martes, 13 de septiembre de 2011

Conociendo mi propósito



Muchas veces los niños y los adolescentes se sienten confundidos y no saben qué quieren ni qué pueden hacer para quedar bien delante de otras personas, qué siempre opinan sobres sus vidas. Además, a menudo se plantean la siguiente pregunta: ¿Quién soy?, y para esta pregunta hay muchas repuestas, dicen su nombre, profesión, ocupación, grado de parentesco o relación con alguien, pero la respuesta correcta siguen sin saberla. Esto pasa porque los adolescentes creen ser lo que los demás opinan de ellos o lo que aparentan ser, además de que la identidad depende de cuánto tenemos, que hacemos, donde estamos o con quién andamos.

Tal vez no encuentran el sentido de vivir y no ven salida a sus “problemas”, creen que nadie los comprende y que no hay ningún propósito por el cual están en este mundo, solo saben que sus vidas están siendo objeto de muchos cambios físicos y mentales, además, empiezan a darse cuenta que no todo es como se quiere y se llenan de frustraciones y temores. Sin embargo, la palabra de Dios nos dice que desde que Él nos creó, nos creó con un propósito específico y diferente al de los demás. Él nos creó pensando en que estuviéramos siempre cerca de Él.

¿Y cuál es el propósito con el cual Dios me creó? En Juan 1:12, la palabra de Dios nos dice que:

“Mas a todos lo que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”.

El Señor Jesús nos dice que si le recibimos y creemos en Él, seremos hijos de Dios, y qué mejor que ser hijos de Dios, Él nos creó para que llegáramos a ser sus hijos y que nunca nos apartáramos de Él.

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