarte tan bien como tu hermano? Son gemelos, ¿o no?" Ese día, mi profesor dijo más que eso con sus acciones.
Él sostuvo mi trabajo escrito final como si estuviera cubierto con moho. Luego torció sus ojos antes de entregármelo. El resto de la clase tenía una sonrisa de complicidad y me hicieron bulla. Una calificación muy baja estaba escrita sobre mi trabajo, subrayada con pluma roja y en grande.
Esa no era mi primera calificación baja, pero había trabajado bastante duro con ese escrito. Y, si bien, pasé por alto la instrucción de mi profesor de incluir notas a pie de página, él puso en claro que yo era un perdedor. Esperé a que mi mamá terminara de leer mi trabajo escrito.
Finalmente habló. "John, mírame."
Ella ya había leído el trabajo final escrito por mi hermano gemelo — por el cual él había obtenido la más alta calificación, como siempre. - "Mírame," repitió.
Levanté mi cabeza, solo lo suficiente como para que mis ojos vieran sus ojos. Cuando lo hice, ella tomó mi mano al otro lado de la mesa. Mi madre tenía artritis reumatoide, y sus manos estaban retorcidas y dobladas. Su empuñe era increíblemente suave, pero una vez que sujetaba mi mano no podía zafarme sin lastimarla y hacerla llorar. Estaba atascado.
Me sentí quebrantado y avergonzado.
Ella dijo, "John, pudiste haberme despertado y te pude haber ayudado con las notas a pié de página." Cuando bajé mi cabeza nuevamente, ella continuó, "No me importa lo que tu profesor dijo o escribió. Tú haces un buen trabajo usando las palabras cuando escribes, que no me sorprendería si Dios usara tus palabras algún día para ayudar a la gente."
En ese momento, ella me dio un regalo que continúa moldeando mi vida hoy. Ella usó los cinco elementos de la bendición bíblica para hacerme saber que yo tenía valor:
Tacto significativo – Con su empuñe, dijo, "Te amo. Creo en ti."
Palabras de amor y aceptación – Las palabras de mi madre fueron directas, y aún cuando lo que ella decía no era lo que yo quería escuchar, ella hablaba con una dulce amabilidad.
Valor puesto en el niño(a) – Ella vio el potencial en mí, y sus palabras hablaron de mi valor.
Reconocimiento de un futuro especial – Ella me dirigió a un futuro en donde Dios un día podría usar mis palabras para ayudar a otros.
Compromiso genuino – Mi mamá no era perfecta. Algunas veces se cansaba y frustraba conmigo, pero nunca dudé de su amor o compromiso hacia mí.
El reto de la bendición
¿Le gustaría cambiar la vida de sus hijos? Si es así, sea parte de El Reto de la Bendición — que es un millón de padres eligiendo cambiar la vida de los hijos, un niño a la vez, dando un primer paso, simple pero poderoso: escribiendo y leyéndole una bendición a sus hijos. Comparta su historia de afirmación u obtenga más información sobre este reto en TheBlessing.com.
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Dr. John Trent es el co-autor de The Blessing ("La Bendición"), un libro que muestra a los padres de familia cómo afirmar a sus hijos y a otras personas. La edición del 25vo aniversario fue publicada este mes.
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Permitiendo que Dios Sane Corazones Rotos
Las Madres y los Padres solteros deben estar consientes de la carga que los niños llevan como resultado de la pérdida o negligencia de un padre o madre.
Melodie Claire Miller
Traducido por Lucrecia Bolaños para Enfoque a la Familia. Editado por Guiselle Jiménez
El dolor de la separación y el divorcio puede ser abrumador para aquellos que quedan
atrás recogiendo las piezas de una familia rota. Desafortunadamente,
mis hijos estaban pequeños cuando su padre abandonó el hogar y tuvieron
que lidiar con sentimientos de rechazo y abandono.
