martes, 9 de agosto de 2011

Consejos para los padres




1. Aprovechar los momentos cotidianos con sus niños y dedicar tiempo individual para cada uno diariamente.

2. Demostrar cariño con sonrisas, contacto visual, abrazos, y besos.

3. Demostrarles amor incondicional- rechazar la conducta inapropiada, pero siempre aceptar quiénes son.

4. Ofrecerles seguridad a través de estructura, rutina, reglas, y expectativas consistentes.

5. Poner límites y aplicar consecuencias razonables cuando los incumplen, corrigiéndoles sensitivamente y en privado.

6. Aceptar el fracaso como parte natural de la exploración y el aprendizaje- permitirles que cometan errores y aprendan de la experiencia.

7. Dar a los niños responsabilidades, según su madurez y capacidades- evitar presionarles con expectativas no razonables basadas en nuestras aspiraciones.

8. Servir de buen ejemplo de cómo lidiar con las tensiones con conciencia, paciencia y calma.

9. Servir de buen ejemplo de cómo relacionarnos respetuosa y responsablemente con los demás.


10. Permitirles que expresen sus pensamientos y sentimientos, y confirmarlos como válidos.

11. Ayudarles a comprender sus emociones y controlar su comportamiento.

12. Ayudarles a verbalizar sus experiencias a través del juego, cuentos, platicando.

13. Ayudarles a desarrollar destrezas de comunicación- enseñarles a ser afirmativos: “Me siento x cuando haces y. Quisiera z.”

14. Ofrecerles dirección y guías, y apoyarles en sus decisiones.

15. Felicitarles por sus esfuerzos- apreciar y reconocerles cuando actúan con empeño.

16. Enfatizar sus talentos más que sus debilidades, y no compararlos con otros.

17. Animarles a jugar y a competir como diversión, a seguir reglas de compañerismo en lugar de ganar a toda costa.

18. Observar sus interacciones, escuchar sus conversaciones, y hablar con otros envueltos en la vida de sus niños.

19. Asegurarles que no tienen que enfrentar las situaciones difíciles solos.

20. Buscar apoyo o ayuda profesional cuando la necesite- los adultos tampoco tenemos que enfrentar las situaciones difíciles solos.

El trastorno por déficit de atención



Es un padecimiento donde al niño le es difícil centrar su atención en un estímulo y concentrarse en él. Esto se manifiesta en su conducta que se observa desorganizada e impulsiva, y repercute en la familia y en la escuela. Las alteraciones son identificadas primero por el padre o profesor.

En las aulas, estos pequeños dan la impresión de que :

 escuchan mal
 están inquietos
 trabajan de forma irregular y descuidada
 en particular le son duras las tareas que requieren de una atención prolongada
 tienen problemas en la relación con sus compañeros,
 mala conducta
 y pobre rendimiento escolar
 generalmente son los llamados "niños problema".


Causas: Existen diversas teorías que intentan explicar el origen del trastorno por Déficit de Atención, algunos consideran que la causa se debe a una maduración retardada del sistema nervioso, o por haber alguna lesión cerebral, una variación genética, alteraciones metabólicas y emocionales.


Descripción del cuadro:


Falta de atención:
• con frecuencia no termina las cosas que empieza
• a menudo parece no escuchar
• se distrae con facilidad
• tiene dificultades para concentrarse en tareas escolares
• tienen problemas para seguir una actividad de juego.

Impulsividad:
• suele actuar antes de pensar
• cambia excesivamente de una actividad a otra
• le es difícil organizar el trabajo
• necesita de una supervisión muy constante
• frecuentemente grita en clase
• tiene dificultades para esperar su turno en juegos o situaciones de grupo.

Hiperactividad:
• corre o se trepa por todos lados, excesivamente
• tiene problemas para quedarse quieto o juguetea demasiado
• le es difícil permanecer sentado
• siempre anda desbocado o actúa como impulsado por un motor.

