martes, 13 de septiembre de 2011

Dios me creo pensando en que tenía un propósito para mi



1.Desde antes de nacer: en el Salmo 139:13 y Isaías 49:1, la palabra de Dios nos dice que, Él formó nuestras entrañas y nos hizo en el vientre de nuestra madre, además dice que Él ya tenía nuestro nombre en memoria, ¿puedes creerlo?, Dios sacó su tiempo para crearte, para hacer tu cuerpo mientras estabas en el vientre de tu madre, tenía en su mente hasta como te llamarías, Él está pendiente desde antes de tu nacimiento de cómo serías y qué ibas a ser.


2.A imagen de Dios: la palabra de Dios nos dice en Génesis 1:27:
“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; …”

Dios nos creó a su imagen. Joven, Dios te ama tanto que te hizo a semejanza de Él.


3.Dios nos ama y nos perdona: En Juan 3:16, la Biblia nos dice:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”,

Dios nos amó tanto que nos dio a su único hijo para que si creemos en Él, no nos perdamos, sino que tengamos vida eterna, Él perdonó nuestros pecados y nos da una vida nueva.


4.Tiene misericordia de nosotros: La palabra de Dios nos dice en Jeremías 31:3 que “… Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia”, Dios nos ama con un amor tan grande que es eterno, nunca dejará de amarnos y por eso cada día nos da misericordias nuevas y estas son prolongadas.


5.Mi cuerpo es templo de Dios: Es muy importante que sepamos que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, y que además Él mora en nosotros, también dice la Biblia en 1 Corintios 6:19 que “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestro?”, nuestro cuerpo es de Dios no de nosotros. por tal razón debemos cuidarlo.


6.Dios es nuestro amigo: La palabra de Dios en Juan 15:15 nos dice que “Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer”, Dios nos dice que no seremos llamados más siervos que nos llamará amigos, somos tan importantes para Dios, que Él se considera y nos llama sus amigos.


7.Dios nos escogió: Además de ser Dios nuestro amigo, dice la Biblia en Juan 15:16:
“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé”.

Nosotros no lo elegimos a Dios, sino Él a nosotros, Él tiene algo tan grande para cada uno de nosotros que nos eligió para que demos fruto y este permanezca y de esta forma todo lo que pidiéremos en su nombre Él nos lo dará.


8.Parte del cuerpo de Cristo: Dios tiene un plan específico para cada uno de nosotros, somos parte del cuerpo de Cristo, en 1 Corintios 12:27-28, Dios nos aclara este punto, nos dice que a cada uno nos dio o nos dará dones en particular, o sea, que si ya eres parte del cuerpo de Cristo pídele a Dios los dones que Él Espíritu Santo tenga para darte.


9.Nueva criatura: Desde que somos hijos de Dios, pasamos a ser nuevas criaturas, ya no seremos más la persona que fuimos antes. En 2 Corintios 5:17 la palabra de Dios nos dice que todas las cosas viejas pasaron y que todas son hechas nuevas, o sea, las cosas que hacíamos antes de estar en Cristo debemos dejarlas atrás y empezar a hacer cosas nuevas y sanas para Él.


Después de recordar estos nueve puntos, sabemos que Dios sí nos creó no solo pensando en cada uno, sino que además nos creó con un gran propósito, el de ser sus hijos, sus amigos y el de nunca apartarnos de Él. ¿Sabes, joven? Dios te ama mucho y solo quiere tu bienestar, Él tiene grandes recompensas para los que deciden seguirlo y cumplir con todo lo que Él nos manda.

No cierres tu oído a la palabra de Dios, Él te puede dar la felicidad y una vida mejor para que puedas disfrutarla, te da un amigo sincero en quien puedes confiar que es Él mismo, y lo más importante un camino seguro por donde puedes andar sin temor ni miedos al que dirán. Solo toma la decisión de seguir a Dios y de nunca apartarte de Él.

Dios nos pide que vivamos en santidad




¿Cuántas veces te has topado con una barrera mientras vas en busca de tus metas o anhelos?, creemos que vamos por buen camino, buscando eso que tanto anhelamos, y solo vemos obstáculos y problemas que no nos permiten alcanzar esos sueños que queremos lograr en nuestra vida.