Las primeras semanas fueron brutales. Reconfortar a los niños aunado a lidiar con mi corazón roto fue agotador. Tuve que sostener en brazos a mi hija Emelia de 3 años, y a mi hijo Elías de 2 años, por horas, mientras lloraban.
Elías estaba muy triste por la ausencia de su padre, pero no podía expresar verbalmente sus sentimientos. A media noche podía despertarse gritando. También surgían momentos en los que Elías vagaba alrededor del cuarto llorando, sin saber que hacer por sí mismo, hasta que colapsaba rendido en el piso. Minutos después, se ponía de pie desesperado para iniciar con el mismo patrón.
A veces lo abrazaba con un gran abrazo de oso. Otras me sentaba en el piso y lo mecía con lágrimas en la cara. Le decía: “Mamá está aquí. Te tengo. Te quiero. No llores más bebé. Elías por favor para. Estás bien. Estás a salvo. Mamá está aquí.” Para silenciarlo, le empecé a cantar a mi hijo. “Dios me quiere, así es, la Biblia me lo dice”. Finalmente, le imploraba a Dios, rogando que reconfortara el alma de Elías con la paz que solo Jesús puede dar.
Proverbios 31:8 nos dice, " Levanta la voz por los que no tienen voz; ¡defiende a los indefensos!" Por lo tanto, yo intercedía por mis hijos, que tenían su corazón roto y le pedía al Señor que los protegiera de los pecados de su padre.
El sollozo de Elías duró muchas noches. Continué abrazándolo, meciéndolo, cantándole himnos y rezando hasta que se durmiera. Su angustia fue disminuyendo poco a poco. Finalmente, durmió bien durante toda la noche.
Aprendí valiosas lecciones acerca de Dios a través de esos momentos difíciles. Comprendí que Dios es: Mi Confortador: Al principio del doloroso camino, me negué a pedirle apoyo a Jesús. Me involucré tanto en intentar averiguar qué estaba pasando y arreglar las cosas por mí misma, que al final lo que hice fue agregar más peso de lo que podía manejar.
Cristo dijo: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar. Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso. Porque el yugo que les pongo y la carga que les doy a llevar son ligeros. " (Mateo 11:28-30).
Dios se preocupa profundamente y conoce mis aflicciones. Dios ve mi trabajo, y conoce la angustia de mi alma (Salmo 31:7). Cuando compartí mi dolor por el corazón roto de mi hijo, mi Padre celestial sintió mi pena. Necesito recordar subirme en los regazos de mi Padre cuando me siento impotentemente sola. Él anhela amarme consolarme en medio de mi sufrimiento.
Mi Intercesor. Llevo una vívida imagen en mi mente de Dios mirándome cómo yo trataba de ayudar a mi pequeño hijo sin pedirle fuerza y guía a Él. Romanos 8:26-27 dice, " De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Porque no sabemos orar como es debido, pero el Espíritu mismo ruega a Dios por nosotros, con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe qué es lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega, conforme a la voluntad de Dios."
Mi Todo en Todo. Cuando llamé a Jesús, él se asoció conmigo en el cuidado de mis hijos. No podía haber continuado sin Él. Aprendí que Dios no es solo mi Padre, pero Él también es mi Esposo y el Padre de mis hijos. Él me demostró que yo no era una madre soltera, que no estaba sola. El Señor estaba caminando cada paso a mi lado a través de valles profundos y lugares solitarios.
Los niños sufren de innumerables maneras cuando un padre o una madre faltan en el hogar. De repente y equívocamente son privados del afecto físico y seguridad emocional, aspectos esenciales para su desarrollo. Madres y padres solteros necesitan estar conscientes de la carga que llevan sus hijos como resultado de la pérdida o abandono de un padre.
Si estamos muy atrapados en nuestra soledad y dolor, fallamos en ver el dolor de ellos. Las consecuencias pueden ser graves si no ayudamos a nuestros hijos a entregar sus cargas a Dios. Por lo tanto debemos hacer lo siguiente:
Satisfacer sus necesidades. Tenemos que permanecer en Cristo todos los días para que Él pueda amar y cuidar de ellos a través de nosotros. Cuando nos preocupamos por nuestros hijos, también ministramos el corazón de Dios.
