martes, 13 de noviembre de 2012

Permitiendo que Dios Sane Corazones Rotos


Las Madres y los Padres solteros deben estar consientes de la carga que los niños llevan como resultado de la pérdida o negligencia de un padre o madre.

Melodie Claire Miller

Traducido por Lucrecia Bolaños para Enfoque a la Familia. Editado por Guiselle Jiménez

El dolor de la separación y el divorcio puede ser abrumador para aquellos que quedan

atrás recogiendo las piezas de una familia rota. Desafortunadamente, mis hijos estaban pequeños cuando su padre abandonó el hogar y tuvieron que lidiar con sentimientos de rechazo y abandono.

Las primeras semanas fueron brutales. Reconfortar a los niños aunado a lidiar con mi corazón roto fue agotador. Tuve que sostener en brazos a mi hija Emelia de 3 años, y a mi hijo Elías de 2 años, por horas, mientras lloraban.

Elías estaba muy triste por la ausencia de su padre, pero no podía expresar verbalmente sus sentimientos. A media noche podía despertarse gritando. También surgían momentos en los que Elías vagaba alrededor del cuarto llorando, sin saber que hacer por sí mismo, hasta que colapsaba rendido en el piso. Minutos después, se ponía de pie desesperado para iniciar con el mismo patrón.

A veces lo abrazaba con un gran abrazo de oso. Otras me sentaba en el piso y lo mecía con lágrimas en la cara. Le decía: “Mamá está aquí. Te tengo. Te quiero. No llores más bebé. Elías por favor para. Estás bien. Estás a salvo. Mamá está aquí.” Para silenciarlo, le empecé a cantar a mi hijo. “Dios me quiere, así es, la Biblia me lo dice”. Finalmente, le imploraba a Dios, rogando que reconfortara el alma de Elías con la paz que solo Jesús puede dar.

Proverbios 31:8 nos dice, " Levanta la voz por los que no tienen voz; ¡defiende a los indefensos!" Por lo tanto, yo intercedía por mis hijos, que tenían su corazón roto y le pedía al Señor que los protegiera de los pecados de su padre.

El sollozo de Elías duró muchas noches. Continué abrazándolo, meciéndolo, cantándole himnos y rezando hasta que se durmiera. Su angustia fue disminuyendo poco a poco. Finalmente, durmió bien durante toda la noche.

Aprendí valiosas lecciones acerca de Dios a través de esos momentos difíciles. Comprendí que Dios es: Mi Confortador: Al principio del doloroso camino, me negué a pedirle apoyo a Jesús. Me involucré tanto en intentar averiguar qué estaba pasando y arreglar las cosas por mí misma, que al final lo que hice fue agregar más peso de lo que podía manejar.

Cristo dijo: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar. Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso. Porque el yugo que les pongo y la carga que les doy a llevar son ligeros. " (Mateo 11:28-30).

Dios se preocupa profundamente y conoce mis aflicciones. Dios ve mi trabajo, y conoce la angustia de mi alma (Salmo 31:7). Cuando compartí mi dolor por el corazón roto de mi hijo, mi Padre celestial sintió mi pena. Necesito recordar subirme en los regazos de mi Padre cuando me siento impotentemente sola. Él anhela amarme consolarme en medio de mi sufrimiento.

Mi Intercesor. Llevo una vívida imagen en mi mente de Dios mirándome cómo yo trataba de ayudar a mi pequeño hijo sin pedirle fuerza y guía a Él. Romanos 8:26-27 dice, " De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Porque no sabemos orar como es debido, pero el Espíritu mismo ruega a Dios por nosotros, con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe qué es lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega, conforme a la voluntad de Dios."

Mi Todo en Todo. Cuando llamé a Jesús, él se asoció conmigo en el cuidado de mis hijos. No podía haber continuado sin Él. Aprendí que Dios no es solo mi Padre, pero Él también es mi Esposo y el Padre de mis hijos. Él me demostró que yo no era una madre soltera, que no estaba sola. El Señor estaba caminando cada paso a mi lado a través de valles profundos y lugares solitarios.

