miércoles, 19 de octubre de 2011

¿Comó enseñar a los niños a ser responsables?


"Consejos que estimulan al niño a recordar sus responsabilidades"

Uno de los aspectos básicos de la enseñanza de responsabilidad a los niños es la cuestión: "¿Quién es el responsable de acordarse de las cosas?". Los niños pueden saber hacer las cosas y desear agradar a los padres pero si no han tomado sobre sí la responsabilidad de acordarse, no pueden ser responsables.

Hay algunos consejos que estimulan al niño a recordar sus responsabilidades crecer y a verse capaz de asumir mayores responsabilidades:

* Escriba las cosas y colóquelas en lugar visible.
* No les recuerde las cosas a los niños una vez esté seguro de que le han escuchado y entendido. Recordar las cosas a los niños se convierte en una mala costumbre de la cual los niños pasan a depender.
* Establezca costumbres lo más regulares posible. Cuando las cosas ocurren de forma predecible y regular, se incrementa la capacidad de recordar de los niños.
* No le dé miedo castigar al niño que se "olvida".
* Acuérdese de lo que usted ha dicho. Si los padres lo olvidan, están otorgando al niño, tácitamente, permiso para hacer lo mismo.
* Para enseñar a los niños a ser responsables se puede utilizar un programa claro de recompensas y alabanzas, tal como los sistemas de puntos, que ofrezcan respuestas a su comportamiento. Por otro lado, el niño seguirá siendo irresponsable si la respuesta que obtiene es la crítica excesiva, la exposición al ridículo o a la vergüenza. Los niños a los que se recompensa por ser responsables van desarrollando gradualmente la conciencia de que la responsabilidad y los buenos sentimientos están relacionados; y, con el tiempo, disminuye su necesidad de recompensas externas.


Algunos consejos para enseñar a los niños a ser responsables son:

* Desarrolle la sensación de poder y autoconfianza del niño. Cuando se tiene sensación de poder se poseen los recursos, oportunidades y capacidades necesarias para influir sobre las circunstancias de la propia vida. Enseñar a los niños a ser responsables incrementa su sensación de poder.
* Ayude a los niños a tomar decisiones.
* Los niños que han aprendido a ser responsables toman mejores decisiones que los que no han aprendido a serlo. Podemos contribuir a aumentar la capacidad del niño para tomar decisiones si ayudamos a:
* Resolver los problemas que crea la necesidad de tomar una decisión.
* Buscar otras soluciones.
* Seleccionar una de las alternativas mediante la valoración de sus consecuencias.
* Valorar la eficacia de las decisiones por medio de una discusión posterior.


Tomado de: http://www.baobabparents.com/padres/articulo/ensenar-ninos-ser-responsables/866/

La responsabilidad en el niño


"Los niños con sentido de la responsabilidad poseen los recursos personales necesarios para valorar con eficacia las diferentes circunstancias y tomar decisiones apropiadamente"

Enseñar a los niños a ser responsables requiere un ambiente especial en el hogar y en la escuela. Se trata de conseguir un ambiente que les ofrezca información sobre las opciones entre las que deben escoger y las consecuencias de cada una de ellas, y que les proporcione también los recursos necesarios para elegir bien.

La responsabilidad es la habilidad para responder y decidir apropiadamente y con eficacia, es decir, dentro de los límites de las normas sociales y de las expectativas comúnmente aceptadas. Por otro lado, una respuesta se considera efectiva cuando permite al niño conseguir sus objetivos que reforzarán sus sentimientos de autoestima.

La responsabilidad conlleva, en cierta forma, ser autosuficiente y saber defenderse con seguridad y confianza en uno mismo. Para ello es necesario ser responsable además de saber elegir, llegar a conocerse a uno mismo y adquirir y utilizar el poder en las propias relaciones y en la vida.

En ocasiones las responsabilidades de los niños producirán cierta incomodidad a los adultos. Los niños necesitan que los adultos sean pacientes y tolerantes.