Enseñarles. Debemos demostrar y enseñar a nuestros hijos a confiar en Dios y rezar para que ellos también puedan llevar sus cargas a los pies de Jesús, que dijo: " No los voy a dejar huérfanos; volveré para estar con ustedes." (Juan 14:18). Durante este tiempo, enseñé a mis hijos sobre las promesas especiales de Dios, y fue un gran alivio para ellos. Ellos saben que É les su Padre que los escucha y siempre está disponible para hablarle.
Permitirle a Dios trabajar. Él fielmente sanará nuestras heridas y renovará nuestra esperanza, si confiamos en Él para satisfacer nuestras necesidades más profundas. Con Él, el quebrantamiento se convierte en bendición. Y las heridas de una familia se curan a través de Jesucristo.
Las primeras semanas fueron brutales. Reconfortar a los niños aunado a lidiar con mi corazón roto fue agotador. Tuve que sostener en brazos a mi hija Emelia de 3 años, y a mi hijo Elías de 2 años, por horas, mientras lloraban.
Elías estaba muy triste por la ausencia de su padre, pero no podía expresar verbalmente sus sentimientos. A media noche podía despertarse gritando. También surgían momentos en los que Elías vagaba alrededor del cuarto llorando, sin saber que hacer por sí mismo, hasta que colapsaba rendido en el piso. Minutos después, se ponía de pie desesperado para iniciar con el mismo patrón.
A veces lo abrazaba con un gran abrazo de oso. Otras me sentaba en el piso y lo mecía con lágrimas en la cara. Le decía: “Mamá está aquí. Te tengo. Te quiero. No llores más bebé. Elías por favor para. Estás bien. Estás a salvo. Mamá está aquí.” Para silenciarlo, le empecé a cantar a mi hijo. “Dios me quiere, así es, la Biblia me lo dice”. Finalmente, le imploraba a Dios, rogando que reconfortara el alma de Elías con la paz que solo Jesús puede dar.
Proverbios 31:8 nos dice, " Levanta la voz por los que no tienen voz; ¡defiende a los indefensos!" Por lo tanto, yo intercedía por mis hijos, que tenían su corazón roto y le pedía al Señor que los protegiera de los pecados de su padre.
El sollozo de Elías duró muchas noches. Continué abrazándolo, meciéndolo, cantándole himnos y rezando hasta que se durmiera. Su angustia fue disminuyendo poco a poco. Finalmente, durmió bien durante toda la noche.
Aprendí valiosas lecciones acerca de Dios a través de esos momentos difíciles. Comprendí que Dios es: Mi Confortador: Al principio del doloroso camino, me negué a pedirle apoyo a Jesús. Me involucré tanto en intentar averiguar qué estaba pasando y arreglar las cosas por mí misma, que al final lo que hice fue agregar más peso de lo que podía manejar.
Cristo dijo: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar. Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso. Porque el yugo que les pongo y la carga que les doy a llevar son ligeros. " (Mateo 11:28-30).
Dios se preocupa profundamente y conoce mis aflicciones. Dios ve mi trabajo, y conoce la angustia de mi alma (Salmo 31:7). Cuando compartí mi dolor por el corazón roto de mi hijo, mi Padre celestial sintió mi pena. Necesito recordar subirme en los regazos de mi Padre cuando me siento impotentemente sola. Él anhela amarme consolarme en medio de mi sufrimiento.
Mi Intercesor. Llevo una vívida imagen en mi mente de Dios mirándome cómo yo trataba de ayudar a mi pequeño hijo sin pedirle fuerza y guía a Él. Romanos 8:26-27 dice, " De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Porque no sabemos orar como es debido, pero el Espíritu mismo ruega a Dios por nosotros, con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe qué es lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega, conforme a la voluntad de Dios."