A veces tenemos alguna promesa o palabra que Dios nos ha dado y nos aferramos y luchamos por alcanzarla, oramos incansablemente, y peleamos por ella, pero conforme pasa el tiempo y vemos que no pasa nada positivo, entonces empezamos a rendirnos y dejar de lado esas promesas tan preciosas que el Señor nos dio. Solo podemos ver una gran barrera de problemas y pruebas que esta frente a nosotros, y nos impide el paso hacia nuestro anhelo, y ¿sabes que?, detrás de esa gran barrera está lo que tanto quieres alcanzar.

Pero, que difícil es tratar de cruzar esa muralla, que difícil es insistir e insistir y ver que parece hacerse más grande, cada vez más lejos de nuestro anhelo, sin fuerzas para seguir luchando, pero, ¿estaremos haciendo lo correcto para atravesar el muro?, hay algo que podemos hacer para que esta muralla empiece a verse más pequeña, para lograr cruzar y apoderarnos de nuestro sueño. La palabra de Dios nos dice que el secreto para lograr vencer esas barreras, es la santidad, esto no quiere decir que no podemos hablar de cierta manera, o ponerme cierta ropa o hacer ciertas cosas, la santidad quiere decir apartarse del pecado, no contaminarnos con las cosas del mundo, alejarme de las cosas que no agradan a Dios.


En 2 Corintios 7:1, la palabra de Dios nos dice:

“Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”,

En este versículo el Señor Jesús nos dice algunas cosas que debemos hacer:

 Nos habla de promesas, esas promesas que están en la palabra para todos los que en Él creyeren y las promesas que Dios en alguna oportunidad nos ha dado a cada uno.

 El Señor nos dice que ya que tenemos esas promesas, debemos limpiarnos de toda contaminación de carne y de espíritu, debemos alejarnos de todo aquello que pueda ser de contaminación para nuestro cuerpo, y además, debemos buscar cada día más la presencia de Dios, orando, ayunando, pidiendo su misericordia, para limpiar nuestro espíritu y para lograr apartarnos de todo lo que a Él no le agrada.

 Dios nos dice que debemos perfeccionarnos en la santidad en el temor de Dios, debemos progresar constantemente en la santidad no por agradarse a uno mismo, o por lo que dirán las personas de nuestro entorno, sino con el temor de Dios, buscando siempre su presencia y creyendo que solo con su ayuda lo podremos lograr.

Si ya tenemos las promesas, es nada más de alejarnos de toda contaminación y tratar de ser irreprensibles en santidad delante de Dios, como dice la Biblia en 1 Tesalonicenses 3:13.


Según Josué 1:5-9, hay algunos valores que nos pueden ayudar para acercarnos a esta santidad que Dios nos pide:


1. Esforzarse: Josué 1:6, esfuerzo quiere decir, emplear toda nuestra fuerza, para conseguir algo, venciendo dificultades, debemos esforzarnos para lograr primero la santidad que Dios nos pide para alcanzar nuestros anhelos, si estamos esforzados las pruebas que nos topamos en el camino serán más fáciles de vencer.


2. Ser valiente: Josué 1:6, valentía es ejecutar un hecho con valor, si queremos atravesar la muralla que interfiere con nuestro sueño, debemos ser valientes, para que ninguna prueba o para que la misma muralla no nos aparte del camino que llevamos para lograr nuestro objetivo, además, es importante ser valiente, Dios no lo recalca en los versículo 7 y 9.


3. Nunca apartarnos de la ley: Josué 1:8, Él Señor Jesús nos manda a que nunca nos apartemos de la ley, o sea la Biblia, más bien nos dice que de día y de noche meditemos en ella, para que guardemos y hagamos todo lo que está escrito, esto hará prosperar nuestro camino y todo nos saldrá bien. No debemos apartar nuestra vida de la Biblia, en ella están todas las respuestas que necesitamos para vivir mejor.


Y si somos esforzados, valientes, no nos apartamos de la ley y buscaremos día a día la santidad, Dios nos dice en Josué 1:5, que Él siempre estará con nosotros y nunca nos dejará ni nos desamparará, con la ayuda de Dios vamos a lograr primero alcanzar esa santidad que Él tanto nos pide, además de atravesar la muralla que nos impide el paso para lograr nuestras metas, logros, objetivos, anhelos, llámalo como quieras, pero al otro lado de esa muralla, están los frutos de tu esfuerzo, eso que siempre has deseado, esas promesas que llevas guardadas en tu corazón con tanto amor, solo busca la santidad y antes de los que creas lograrás que esa barrera empiece a hacerse más pequeña.

