lunes, 25 de julio de 2011
El niño y su autoestima
¿Qué es la autoestima?
Es el concepto que tenemos de nuestra vida y se basa en todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que tenemos sobre nosotros mismos y que hemos ido recogiendo. Es aceptarse a uno mismo y tal cual es, con defectos y con virtudes, creyendo que si Dios me hizo así es porque así quería que yo fuera.
La autoestima juega un papel importante en la vida de las personas. Los éxitos y los fracasos, la satisfacción de uno mismo, el bienestar y el conjunto de relaciones sociales llevan su sello. Tener una autoestima psitiva importante para la vida personal, profesional y social.
El concepto del Yo y de la autoestima se desarrolla gradualmente durante toda la vida, se empieza en la infancia y pasa por diversas etapas de progresiva complejidad. Cada etapa aporta impresiones, sentimientos e incluso, complicados razonamientos sobre el Yo.
La autoestima es un elemento básico en la formación personal de los niños. De su grado de autoestima dependerá su desarrollo en el aprendizaje, en las buenas relaciones, en las actividades, y por qué no decirlo, en la construcción de la felicidad. Cuando un niño adquiere una buena autoestima se siente competente, seguro, y valioso. Entiende que es importante aprender, y no se siente disminuido cuando necesita de ayuda. Será responsable, se comunicará con fluidez, y se relacionará con los demás de una forma adecuada. Al contrario, el niño con una baja autoestima no confiará en sus propias posibilidades ni en las de los demás. Se sentirá inferior frente a otras personas y, por lo tanto, se comportará de una forma más tímida, más crítica y con escasa creatividad, lo que en algunos casos le podrá llevar a desarrollar conductas agresivas, y a alejarse de sus compañeros y familiares.
El papel de los padres
Algunos expertos afirman que una baja autoestima puede conducir a los niños hacia problemas de depresión, anorexia o consumo de drogas, mientras que una buena autoestima puede hacer que una persona tenga confianza en sus capacidades, no se deje manipular por los demás, sea más sensible a las necesidades del otro y, entre otras cosas, esté dispuesto a defender sus principios y valores. En este sentido, sería recomendable que los padres se preocupasen tanto por mantener una buena salud física en sus hijos, como por fomentar su estabilidad y salud emocional. La autoestima es una pieza fundamental en la construcción de los pilares de la infancia y adolescencia.
La autoestima se construye diariamente en a través de las relaciones personales de aceptación y confianza. El lado emocional de los niños jamás debe ser ignorado por los padres y profesores. Hay que estar atentos a los cambios de humor de los niños y a sus altibajos emocionales. Desde el nacimiento a la adolescencia, por su vulnerabilidad y flexibilidad, los niños deben encontrar seguridad y afecto en las personas que les rodean y los padres pueden hacer mucho por mejorar la autoestima de su hijo. Todo lo que se consigue en este periodo de desarrollo y crecimiento físico, intelectual y emocional puede sellar su conducta y su postura hacia la vida en la edad adulta.
En general, las experiencias positivas y relaciones plenas ayudan a aumentar la autoestima. Las experiencias negativas y las relaciones problemáticas producen que disminuya la autoestima.
Una persona con baja autoestima suele ser alguien inseguro, desconfía de las propias facultades y no quiere tomar decisiones por miedo a equivocarse. Además, necesita de la aprobación de los demás pues tiene muchos complejos. Suele tener una imagen distorsionada de sí mismo, tanto a lo que se refiere a rasgos físicos como personales o de carácter. Todo esto le produce un sentimiento de inferioridad y timidez a la hora de relacionarse con otras personas.
Le cuesta hacer amigos nuevos y está pendiente del qué dirán o pensarán sobre él, pues tiene un miedo excesivo al rechazo, a ser juzgado mal y a ser abandonado. La dependencia afectiva que posee es resultado de su necesidad de aprobación, ya que no se quiere lo suficiente como para valorarse positivamente.
La importancia de una autoestima elevada
Sentirse bien con uno mismo facilita:
Enriquecer su vida: Tener gente feliz a su alrededor del niño es bueno. Siendo feliz podrá encontrar más amigos. Sintiéndose mejor consigo mismo y siendo más abierto, establecerá relaciones más estrechas y más duraderas.
Aceptar los retos: Cuando se tiene una autoestima alta, no se tendrá miedo de desarrollar las habilidades que Dios ha puesto en cada persona, por el contrario, querrán arriesgarse y probar cosas nuevas. Si no prueba, no podrá madurar.
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