Mi Todo en Todo. Cuando llamé a Jesús, él se asoció conmigo en el cuidado de mis hijos. No podía haber continuado sin Él. Aprendí que Dios no es solo mi Padre, pero Él también es mi Esposo y el Padre de mis hijos. Él me demostró que yo no era una madre soltera, que no estaba sola. El Señor estaba caminando cada paso a mi lado a través de valles profundos y lugares solitarios.
Los niños sufren de innumerables maneras cuando un padre o una madre faltan en el hogar. De repente y equívocamente son privados del afecto físico y seguridad emocional, aspectos esenciales para su desarrollo. Madres y padres solteros necesitan estar conscientes de la carga que llevan sus hijos como resultado de la pérdida o abandono de un padre.
Si estamos muy atrapados en nuestra soledad y dolor, fallamos en ver el dolor de ellos. Las consecuencias pueden ser graves si no ayudamos a nuestros hijos a entregar sus cargas a Dios. Por lo tanto debemos hacer lo siguiente:
Satisfacer sus necesidades. Tenemos que permanecer en Cristo todos los días para que Él pueda amar y cuidar de ellos a través de nosotros. Cuando nos preocupamos por nuestros hijos, también ministramos el corazón de Dios.
Enseñarles. Debemos demostrar y enseñar a nuestros hijos a confiar en Dios y rezar para que ellos también puedan llevar sus cargas a los pies de Jesús, que dijo: " No los voy a dejar huérfanos; volveré para estar con ustedes." (Juan 14:18). Durante este tiempo, enseñé a mis hijos sobre las promesas especiales de Dios, y fue un gran alivio para ellos. Ellos saben que É les su Padre que los escucha y siempre está disponible para hablarle.
Permitirle a Dios trabajar. Él fielmente sanará nuestras heridas y renovará nuestra esperanza, si confiamos en Él para satisfacer nuestras necesidades más profundas. Con Él, el quebrantamiento se convierte en bendición. Y las heridas de una familia se curan a través de Jesucristo.
tomado de: https://www.facebook.com/pages/Bits-de-lectura-e-inteligencia/315224105155519?ref=ts&fref=ts
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A tu Hijo o hija:
"Enséñale a caminar y no reproches cuando tropiece para aprender o cuando elija caminos que no coincidan con los tuyos.
"Enséñale a caminar y no reproches cuando tropiece para aprender o cuando elija caminos que no coincidan con los tuyos.
Enséñale a hablar y luego no lo reprendas cuando deje de repetir tus palabras para pronunciar las suyas.
Enséñale a pensar y no lo condenes cuando lo que piense no coincida con lo que piensas tu.
Enséñale a amar y no te interpongas en su camino cuando el decida donde poner su corazón.
Enséñale a ser libre y no pretendas cortarle las alas cuando el ensaye su propio camino......"
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martes, 30 de octubre de 2012
Como se comunican los bebés?
En todo el mundo
los niños aprenden a hablar sin instrucciones precisas. La primera
palabra. Ese momento mágico, casi nunca pensamos por qué este momento
es tan mágico? Consideremos lo que está detrás de la elaboración de
la primera palabra. Dentro del proceso de desarrollo del lenguaje
infantil, la pronunciación del "ta-ta", "da-da" o "ga-ga", que el
bebe repite para alegría de sus padres incluso sin que nadie les enseñe
cómo hacerlo, representa la manifestación de las raíces del desarrollo
del lenguaje en los humanos.
“El lenguaje es un aprendizaje natural, que aparece gracias a aptitudes específicas y se desarrolla con la interrelación social. La comunicación por medio del lenguaje es la mayor proeza de la especie humana”.
“El lenguaje es un aprendizaje natural, que aparece gracias a aptitudes específicas y se desarrolla con la interrelación social. La comunicación por medio del lenguaje es la mayor proeza de la especie humana”.
