Mis tres amigos (La Trinidad)

El tema de la Trinidad es importante enseñarlo a los niños, ya que estas tres personas pueden causar confusión en ellos acerca de cual es Dios y cual no. Los niños tienen la capacidad de entender que el Padre es Dios, el Hijo y el Espíritu son también Dios, todos ellos son el mismo Dios. Las tres personas de la trinidad, son en su esencia el mismo Dios. Creemos así que las tres personas Padre, Hijo y Espíritu Santo son fundamental y totalmente uno. El Dios Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son cada una persona independiente, pero al mismo tiempo son iguales en que todos ellos son el mismo Dios. Cuando creemos en Dios, creemos en el Hijo y creemos en el Espíritu Santo, como una trinidad.
El objetivo de este tema es enseñar a los niños acerca de quien es que le debo pedir a cada una de las personas de la Trinidad, Dios es el padre, nuestro padre celestial, es tan poderoso que creo cada una de las cosas que nos rodean, Dios nos creó desde antes que naciéramos, Dios esta siempre presente en nuestra vida, El siempre sabe lo que esta pasando con nosotros y lo que necesitamos para salir adelante. Dios es el único Dios, el Señor de Señores y es nuestra máxima autoridad. Aunque nunca nadie lo ha visto cara a cara, creemos fielmente en que existe y nos acompaña siempre.


Creer en Dios es creer en su Hijo y en el Espíritu Santo. Dios existe por si mismo, su creación depende de El. No solo tiene vida, sino que sustenta la vida de su universo y tiene en si mismo la fuente de esa vida. En su naturaleza Dios es espíritu puro, no es como el hombre parte cuerpo y parte espíritu.


Jesús es el Hijo de Dios, su unigénito. Nació de una virgen, concebido por el Espíritu Santo. Murió en la cruz para salvarnos de nuestros pecado, sin importar cual fuera este. Esta siempre dispuesto a escuchar nuestras oraciones. El administra todo lo del Padre y se lo da al Espíritu Santo para que El lo reparta. Se le pide que interceda por lo que queremos. El Espíritu Santo es la representación de Dios en la tierra, es el espíritu de Dios. Es quien nos guía a la verdad y nos convence de pecado, nos da los dones y los ministerios y todo lo demás que Jesús cree que podemos administrar.