martes, 7 de junio de 2011

Arrepentimiento




Después de que sabemos y reconocemos que tenemos pecado en nuestro corazón, entonces debemos tomar la decisión de salir de eso, primero debemos arrepentirnos y pedirle a Dios que nos perdone y entre a nuestra vida y nuestro corazón, para que seamos nuevas personas y con un corazón limpio.


Historia de la Biblia:

Libro de Jonás

Jonás fue enviado por Dios a Nínive para que predicara arrepentimiento, ya que este pueblo estaba en pecado delante de Dios, Jonás tuvo miedo y trato de huir de Dios y del mandato que le había sido dado, por esta razón tomo una embarcación hacia otro pueblo y quiso dejar atrás la orden de Dios.

En su camino, Dios vino sobre la embarcación con fuertes vientos y con tempestad, hasta que los marineros, tomaron la decisión de echar suertes sobre ellos y descubrir quién era el culpable de lo que sucedía, Jonás les hablo diciéndoles: “Tomadme y echadme al mar, y el mar se os aquietará; porque yo sé que por mi causa ha venido esta gran tempestad sobre vosotros”, los marineros lo tomaron y tiraron al mar donde un gran pez vino y se lo tragó, estando ahí durante tres días y tres noches, entonces Jonás oro y Dios le dio orden al pez que vomitara a Jonás en tierra.

Dios volvió a hablarle y le dio la misma orden, que fuera a Nínive y predicara a sus habitantes, esta vez Jonás fue obediente y cumplió con lo encomendado por Dios.

Recuerde recalcar que Jonás se arrepintió de los que lo había hecho, de lo contrario su final hubiese sido otro. Además recuerde que lo que trago a Jonás fue un gran pez no una ballena.


Pasaje:

“…Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” Mateo 3:2


Aplicación:

Jonás fue consciente del pecado que cometió, sin embargo, el tuvo la valentía de arrepentirse y ser obediente a Dios. Cada vez que El nos manda a hacer algo, debemos hacerlo, de los contrario, habrán grandes consecuencias que debemos enfrentar. Jonás fue tragado por un gran pez, tal vez a nosotros no nos pase algo así, pero las consecuencias vendrán a nosotros, como paga de nuestro pecado.

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