A los niños que no sean considerados responsables de sus actos les será más difícil aprender de sus experiencias. Enseñar a los niños a ser responsables no quiere decir enseñarles a sentirse culpables. Los que tengan sentido de la responsabilidad poseerán los medios, las actitudes y los recursos necesarios para valorar con eficacia las diferentes situaciones y decidir de forma consecuente para ellos y para los que se encuentran a su alrededor.

Una vez que a los niños se les ha asignado ciertas obligaciones, los padres no deben confundirles ni fomentar la irresponsabilidad volviéndose a hacer cargo de las tareas encomendadas.

Los padres relevan a sus hijos de sus responsabilidades si:

* les recuerdan las cosas cuando ellos "se olvidan"
* lo hacen ellos mismos porque "es más sencillo"
* subestiman la capacidad de los hijos
* aceptan que los niños se califiquen a sí mismos de incompetentes o irresponsables
* hacen cosas por sus hijos para que ellos les quieran o para que no les hieran en sus sentimientos
* creen que sólo los padres que trabajan duramente y hacen un montón de cosas por los hijos son "buenos" padres.



http://www.baobabparents.com/padres/articulo/la-responsabilidad-nino-ensenar-responsabilidades/190/

sábado, 8 de octubre de 2011



• Tenga en cuenta que igual que usted como padre – madre puedes modificar la conducta de tus hijos, éstos modifican de forma intuitiva tu propia conducta.
• Las normas deben ser claras, esta bien definidas, y se adecuadas para cada niño según la edad.

• Es importante establecer diferencias entre los hermanos. De otro modo los mayores tienen la sensación de que crecer sólo trae consigo obligaciones y no tardarán en aparecer conductas regresivas (comportamiento infantil) y, por su parte, lo pequeños no desearán crecer, ¿para qué perder privilegios?

• No es injusto que un pequeño se quede, por ejemplo, sin ir a una actividad o no pueda recibir una bicicleta hasta tener 3 años más. De este modo deseará crecer y hacerse mayor como su hermano. Hacerse mayor será deseable porque ser pequeño no trae consigo todos los privilegios.

• No pida cosas que el niño o la niña no puede hacer.

• Cuando exija al niño, no actúe de forma contradictoria.

• Sea coherente en la aplicación de las normas.

• Cuando se produzcan desacuerdos entre los padres sobre la forma de educar a los niños, nunca se deben discutir delante de ellos.

• Evite centrar la autoridad en un solo padre – madre.

• No delegar la autoridad en otro.

• No se desautorice nunca.

• No modifique los castigos (consecuencias) una vez anunciadas.

• No castigue con algo que no pueda cumplir.

• Acostúmbralo a pedir permiso.

• Cuando tengas que poner un castigo: no te alteres, por nada del mundo.
f) Finalmente recuerde:

Los adultos que conviven con el niño tienen que estar de acuerdo acerca de los límites que debe tener: qué se le permite y qué se le prohíbe. Hay que ser cuidadoso con el castigo, porque si éste no se lleva a cabo adecuadamente, el niño no aprenderá lo que es bueno y malo, no fortalecerá su moral. Tal vez deje de hacer lo que se le censura por temor, pero no por convicción. Lo importante es que el adulto ejerza su autoridad de manera que le dé la oportunidad al niño de aprender algo de la experiencia. Ante un berrinche, por ejemplo, se lo puede ignorar, excluir al pequeño del grupo hasta que se calme, y explicarle que esas son las consecuencias de su acción. Aprenderá a tener más cuidado la próxima vez. Se le puede invitar a que participe en la reposición del daño causado, remendando el libro destruido, el juguete quebrado, el dedo maltratado del hermano y, por último, es importante afirmar que la censura mediante palabras o gestos es a menudo insuficiente para que el niño se dé cuenta de que con su acción ha roto el vínculo de confianza mutua y de solidaridad al hacer algo desagradable a los otros, si existe una fuerte relación familiar.

“Educar a un niño es como sostener en la mano un jabón. Si aprietas mucho sale disparado, si lo sujetas con indecisión se te escurre entre los dedos, una presión suave pero firme lo mantiene sujeto”.