Las actividades de los niños




Las canciones y los juegos se pueden usar en cualquiera de los pasos de enseñanza de la Biblia, pero sobre todo en la introducción.

Canciones: A los niños les encanta cantarle a Dios, y a Dios le encanta escuchar a los niños cantándole. Las canciones hacen que los niños se sientan parte de un grupo, además fortalece la fe de los niños no solo durante la clase, después también. Los niños se acuerdan de las palabras y las mímicas y las repetirán siempre.

Juegos: Muchas personas piensan que los juegos son una pérdida de tiempo, y que ellos pueden destruir la seriedad de la atmósfera y que no son apropiados para la clase.

Hay buenas razones por las que se cree que es bueno jugar, veamos:

1. Los juegos ayudan a desarrollar la parte física y mental de los niños.
2. Incrementa el interés del niño en la clase.
3. Mediante los juegos, ellos disfrutan y comparten mucho.
4. Fortalece su relación son los otros niños.

Es muy importante que los niños no solo le vean como un gran jefe o un profesor estricto, sino que como un amigo, que juega y se divierte con ellos.

En resumen:

La clase de los niños no es solo entretenerlos para que no molesten a sus padres o al pastor, la clase de los niños es para enseñarles de la palabra de Dios, que como vimos al principio es un mandato que debemos cumplir.



Algunas razones:

1. Si queremos que nuestros niños sean adultos de bien, además de grandes líderes dentro de la iglesia, debemos esforzarnos para que ellos aprendan el comportamiento que Dios espera de ellos a medida que van creciendo.

2. Es importante que en la clase ellos aprenda y pongan en práctica lo aprendido, pero para esto se necesita de la ayuda de los padres, ya que si solo escuchan de Dios en la clase que es muy poco rato y la casa no se fomenta o no reciben de sus padres el apoyo, será mas difícil que ellos apliquen la enseñanza en sus vidas.

A veces los padres no se preocupan por ver que aprendieron en la clase, o por orar con ellos, leerles la Biblia, estas son cosas que deben practicar en clase y en casa, recordemos que ellos crecen haciendo lo que ven a los adultos hacer.

3. Demostrarles amor y comprensión, vimos las características de los niños por edades, es importante que ellos siempre reciban de nosotros amor sin importar lo que hagan, recordemos que muchas veces ellos actúan como actúan sus familiares o allegados, o simplemente por la edad en la que están, nunca haga a un niño sentirse mal, si lo hace, búsquelo y arregle las cosas, porque los niños guardan todo y esto puede traer consecuencias en el futuro.

Algunos niños no reciben amor en la casa, por diversas razones, y llegan a la clase esperando que su maestro le de ese amor que tanto necesita, por eso es tan importante tratar de conocer a los niños que tenemos en grupo, para brindarle atención personalizada en el área que mas lo necesite.

4. Si ya somos maestros o lo vamos a ser, lee esto con atención, los niños son muy importantes para Dios y para la iglesia, por esta razón es que debemos prepararnos muy bien para darles la clase, no pensemos que como son niños y casi no saben nada, entonces no importa hacer las cosas a la carrera o improvisar en todo, ellos perciben eso, no creemos en ellos una mala impresión. Preparémonos con tiempo, oremos, pidamos a Dios que nos ayude a desarrollar una clase adecuada a ellos y que el corazón de los niños este listo para recibir y aprender lo que les enseñemos.

lunes, 25 de julio de 2011

El niño y su autoestima



¿Qué es la autoestima?

Es el concepto que tenemos de nuestra vida y se basa en todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que tenemos sobre nosotros mismos y que hemos ido recogiendo. Es aceptarse a uno mismo y tal cual es, con defectos y con virtudes, creyendo que si Dios me hizo así es porque así quería que yo fuera.

La autoestima juega un papel importante en la vida de las personas. Los éxitos y los fracasos, la satisfacción de uno mismo, el bienestar y el conjunto de relaciones sociales llevan su sello. Tener una autoestima psitiva importante para la vida personal, profesional y social.