Si no estamos en santidad como Dios quiere, Él nunca nos permitirá ver más allá de esa barrera, ¿te lo puedes imaginar?, estar muy cerca de alcanzar esa promesa y por no ser obedientes a Dios no poder disfrutarla, nos quedaremos viendo para siempre esa muralla.

Anímate a buscar esa santidad que Él Señor Jesús nos pide, es el secreto para que logres lo que tanto anhelas, no te arrepentirás.

Todo tiene su tiempo



En la vida pasamos por muchas etapas, las cuales son muy importantes. La primera etapa por la que todo ser humano pasa es la niñez, ahí nos divertimos, jugamos y disfrutamos el placer de ser niños, cuando crecemos un poco más y llegamos a la adolescencia es donde empezamos a experimentar muchos cambios en nuestra vida, cuerpo, sentimientos, entre otros, luego llegamos a ser jóvenes, adultos y por último ancianos.


Por cada una de estas etapas tenemos que pasar, pues no se puede decidir no ser niño y empezar nuestras vidas como adultos, son etapas que cada ser humano tendrá que vivir una a una, y psicológicamente cada período que se deja de vivir, en el futuro saldrá a relucir tarde o temprano y nos traerá problemas, no hay por qué apresurarse a vivir una etapa de la vida pues igual va a llegar, ya que si nos “brincamos” una de estas fases, y tratamos de ser adultos antes de ser adolescentes, la vida nos va cobrar las consecuencias de este apresuramiento.


Lo difícil a veces, es esperar ese tiempo, ya que no es en nuestro tiempo que llegan las transformaciones; sino en el tiempo de Dios, y generalmente estamos apresurados por avanzar y conseguir nuestros sueños o anhelos y es cuando empezamos a pensar que si me salto alguna etapa y trato de ser adulto antes de joven, todo será más rápido, sin tener en cuenta que Dios es quién tiene nuestra vida dispuesta y sabe cuando es el mejor tiempo para cada uno de los cambios además de que esa etapa que no estamos viviendo quedará reprimida dentro de nosotros y algún día saldrá a relucir.


En Eclesiastés 3:1-12, la palabra de Dios nos dice que hay tiempo para todo y que todo lo que se quiere tiene su hora. Del versículo 1 al 8, Dios nos da una lista de cosas que tienen un tiempo específico, ya planeado por Dios, no cuando nosotros queremos, son algunas actividades que no podemos decidir no vivir, por ejemplo, en el versículo 2 dice:


“Tiempo de nacer, y tiempo de morir…”


Ninguno de nosotros puede decidir cuando nacer, porque eso ya Dios lo tiene dispuesto, no podemos decidir cuándo queremos morir, porque solo Dios sabe cuándo y cómo nos llevará a su presencia, en el versículo 4 la palabra nos dice “Tiempo de llorar, y tiempo de reír…”, siempre en nuestra vida habrá acontecimientos por los cuales debemos llorar e igual por los cuales reír, y algo que no podemos dejar de vivir, porque son procesos normales por los que todo ser humano debe pasar todo eso ya está dispuesto por Dios. Esta lista de actividades son muchas veces ajenas a la voluntad del hombre.


En el versículo 9 de Eclesiastés capítulo 9, Dios nos dice:

“ ¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana?”,


No tenemos ningún provecho de esto, no es bueno que nos afanemos o perturbemos por las dificultades de la vida, o por querer vivir una etapa antes de la otra, recuerda que siempre la etapa que nos saltaremos saldrá a relucir en nuestra vida, y para qué exponernos a ser infelices en el futuro, por no haber disfrutado al máximo la adolescencia o la juventud.


“Todo lo hizo hermoso en su tiempo…”, en este versículo Dios nos dice que cada etapa en su tiempo es hermosa, la adolescencia y la juventud son épocas hermosas, aunque a veces parece lo contrario, no hay por qué no querer vivirlas y decidir ser adultos, madres solteras, o salirse de sus casas para enfrentar situaciones nuevas y difíciles, nuestra mente madura conforme con cada etapa y si decidimos ser adultos siendo en realidad adolescente, seremos adultos con la madurez de un joven. O por el contrario, ser adultos y querer vivir la etapa de la juventud que tal vez por apresurados no vivimos.


El versículo 12 de Eclesiastés capítulo 9, nos dice que no hay cosa mejor que alegrarse y hacer el bien en su vida, por eso, qué mejor que vivir cada etapa de nuestra vida con alegría, pensado solo en hacer el bien tanto para mí como para las personas que me rodean.