Los niños sufren de innumerables maneras cuando un padre o una madre faltan en el hogar. De repente y equívocamente son privados del afecto físico y seguridad emocional, aspectos esenciales para su desarrollo. Madres y padres solteros necesitan estar conscientes de la carga que llevan sus hijos como resultado de la pérdida o abandono de un padre.

Si estamos muy atrapados en nuestra soledad y dolor, fallamos en ver el dolor de ellos. Las consecuencias pueden ser graves si no ayudamos a nuestros hijos a entregar sus cargas a Dios. Por lo tanto debemos hacer lo siguiente:

Satisfacer sus necesidades. Tenemos que permanecer en Cristo todos los días para que Él pueda amar y cuidar de ellos a través de nosotros. Cuando nos preocupamos por nuestros hijos, también ministramos el corazón de Dios.

Enseñarles. Debemos demostrar y enseñar a nuestros hijos a confiar en Dios y rezar para que ellos también puedan llevar sus cargas a los pies de Jesús, que dijo: " No los voy a dejar huérfanos; volveré para estar con ustedes." (Juan 14:18). Durante este tiempo, enseñé a mis hijos sobre las promesas especiales de Dios, y fue un gran alivio para ellos. Ellos saben que É les su Padre que los escucha y siempre está disponible para hablarle.

Permitirle a Dios trabajar. Él fielmente sanará nuestras heridas y renovará nuestra esperanza, si confiamos en Él para satisfacer nuestras necesidades más profundas. Con Él, el quebrantamiento se convierte en bendición. Y las heridas de una familia se curan a través de Jesucristo.
tomado de: https://www.facebook.com/pages/Bits-de-lectura-e-inteligencia/315224105155519?ref=ts&fref=ts
A tu Hijo o hija:

"Enséñale a caminar y no reproches cuando tropiece para aprender o cuando elija caminos que no coincidan con los tuyos. 

Enséñale a hablar y luego no lo reprendas cuando deje de repetir tus palabras para pronunciar las suyas. 

Enséñale a pensar y no lo condenes cuando lo que piense no coincida con lo que piensas tu. 

Enséñale a amar y no te interpongas en su camino cuando el decida donde poner su corazón. 

Enséñale a ser libre y no pretendas cortarle las alas cuando el ensaye su propio camino......"


tomado de: https://www.facebook.com/pages/Bits-de-lectura-e-inteligencia/315224105155519?ref=ts&fref=ts

martes, 30 de octubre de 2012

Como se comunican los bebés?


En todo el mundo los niños aprenden a hablar sin instrucciones precisas.  La primera palabra.  Ese momento mágico,  casi nunca pensamos por qué este momento es tan mágico?   Consideremos lo que está detrás de la elaboración de la primera palabra.  Dentro del proceso de desarrollo del lenguaje infantil,  la pronunciación  del "ta-ta", "da-da" o "ga-ga", que el bebe repite para alegría de sus padres incluso sin que nadie les enseñe cómo hacerlo, representa la manifestación de las raíces del desarrollo del lenguaje en los humanos.

“El lenguaje es un aprendizaje natural, que aparece gracias a
aptitudes específicas y se desarrolla con la interrelación social. La comunicación por medio del lenguaje es la mayor proeza de la especie humana”.
 
El niño (a)  tiene que  destacar la palabra “pa pa” en medio de toda el habla que escucha diariamente; también debe distinguir en dónde empiezan y terminan los vocablos de las cascadas de palabras que derraman sobre él.   El problema del niño en este momento es similar,  a lo que sucede cuando un adulto viaja a otro país y no habla el respectivo idioma,  pues reconocer frases en los torrentes de oraciones que le llegan por todos lados parece inútil.    Las palabras que oye un turista no tienen comas ni están separadas por espacios; de hecho, pareciera que la gente habla con rapidez excesiva.   Con  toda esta situación, un niño aproximadamente de 11 meses resuelve este problema y encuentra la palabra papá y muchas otras.