Elaboración: Máster Natalia Calderón Astorga.

Poner límites claros y adecuados a la capacidad del niño




El grado de autocontrol que tienen los niños depende, en gran medida, de la actitud de los padres. El autocontrol como la tolerancia al dolor se educa. Todos hemos oído casos de niño que a muy corta edad han sido operados en tantas ocasiones que cuando sus padres les dicen que van al hospital cogen su osito y no muestran mayor rechazo. Con la capacidad para tolerar frustraciones y para auto controlar las expresiones de agrado o desagrado sucede lo mismo. Un niño puede haber aprendido que cuando papá dice que no, esa decisión es inamovible, pero también puede saber que se le permitirá gritar, protestar y tirarse al suelo para mostrar frustración sin que nadie le pare los pies. El grado de autocontrol y de tolerancia a la frustración está muy relacionado con la capacidad de la familia para hacer respetar su autoridad. La familia tiene más razones para saber que debe poner límites claros y que sean adecuados a lo que el niño puede ofrecer.

Principios básicos para madres y madres que desean educar bien:

1. Nosotros somos los educadores, la escuela o colegio sólo complementan.
2. Educar bien es enseñar a: conocer las propias posibilidades, desear crecer, aceptar nuestras limitaciones y nuestras virtudes de forma sana, es enseñar a vivir.
3. Educar bien es enseñar a adaptarse a todas las situaciones: buenas o malas.
4. Educar no es proporcionar experiencias buenas y asilarle de las malas. Es ayudarle a aprender de ellas.
5. Para educar bien no existen recetas, se aprende de experiencias concretas y luego se generaliza.
6. Educar es una toma de decisiones constante.
7. Nuestras decisiones están muy influidas por cómo hemos sido educados.
8. Ser conscientes de ello ayuda a educar más sensatamente.
9. Educar bien a mi hijo (a), no es compensarle por loo que nosotros no hemos recibido en nuestra niñez. “Los hijos no nacen con tus carencias ni necesidades, no se las crees”.
10. Debo ser consciente de lo que me transmitieron cuando me educaron.
11. Debo educar en el presente con perspectiva de futuro.
12. Una mala actuación ahora se paga con creces en el futuro.
13. No debo angustiarme. Si no puedo, busco ayuda.
14. Para educar bien es necesario tener sentido común.
15. Muchas veces necesitamos una visión objetiva desde fuera.
16. No dudes en pedir orientación educativa aunque el problema parezca pequeño.
17. No existen los superpadres, todo el que te comente que su relación con su hijo es perfecta, puede ser que necesite aparentar o que no quiere ver los problemas.
18. Nada es lo mismo para un hijo que para otro.
19. Educar bien no es buscar las mismas condiciones para todos, sino es dar a cada hijo lo que necesita. Hacerlo así no es ser injusto, ayuda a los hijos a crecer aceptando la individualidad de cada uno.
20. Educando voy a cometer errores.
21. No hay error que no se enmiende.
22. Puedo rectificar sin perder la autoridad.
23. No importa lo que sucedió en el pasado, si hay problemas hay que “tomar la situación de inmediato”.
24. Sé positivo. Dile a tu hijo lo que degusta y pon un límite a lo que no te gusta.
25. Un niño (a) es una antena parabólica constante. Se entera de todo, lo imita todo. El niño aprende más de lo que ve, que de lo que decimos.
26. El mayor deseo del niño es controlar el entorno.
27. En el entorno también estamos nosotros. Controlar nuestras reacciones le fascinará, incluso aunque sea a costa de que nos enfademos con él o ella.
28. El niño necesita libertad conducida.
29. Si nosotros no ponemos límites a su conducta, lo hará él.
30. Nunca debo mentirle. Si le enfrento a aquellas cosas que no le gustan pero que debe aceptar, le preparo para asumir la realidad.
31. Si le miento lo haré un inmaduro (necesitará que le disfracemos las cosas para aceptarlas) y un inseguro (si no puedo confiar en mis padres ¿en quién puedo confiar?
32. Debo explicarle las cosas (casi siempre) y de forma breve.
33. A veces los niños necesitan un “Porque yo lo digo”.
34. Levantar castigos o encubrir los errores sólo es sobreprotección. Las personas sólo aprendemos de nuestros errores si vivimos las consecuencias de los mismos. Formamos hijos inmaduros incapaces de enfrentarse a la frustración.
35. El mayor deseo de un niño es que papá y mamá estén pendientes de él.
36. La atención que le prestamos es nuestra mejor arma. Quién sabe cómo y cuándo prestar atención a su hijo(a) sabe educar.
Todos estos principios se pueden resumir en el siguiente pensamiento:
• Sé que puedes.
• Por eso te enseño y te exijo.
• Y como sé que te cuesta esfuerzo, te lo reconozco.