Por todo esto joven, no trates de ser adulto antes de ser joven, la juventud es una etapa muy bonita, no te apresures por vivirla, sácale provecho a cada día, hay tiempo para todo, para divertirnos, pasear, amar, disfrutar, pero también hay tiempo de buscar a Cristo y el tiempo es ya, por qué no dejas tus problemas o preocupaciones atrás y permites que Dios te ayude y rescate tu vida, Él te ayudará a vivir mejor cada una de tus facetas.

Restaurando mi relación con Dios

Dejar que el pecado entre en nuestras vidas, es muy fácil, solo debemos abrir una puerta y de inmediato entra y cada vez acapara más de nosotros, cuando nos damos cuenta estamos haciendo todo lo que a Dios no le agrada. Nos dejamos llevar por situaciones que parecen que no tienen mucha importancia, pero sí la tienen, porque es por ahí donde el enemigo entra a tratar de apartarnos de los caminos de Dios y del propósito que Él tiene para nosotros.

La única forma de evitar que el pecado se adueñe de nosotros, es estar llenos del Espíritu Santo, y no dejar ninguna puerta abierta por donde pueda entrar el enemigo. La oposición está entre nuestro espíritu (lo que en nosotros está santificado) y la carne (nuestra naturaleza pecaminosa).

La palabra de Dios en Gálatas 5:16 (versión Palabra de Dios para todos), dice:

“Por eso les doy este consejo: dejen que el Espíritu guíe su vida y así, no harán las malas acciones que pide su naturaleza humana.”

1. Que guía nuestra vida: La primera parte de este versículo nos dice que: “dejen que el Espíritu guíe su vida…”, debemos dejar que el Espíritu Santo sea quien nos guíe siempre, no debemos caminar con la guía de personas, vicios o corrientes que lo único que hacen es alejarnos cada vez más de Dios y de las bendiciones que Él tiene para nosotros.

Los amigos, compañeros o novios que no son cristianos o que no piensan igual que nosotros, van a creer que el pecado no es tan malo, y vamos a decir expresiones como “lo que quiero es poder oír música a la moda, pero no voy a dejar de ir a la iglesia”, el simple hecho de abrir nuestra boca o de empezar a hacerlo, abre las puertas para que el enemigo entre a nuestra vida y empiece a ocasionar desastres y a cambiar nuestra manera de ver las cosas.

Por eso, la única forma de que el diablo no empiece a entrar a nuestras vidas es estar cien por ciento llenos de Dios, sin dejar espacio para nada más, dejar que sea Él quien nos guíe y de la mejor manera en cada paso que damos.

2. Malas acciones: La segunda parte del versículo 16 dice: “…no harán las malas acciones que pide su naturaleza humana”. De la parte carnal de nosotros, es de donde salen los pensamientos negativos, malos o los que no le agradan a Dios, esto es lo normal de la naturaleza humana, pensamientos humanos, o sea todo lo que no es correcto. El pecado por si solo es atractivo, la fiesta, los amigos, la diversión, son actividades que captan la atención, cuando se ésta en un pecado, pensamos que no es del todo mal porque lo comparamos con situaciones más graves, como matar, robar, entre otras, pero pecado es pecado, lo que estamos reflexionando es el hecho de estar o no dentro de lo que a Dios no le agrada, no dejar que nuestra naturaleza humana nos juegue una mala pasada y nos empiece a producir malos pensamientos. No debemos satisfacer al hombre natural de quien surgen los malos pensamientos, sino tratar cada día de que el Espíritu crezca y muera la carne.

Cuando dejamos que nuestra parte carnal domine nuestros actos, vamos a estar siempre en lo que a Dios no le agrada, teniendo malos pensamientos, y actuando incorrectamente delante de Dios, creyendo que si voy a una iglesia estoy bien, y el hecho de ir a una iglesia no me salva de mis pecados, para yo ser salvo, necesito primero confesarlos delante de Dios, aceptarlo como dueño de mi vida, creer en Él y por supuesto, estar dispuesto a hacer un alto en lo que estoy haciendo y cambiar de rumbo, empezar a dejar que sea Dios quien guíe mi vida.

Para hacer todo esto, debo restaurar esa relación que alguna vez existió con Dios, o que quiero exista de hoy en adelante. Debo tomar la decisión de arreglar lo que quede de esa relación que hayamos tenido con el creador del mundo, lo importante es que Él siempre está dispuesto a escucharnos y a aceptarnos.