Discernir papá es sólo una parte de la solución, el segundo obstáculo al que el niño se enfrenta es resolver que significa papá?  Por último el niño tiene que hallar el modo preciso de acomodar sus órganos articulatorios para pronunciar esa palabra.  Saber utilizar la boca es como tocar un instrumento complejo: si uno no toca el lugar preciso,  pronuncia una palabra totalmente diferente.   Por tanto para un niño el lenguaje  es como un trabalenguas, y antes de que articule esa primera palabra debe tener múltiples logros que le van preparando el terreno para lograrlo.

¿Cómo es la comunicación del recién nacido?

El aprendizaje fetal integra los cimientos de lo que los bebés hacen como recién nacidos.    Así que los bebés pueden oír,  cuando el bebé nace no solo oye, sino también llora y llora.  La naturaleza los ha dotado con el llanto,  potente herramienta para atraer la atención.    La cantidad de llanto aumenta hasta que el bebé tiene  aproximadamente dos meses y luego disminuye (sirena biológica).

La naturaleza es maravillosa: los bebés lloran cuando se sienten incómodos y nosotros nos sentimos mal al escuchar el llanto, por lo que no es de sorprender que los padres intentarán cualquier cosa por conseguir que el  bebé deje de llorar.   El llanto no es un lenguaje, pero es una de las primeras formas que nos ayudan a interpretar los sentimientos y necesidades del bebé, por lo que el llanto junto con la sonrisa, comienzan el diálogo entre los padres y los bebés, un diálogo que se irá refinando y enriqueciendo conforme se desarrolla el lenguaje. 

El silencio no es oro
.  No hace mucho tiempo que los especialistas del cuidado infantil recomendaban que se conservara al bebé en ambientes silenciosos.    Ahora se recomienda a los padres  y  madres  que  conversen con ellos, que los toquen,  que los abracen tiernamente, con el fin de que obtengan suficiente estimulación táctil.   Ya que con esa estimulación natural ellos florecen.

Evolución de la adquisición del lenguaje en el bebé.

  • Comunicación Prelinguística.
El niño, desde muy temprano, presenta una gran atención al habla, especialmente a la de su madre comunicándose con ella por ejemplo al voltear la cabeza cuando escucha su voz. La primera acción comunicativa del niño es el llanto, lo que a su vez incentivará a los padres a realizar alguna conducta. A las 6 semanas el niño sonríe, a las 12 semanas sonríe cuando le hablan y producen sonidos de carácter vocal. A las 20 semanas sus sonidos son entremezclando consonantes.
A los 6 meses aparece el balbuceo y a los 8 se hacen más frecuentes las repeticiones y hay estructuras de entonación que pueden indicar emociones. A los 10 meses emite sonidos de juego como los gorgoritos y realiza imitaciones de sonido. Al descubrir nuevos sonidos, los repite “laleo o balbuceo”.   Emite cadenas de sílabas.  El balbuceo es como armar un rompecabezas, cerca de los 8 meses se da el balbuceo diferenciado donde se empiezan a utilizar distintas sílabas ensartadas unas con otras.
  • Pre-lenguaje.
El niño emite sus primeras palabras al final del primer año, primero refiriéndose a objetos y personas y luego a descripciones del ambiente. Estas primeras palabras contienen pocos elementos fonéticos porque en general se refieren a categorías muy amplias en cuanto a objetos y acciones.
 
Etapa 1.

Comienza a los 18 meses aproximadamente, se empiezan a formar frases que tienen generalmente dos palabras pudiendo llegar a siete. El lenguaje telegráfico es que las frases imitadas por el niño sufren un proceso de reducción característico. 
 
Etapa II.

El niño tiene un vocabulario de más de 50 palabras y utiliza elementos que modifican el significado de las palabras, dando pluralidad y tiempo, y estableciendo relaciones entre otros elementos. El niño, en esta etapa busca patrones en el lenguaje.
  • Es recomendable:
Imitar los balbuceos y gorgoteos que emite el niño sólo en los primeros meses; colocar sus manos sobre nuestros labios entre seis y doce meses; y repetirle las vocales exagerando la pronunciación.

Cuando en la familia existe un ambiente estimulante y educativo que favorece el desarrollo lingüístico del niño estamos contribuyendo a proporcionarle un instrumento que le facilitará la adaptación social y su desarrollo personal. En general, todos los niños requieren cierto grado de estimulación dentro del hogar para que el aprendizaje del lenguaje se realice. 