¿Por qué es necesario poner LÍMITES y establecer REGLAS?

• Los niños necesitan ser guiados por los adultos para que aprendan cómo realizar lo que desean de la manera más adecuada.

• Es fundamental establecer reglas para fortalecer conductas y lograr su crecimiento personal.

• Los límites deben basarse en las necesidades de los niños.

• Lo que se LIMITA es la CONDUCTA, no los sentimientos que la acompañan. A un niño se le puede solicitar que no haga alguna cosa, pero nunca se le puede pedir que no sienta algo o impedirle una emoción o sentimiento.

• Los LÍMITES deben fijarse de manera que no afecten el respeto y la autoestima del niño. Se trata de poner límites sin que el niño se sienta humillado, ridiculizado o ignorado.

• Señale la situación problemática empleando pocas palabras. Los sermones son poco efectivos y alteran a las personas.

• Evite calificar al niño, solamente señale el problema.

• Sea firme, pero tranquilo.


¿Qué podemos hacer?


• Dedique el tiempo suficiente... Si uno está mal para enfrentar el día, si no se lleva bien con otros miembros, si se siente presionado o si tiene temor por el día que se avecina, los niños sentirán esta tensión.

• Cuando no se respetan los LÍMITES, debe traer consecuencias. Las cuales deben ser proporcionales, directas y, en la medida de lo posible inmediatas a la situación que las provoca. Las consecuencias deben ser adecuadas a la situación. Esto es, que guarden una relación natural o lógica con la conducta en cuestión.

• Las REGLAS deben establecerse de común acuerdo entre padres e hijos, deben ser el producto de la discusión y el entendimiento.

• Es más fácil establecer DISCIPLINA cuando la persona responsable de los niños realmente se siente satisfecha de estar a cargo del niño, cuando disfruta al compartir con ellos y cuando es capaz de respetar la necesidad de seguridad de ellos. La disciplina da buenos resultados cuando los adultos son firmes, observadores y afectuosos, nunca si estos se muestran superficiales. La disciplina debe ser firme pero nunca grosera, respetuosa y no hiriente, o sea debe controlar pero nunca lastimar al niño.

• NO queremos que los niños crean que porque deseamos ser sus amigos, ellos podrán hacer lo que deseen. No queremos tampoco que nos tengan miedo. El mundo necesita gente que tenga coraje y que sea original, no gente TIMIDA.

• La DISCIPLINA depende en gran parte de las habilidades y de las conductas de los adultos, como también de la capacidad para combinar el afecto y el control. Esto es difícil, pues exige mucho de nosotros mismos. La buena disciplina no es solamente castigar o lograr que las reglas se cumplan, implica también que nos gusten los niños y que ellos se sientan aceptados y queridos por nosotros. El proveerles de reglas claras y apropiadas es sólo para su protección.

• Nuestra conducta y actitudes afectan la conducta de nuestros hijos. Es posible que los niños se sientan bien, pero empiezan a portarse mal si se les dirige masivamente, o se les grita, en lugar de tratarlos como seres humanos. Los niños imitan la conducta de los adultos y si el adulto es grosero, estos también lo serán.