El niño (a) tiene
que destacar la palabra “pa pa” en medio de toda el habla que escucha
diariamente; también debe distinguir en dónde empiezan y terminan los
vocablos de las cascadas de palabras que derraman sobre él. El
problema del niño en este momento es similar, a lo que sucede cuando un
adulto viaja a otro país y no habla el respectivo idioma, pues
reconocer frases en los torrentes de oraciones que le llegan por todos
lados parece inútil. Las palabras que oye un turista no tienen comas
ni están separadas por espacios; de hecho, pareciera que la gente
habla con rapidez excesiva. Con toda esta situación, un niño
aproximadamente de 11 meses resuelve este problema y encuentra la
palabra papá y muchas otras.
Discernir papá es sólo una parte de la solución, el segundo obstáculo al que el niño se enfrenta es resolver que significa papá? Por último el niño tiene que hallar el modo preciso de acomodar sus órganos articulatorios para pronunciar esa palabra. Saber utilizar la boca es como tocar un instrumento complejo: si uno no toca el lugar preciso, pronuncia una palabra totalmente diferente. Por tanto para un niño el lenguaje es como un trabalenguas, y antes de que articule esa primera palabra debe tener múltiples logros que le van preparando el terreno para lograrlo.
¿Cómo es la comunicación del recién nacido?
El aprendizaje fetal integra los
cimientos de lo que los bebés hacen como recién nacidos. Así que los
bebés pueden oír, cuando el bebé nace no solo oye, sino también llora
y llora. La naturaleza los ha dotado con el llanto, potente
herramienta para atraer la atención. La cantidad de llanto aumenta
hasta que el bebé tiene aproximadamente dos meses y luego disminuye
(sirena biológica).
La naturaleza es maravillosa: los bebés lloran cuando se sienten incómodos y nosotros nos sentimos mal al escuchar el llanto, por lo que no es de sorprender que los padres intentarán cualquier cosa por conseguir que el bebé deje de llorar. El llanto no es un lenguaje, pero es una de las primeras formas que nos ayudan a interpretar los sentimientos y necesidades del bebé, por lo que el llanto junto con la sonrisa, comienzan el diálogo entre los padres y los bebés, un diálogo que se irá refinando y enriqueciendo conforme se desarrolla el lenguaje.
El silencio no es oro . No hace mucho tiempo que los especialistas del cuidado infantil recomendaban que se conservara al bebé en ambientes silenciosos. Ahora se recomienda a los padres y madres que conversen con ellos, que los toquen, que los abracen tiernamente, con el fin de que obtengan suficiente estimulación táctil. Ya que con esa estimulación natural ellos florecen.
Evolución de la adquisición del lenguaje en el bebé.
- Comunicación Prelinguística.
El niño, desde muy
temprano, presenta una gran atención al habla, especialmente a la de su
madre comunicándose con ella por ejemplo al voltear la cabeza cuando
escucha su voz. La primera acción comunicativa del niño es el llanto,
lo que a su vez incentivará a los padres a realizar alguna conducta. A
las 6 semanas el niño sonríe, a las 12 semanas sonríe cuando le hablan y
producen sonidos de carácter vocal. A las 20 semanas sus sonidos son
entremezclando consonantes.
A los 6 meses aparece el balbuceo y a los 8 se hacen más frecuentes las repeticiones y hay estructuras de entonación que pueden indicar emociones. A los 10 meses emite sonidos de juego como los gorgoritos y realiza imitaciones de sonido. Al descubrir nuevos sonidos, los repite “laleo o balbuceo”. Emite cadenas de sílabas. El balbuceo es como armar un rompecabezas, cerca de los 8 meses se da el balbuceo diferenciado donde se empiezan a utilizar distintas sílabas ensartadas unas con otras.