El concepto del Yo y de la autoestima se desarrolla gradualmente durante toda la vida, se empieza en la infancia y pasa por diversas etapas de progresiva complejidad. Cada etapa aporta impresiones, sentimientos e incluso, complicados razonamientos sobre el Yo.

La autoestima es un elemento básico en la formación personal de los niños. De su grado de autoestima dependerá su desarrollo en el aprendizaje, en las buenas relaciones, en las actividades, y por qué no decirlo, en la construcción de la felicidad. Cuando un niño adquiere una buena autoestima se siente competente, seguro, y valioso. Entiende que es importante aprender, y no se siente disminuido cuando necesita de ayuda. Será responsable, se comunicará con fluidez, y se relacionará con los demás de una forma adecuada. Al contrario, el niño con una baja autoestima no confiará en sus propias posibilidades ni en las de los demás. Se sentirá inferior frente a otras personas y, por lo tanto, se comportará de una forma más tímida, más crítica y con escasa creatividad, lo que en algunos casos le podrá llevar a desarrollar conductas agresivas, y a alejarse de sus compañeros y familiares.


El papel de los padres

Algunos expertos afirman que una baja autoestima puede conducir a los niños hacia problemas de depresión, anorexia o consumo de drogas, mientras que una buena autoestima puede hacer que una persona tenga confianza en sus capacidades, no se deje manipular por los demás, sea más sensible a las necesidades del otro y, entre otras cosas, esté dispuesto a defender sus principios y valores. En este sentido, sería recomendable que los padres se preocupasen tanto por mantener una buena salud física en sus hijos, como por fomentar su estabilidad y salud emocional. La autoestima es una pieza fundamental en la construcción de los pilares de la infancia y adolescencia.

La autoestima se construye diariamente en a través de las relaciones personales de aceptación y confianza. El lado emocional de los niños jamás debe ser ignorado por los padres y profesores. Hay que estar atentos a los cambios de humor de los niños y a sus altibajos emocionales. Desde el nacimiento a la adolescencia, por su vulnerabilidad y flexibilidad, los niños deben encontrar seguridad y afecto en las personas que les rodean y los padres pueden hacer mucho por mejorar la autoestima de su hijo. Todo lo que se consigue en este periodo de desarrollo y crecimiento físico, intelectual y emocional puede sellar su conducta y su postura hacia la vida en la edad adulta.

En general, las experiencias positivas y relaciones plenas ayudan a aumentar la autoestima. Las experiencias negativas y las relaciones problemáticas producen que disminuya la autoestima.

Una persona con baja autoestima suele ser alguien inseguro, desconfía de las propias facultades y no quiere tomar decisiones por miedo a equivocarse. Además, necesita de la aprobación de los demás pues tiene muchos complejos. Suele tener una imagen distorsionada de sí mismo, tanto a lo que se refiere a rasgos físicos como personales o de carácter. Todo esto le produce un sentimiento de inferioridad y timidez a la hora de relacionarse con otras personas.

Le cuesta hacer amigos nuevos y está pendiente del qué dirán o pensarán sobre él, pues tiene un miedo excesivo al rechazo, a ser juzgado mal y a ser abandonado. La dependencia afectiva que posee es resultado de su necesidad de aprobación, ya que no se quiere lo suficiente como para valorarse positivamente.


La importancia de una autoestima elevada

Sentirse bien con uno mismo facilita:

 Enriquecer su vida: Tener gente feliz a su alrededor del niño es bueno. Siendo feliz podrá encontrar más amigos. Sintiéndose mejor consigo mismo y siendo más abierto, establecerá relaciones más estrechas y más duraderas.
 Aceptar los retos: Cuando se tiene una autoestima alta, no se tendrá miedo de desarrollar las habilidades que Dios ha puesto en cada persona, por el contrario, querrán arriesgarse y probar cosas nuevas. Si no prueba, no podrá madurar.