• La DISCIPLINA no es sólo una palabra, una técnica o un conjunto de reglas. Se requiere combinar el afecto con el control; además el planear y el organizar muy bien el espacio, como también distribuir el tiempo disponible. El manejo de los niños debe ser gentil pero con autoridad, ofreciéndoles siempre dirección y conductas apropiadas para imitar. Los niños necesitan adultos que tengan autocontrol y en quienes ellos puedan confiar.

• Además, debemos recordar que el tono de voz, el uso de las manos, los gestos y las acciones pueden contribuir a controlar problemas. Las palabras del adulto también pueden ayudar al niño a comprender sus sentimientos y los de otros.
“Recuerde el que su hijo (a) estudie o NO lo haga, es una cuestión de REGLAS y de límites, que los padres debemos aprender a manejar”.

Elaboración: Máster Natalia Calderón Astorga.

Manejo de límites




Cuando los papás acuden a consulta, los psicólogos suelen mencinar que "hay que poner límites", y los padres entienden que "hay que aplicar castigos", lo cual no es así. Al decirse que hay que limitar la conducta, se entiende sobre la necesidad de orientarla hacia un contexto adecuado, en un momento correcto, con una intensidad y frecuencia concreta.

Algunas consideraciones importantes sobre este temas son:

* Los límites son necesarios, pues ellos brindan al niño un marco de funcionamiento asertivo; en ausencia de los limites el niño hace lo que el quiere.

* La madre y el padre deben tener claro que son ellos, como adultos, quienes deben tener el control de la situación, pero este no se gana con gritos o golpes, por el contario, se logra con respeto y credibilidad. El control no se impone a la fuerza. Se trata de ser cortés pero firme en la orientación de la conducta.

* Es importante entender que los niños crecen y se hacen adolescentes, razón por la cual los límites se deben ir negociando conforme la persona crece, de acuerdo con su edad y responsabilidad.

* Mantener reglas fijas a lo largo de los años puede generar un distaciamiento importante en la comunicación familiar, dada la frustración del hijo al no tener acceso a algunas cosas.


La independencia viene de la mano de la toma de decisiones con responsabilidad. El objetivo será enseñar a los hijos a tener variedad de respuestas ante las situación para que pueda entonces desenvolverse adecuadamente en su vida.


Autor: Lic. Galo Guerra
Tomado de Hablemos de Niños

lunes, 3 de octubre de 2011

La influencia de Halloween en los niños


Origen:

Aproximadamente trescientos años antes del nacimiento de Cristo, los celtas vivieron en las Islas Británicas, Escandinavia y Europa Occidental. Eran una sociedad como cualquiera de las de hoy, pero sus usos y costumbres fueron controlados por una sociedad de sacerdotes paganos llamada los druidas.

Ellos adoraban y servían a Samhain, dios de la muerte. Cada año, el 31 de octubre, los druidas celebraban la víspera del año nuevo céltico en honor de su dios Samhain.

"Las raíces paganas de la celebración se atribuyen a la celebración celta de «Samhain» del culto a los muertos. Se trata de una tradición anterior a la invasión de los romanos (46 a.c.) en las Islas Británicas, enmarcada en la religión de los druidas en Inglaterra, Francia, Alemania y en los países célticos.

Si bien se sabe poco de estas celebraciones, parece que las festividades del Samhain se celebraban muy posiblemente entre el 5 y el 7 de noviembre (a la mitad del equinoccio de verano y el solsticio de invierno) con una serie de festividades que duraban una semana, finalizando con la fiesta de «los muertos», que daban inicio al año nuevo celta.

En esta fiesta, los druidas, a manera de médiums, se comunicaban con sus antepasados esperando ser guiados en esta vida hacia la inmortalidad. Los druidas creían que en esa noche en particular los espíritus de los muertos regresaban a sus antiguos hogares para visitar a los vivos. Y si los vivos no proveían comida a estos espíritus malignos, toda clase de cosas terribles podrían ocurrirles. Si los espíritus malignos no recibían un festín (treat), entonces ellos harían travesuras malas a los vivos (trick)."


