Toda persona cristiana, debe hacer la diferencia en el ambiente en el que se desenvuelve, ser luz en las tinieblas y dar testimonio a las personas que lo rodean, para llevar una verdadera semilla de amor y salvación. Los niños no escapan de este principio, es igual de importante para un niño marcar la diferencia, sin importar la edad que este tenga, los demás niños deberían ver a Dios reflejado en ellos.
Se han estudiado algunas cualidades que creemos que cada niño debe conocer y poner en práctica. Este tema es muy importante, por eso usted como maestro o maestra, debe estudiar a profundidad cada lección y darle a los niños lo mejor que pueda. Recuerde que, los niños son los herederos del Reino de los Cielos, además son importantes para Dios. Mateo 19:13, la gente llevaba los niños a Jesús, para que El orara por ellos y los discípulos los reprendieron, sin embargo Jesús salió en defensa de los niños y les dijo que El Reino de los cielos es para ellos, además puso su mano sobre ellos y los bendijo.
El objetivo principal del maestro cristiano es usar las mejores técnicas educativas para enseñar a los niños a ser buenos y exitosos ciudadanos, además usar la Biblia para enseñar a los niños. Un niño nunca es demasiado joven para no enseñarle la Palabra de Dios y ayudarle a pasar por los obstáculos que enfrentará en cada etapa de sus vidas. Si enseñamos bien a un niño acerca de Jesús, este puede mantenerse firme, lo que se debe hacer es que el niño conozca a Dios personalmente, que tenga su propia experiencia. Solo así será equipado para mantenerse firme ante las presiones del mundo y pueda sobrevivir. Nuestros niños son los futuros líderes, maestros, pastores, salmistas, evangelistas, etc. Sembremos una semilla fértil en sus corazones, para que cuando crezcan no se aparten, si no que recuerden cada palabra y puedan enfrentarse al mundo que los rodea agarrados de la mano de Dios.
En Proverbios 22:6, Dios nos dice “Instruye al niño en su camino, Y aún cuando fuere viejo no se apartará de El”. Nada de esto sucederá automáticamente. Debemos luchar por el alma de cada niño para que sea salvo en el Señor. Y para esto, debemos invertir oración, tiempo y esfuerzo en una enseñanza cristiana para los niños.
Los niños tienen toda una vida por delante, así que, ¿Qué clase de adultos y líderes queremos que sean nuestros niños?, somos nosotros los encargados de velar porque ellos sean adultos y líderes de bien.
excelente..!!!
ResponderEliminarPon por favor unos ejenplos
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