A los 6 meses aparece el balbuceo y a los 8 se hacen más frecuentes las repeticiones y hay estructuras de entonación que pueden indicar emociones. A los 10 meses emite sonidos de juego como los gorgoritos y realiza imitaciones de sonido. Al descubrir nuevos sonidos, los repite “laleo o balbuceo”. Emite cadenas de sílabas. El balbuceo es como armar un rompecabezas, cerca de los 8 meses se da el balbuceo diferenciado donde se empiezan a utilizar distintas sílabas ensartadas unas con otras.
- Pre-lenguaje.
El niño emite sus
primeras palabras al final del primer año, primero refiriéndose a
objetos y personas y luego a descripciones del ambiente. Estas primeras
palabras contienen pocos elementos fonéticos porque en general se
refieren a categorías muy amplias en cuanto a objetos y acciones.
Etapa 1.
Comienza a los 18 meses aproximadamente, se empiezan a formar frases que tienen generalmente dos palabras pudiendo llegar a siete. El lenguaje telegráfico es que las frases imitadas por el niño sufren un proceso de reducción característico.
Etapa II.
El niño tiene un vocabulario de más de 50 palabras y utiliza elementos que modifican el significado de las palabras, dando pluralidad y tiempo, y estableciendo relaciones entre otros elementos. El niño, en esta etapa busca patrones en el lenguaje.
Etapa 1.
Comienza a los 18 meses aproximadamente, se empiezan a formar frases que tienen generalmente dos palabras pudiendo llegar a siete. El lenguaje telegráfico es que las frases imitadas por el niño sufren un proceso de reducción característico.
Etapa II.
El niño tiene un vocabulario de más de 50 palabras y utiliza elementos que modifican el significado de las palabras, dando pluralidad y tiempo, y estableciendo relaciones entre otros elementos. El niño, en esta etapa busca patrones en el lenguaje.
- Es recomendable:
Imitar los balbuceos
y gorgoteos que emite el niño sólo en los primeros meses; colocar sus
manos sobre nuestros labios entre seis y doce meses; y repetirle las
vocales exagerando la pronunciación.
Cuando en la familia existe un ambiente estimulante y educativo que favorece el desarrollo lingüístico del niño estamos contribuyendo a proporcionarle un instrumento que le facilitará la adaptación social y su desarrollo personal. En general, todos los niños requieren cierto grado de estimulación dentro del hogar para que el aprendizaje del lenguaje se realice.
Cuando en la familia existe un ambiente estimulante y educativo que favorece el desarrollo lingüístico del niño estamos contribuyendo a proporcionarle un instrumento que le facilitará la adaptación social y su desarrollo personal. En general, todos los niños requieren cierto grado de estimulación dentro del hogar para que el aprendizaje del lenguaje se realice.
En el caso del lenguaje, la imitación produce un doble efecto positivo en el niño. Por un lado se oye hablar a sí mismo, lo cual lo ayuda a controlar sus emisiones y, por otro, escucha al adulto, que lo motiva a ajustar las palabras a un modelo que le permitirá corregir y mejorar su lenguaje poco a poco. De aquí la conveniencia de hablar a los niños con claridad, sin ceder demasiadas veces a la tentación de imitarlos, ya que si los pequeños escuchan continuamente un modelo erróneo igual al que ellos producen puede retrasarse la adquisición de un lenguaje correcto. Ocurre lo mismo si tomamos sus defectos como una gracia, pues vamos a favorecer la tendencia en el niño o niña a repetirlo igual y a reforzarle de este modo una pronunciación defectuosa.
No es conveniente tampoco el uso continuado de diminutivos, el niño de corta edad tiende a omitir la primera parte de la palabra, por lo que puede llegar a hablar con una serie de “itos” que evidentemente dificultarán la comunicación. Las designaciones abreviadas y las onomatopeyas (guau – guau por perro) utilizadas como medio de nombrar objetos producen el mismo efecto, además de entorpecer el aprendizaje correcto de las palabras.
tomado de: http://www.elabcdelospadres.com/articulos/articulo4.html
Escrito por Nathalia Calderon Astorga
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