Trick-or-treat, treta o trato (origen del "dulce o travesura"):

Los sacerdotes druidas iban de casa en casa exigiendo alimentos y en algunos casos niños y vírgenes para ofrendar en sacrificio a su dios Samhain en el festival de la muerte, si se los daban se hacía un trato (treat) y se iban en paz. Si la gente de la aldea no daba a los druidas el alimento o persona que exigían, se lanzaba una maldición sobre la casa entera y según ella, alguien de esa familia moriría ese año. Esa era la trampa o treta (trick).


Jack-O-Lantern (la calabaza que simboliza halloween):

Los druidas llevaban con ellos un nabo grande, el cual habían ahuecado en el interior, con una cara tallada en el frente, para representar el espíritu demoníaco del que recibían su poder y conocimiento, mismo que se encargaría de ejecutar toda maldición e iluminar su camino. Este espíritu se llama "espíritu familiar". El nabo, encendido por una vela dentro, era una linterna para los druidas por la noche. Ellos llamaron "Jock" al espíritu de la linterna. Cuando estas prácticas llegaron a Norteamérica en los siglos 18 y 19, los colonizadores hallaron que los nabos no eran tan grandes, así que los substituyeron por calabazas. Desde entonces a esta figura tan representativa del Halloween se le llamó "Jock, el que vive en la linterna" y después vino a ser "Jack-O-Lantern" o Linterna de Jack.


¿Qué significa Halloween? ¿Qué hay detrás de estas fiestas?

Una de las artimañas de Satanás es disfrazar las cosas más nocivas de cosas que aparentemente son inofensivas. Hay cosas que cuando los seres humanos las hacemos, nos afectan, no solamente física, sino también espiritualmente. Muchos han transado con cositas pequeñas en pos de obtener lo que se ha bautizado con el nombre de "tradición", "entretenimiento" o "fiestas", etc. Pero… ¿qué hay detrás de ciertas celebraciones que el hombre contemporáneo encuentra en su calendario?

En en libro de Cantares, dice: "Las zorras pequeñas son las que echan a perder la viña" Cantares 2:15. Si nosotros comprometemos nuestras creencias en pos de celebrar una fiesta cuya procedencia es altamente cuestionable, una fiesta durante cuyo transcurso hay asesinatos, ritos satánicos, brujería, etc,… ¿No estamos acaso permitiendo que sean las "pequeñas zorras" las que echen a perder la viña?


Halloween es oficialmente la festividad de los satanistas, ocultistas, espiritistas y adoradores de Satanás. Y pese al escepticismo de muchos, es algo netamente real. Para ellos significa el inicio de un nuevo año para el ejercicio de la brujería. Como se explicaba antes, los rituales generalmente terminaban en perversiones heterosexuales, prácticas hechiceras y sacrificios de niños, de los cuales, bebían su sangre y comían sus carnes para obtener más poder diabólico en sus hechicerías y brujerías.


Disfrases de Halloween: Tienen su origen en los chamanes o brujos.
Los brujos o chamanes se metían dentro de pieles de animales para tratar de reencarnar en ese animal y manifestarse a través de estos la vida que habían perdido. Cambiaban su personalidad al ponerse la máscara y poder comunicarse con el mundo de los espíritus el disfraz puede absorber el poder del animal o persona representada en la máscara o disfraz, este poseía a la persona, osea que cuando un niño se disfraza, es poseído inmediatamente por un espíritu, dependiendo de que se hayan disfrazado.



Otras actividades que se práctica en Halloween:

1. Guija: muchos niños y jóvenes por ignorancia usan este juego para intentar entrar en contacto con espíritus y que alguno le conteste sus preguntas, no es ningún pasatiempo inocente, sino que esto puede llevarlos a enfrentar consecuencias como enfermedades mentales y posesiones demoniacas.

2. Vudú: los brujos toman un muñeco y con este hacen rituales a otras personas.

3. Gatos negros: usan gatos negros, niños, mujeres vírgenes, para hacer sacrificios

4. Sacrificios: es una ofrende humana a un dios, en señal de homenaje, en estas fechas se usa dar ofrendas vivas ya sea animales, bebés, o mujeres vírgenes.


CONSECUENCIAS DE ESTA CELEBRACIÓN

Todo lo relacionado con el día de las brujas está relacionado con el mundo escondido, oscuridad, muerte y temor en una forma.

Las consecuencias físicas que representa el Halloween para los niños se pueden discernir fácilmente, sin embargo, los daños físicos no se comparan con los daños espirituales.

La más grande consecuencia que participar de esta celebración puede tener, es la exposición a espíritus, los cuales están listos para poseer a los niños y cualquier persona que practique o sea parte de esta “fiesta”.

Estas prácticas paganas son condenadas por la palabra de Dios:

- La brujería y la hechicería eran castigadas con la muerte. Éxodo 22:18.
- El comunicarse con los espíritus bloquea nuestra comunión con el Señor. Levitico 20:6.
- Todos los que acudieron a los mediums fueron descartados del pueblo. Levitico 20:6.
- Es una obra de la carne. Gálatas 5:21.


Halloween: Dios nos ordena que no nos contaminemos con estas prácticas propias de gentes paganas; Él aborrece que sus hijos participen de fiestas que no glorifican su nombre, y en el Halloween en ningún momento se hace énfasis en algo positivo, sólo se glorifica a la muerte y todo símbolo de tipo satánico.

Día de Los Muertos: Dios establece que el hombre muere una vez y después de esto viene el juicio.
Cuando se celebra el día de los muertos, realmente no es para esos seres queridos que han muerto, sino para el "dios de la muerte" y Dios dice que Él ya venció a la muerte por la resurrección de su Hijo Jesucristo.


¿Cómo puede afectar esta celebración?

Espiritualmente, la práctica de Halloween es una invocación demoníaca, y una celebración satánica de alto nivel. Los niños son los más afectados; en unos por la sensibilidad de sus almas se vuelven temerosos e inseguros, no pueden dormir porque sufren pesadillas y experiencias negativas por las noches. Los niños mayores se vuelven rebeldes, agresivos, y violentos.

Al ser participantes de esta festividad se atraen influencias espirituales de maldad y se impide que DIOS habite en sus corazones, por la contaminación de sus almas y cuerpos.

La celebración introduce a los niños a involucrase en ritos que en el mejor de los casos no son cristianos y que en definitiva no le dan la gloria a Dios. Cuando a los niños se les enseña que está bien jugar con la oscuridad, con esqueletos, máscaras tenebrosas, gatos negros, sangre, brujería, adivinación, etc., también se le introduce al virtual envolvimiento con ritos cultistas en el futuro.



¿Qué podemos hacer?

1. Explique a los niños el fondo histórico y espiritual de la festividad de Halloween, que los niños puedan tomar sus propias desiciones.

2. No deje que sus hijos hagan tareas escolares con ninguna fiesta pagana.

3. No regale dulces a los niños que lleguen a su puerta; compártales tratados con información de esta "fiesta".

4. Ocupe sus tiempo en la Oración de Intercesión por las almas de los niños que por ignorancia se contaminan sus almas.

5. Cubra sus hijos y su casa con la sangre de Cristo.


¿Cuál es la responsabilidad de todo creyente?

Como padre creyente, usted tiene la responsabilidad de no permitir a sus niños que sean expuestos a una celebración, que si bien tiene la primera intención de honrar a los muertos, es también usada por grupos paganos para celebrar sus ritos satánicos. Lo que puede parecer a sus niños como juegos inofensivos pueden convertirse en grandes casos de trasferencias de espíritus que estoy seguro usted no desea que su hijo traiga a su casa.

Esa noche hay más espíritus inmundos en los aires que ningún otro día del calendario, no permitamos que nuestros niños se contaminen.


Licda. Sandra Castro Castillo
Pastora de Niños
Ministerio Bendición para las Naciones

ninos@bendicionparalasnaciones.org