En el caso del lenguaje, la imitación produce un doble efecto positivo en el niño.  Por un lado se oye hablar a sí mismo, lo cual lo ayuda a controlar sus emisiones y, por otro, escucha al adulto, que lo motiva a ajustar las palabras a un modelo que le permitirá corregir y mejorar su lenguaje poco a poco.   De aquí la conveniencia de hablar a  los niños con claridad, sin ceder demasiadas veces a la tentación de imitarlos, ya que si los pequeños escuchan continuamente un modelo erróneo igual al que ellos producen puede retrasarse la adquisición de un lenguaje correcto.  Ocurre lo mismo si tomamos sus defectos como una gracia, pues vamos a favorecer la tendencia en el niño o niña a repetirlo igual y a reforzarle de este modo una pronunciación defectuosa.

No es conveniente tampoco el uso continuado de diminutivos, el niño de corta edad tiende a omitir la primera parte de la palabra, por lo que puede llegar a hablar con una serie de “itos” que evidentemente dificultarán la comunicación.  Las designaciones abreviadas y las onomatopeyas (guau – guau por perro) utilizadas como medio de nombrar objetos producen el mismo efecto, además de entorpecer el aprendizaje correcto de las palabras.

tomado de: http://www.elabcdelospadres.com/articulos/articulo4.html
Escrito por Nathalia Calderon Astorga

miércoles, 3 de octubre de 2012

Sólo dile “No” a la tentación

"Pero, en cuanto al fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: 'No coman de e ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal'" (Génesis 3:3-5 - NVI).

Mmmm…estas galletitas se ven muy bien. Estoy tentado a comerme una ahora mismo. Tentación… Es una palabra difícil ¿no? ¿Qué significa? Tentación es el deseo de hacer o tener algo que sabes que no es correcto. El comer una galleta no es pecado, pero podría ser inadecuado en algunos momentos. Déjame contarte una historia que puede ayudarte a ver cómo el comer una galleta puede ser incorrecto.
Un dia Jorge fue a la cocina justo cuando su mamá ponía la última tanda de galletas recién horneadas en un plato. “¡Que bueno! ¡Galletas con pedacitos de chocolate (“chocolate chip cookies”)!, dijo Jorge mientras alcanzaba una galleta.
¡Deja la galleta donde estaba!, dijo la mamá de Jorge. “Serviremos la cena dentro de poco y la merienda te va a quitar el apetito. Puedes comer galletas después de la cena.
“Está bien,” dijo Jorge al devolver la galleta al plato. “Voy a jugar con Roberto.”
Jorge y Roberto jugaron por un rato, pero después entraron a la casa a tomar agua. Las galletas estaban en la mesa todavía. “¡Mira”, dijo Roberto, “galletitas con pedacitos de chocolate! Comámonos una.”
“Mi mamá me dijo que no comiera galletas porque me quitaría el apetito.”
“Ayyy, chico,” suplicó Roberto, “una galletita no te va a quitar el apetito.”
“Bueno, creo que no me hará daño el comerme sólo una,” dijo Jorge estando de acuerdo con Roberto. Justo cuando terminaron, Susana, la hermana de Jorge, entró a la cocina. “Mami hizo galletas y están bien sabrosas. ¿Quieres una?” Así que todos comieron una galleta.
Esa noche en la cena Jorge no tenía mucha hambre. Su mamá notó que no estaba comiendo. “No estás comiendo. ¿Te pasa algo?”, preguntó su mamá.

“No, no tengo mucha hambre,” dijo Jorge.

“Me desobedeciste y comiste galletas antes de la cena, ¿no es así?”

“Sí, pero Roberto dijo que no me quitaría el apetito si nos comíamos una… o dos,” indicó Jorge tímidamente.

“Estoy muy decepcionada,” dijo la mamá. “porque me desobedeciste, no podrás salir con tu amigos el sábado. Te quedarás en casa y me ayudarás a limpiarla.”

¿Te suena familiar esta historia? Debía, porque es muy parecida a la historia de Adán y Eva que está en Génesis, el primer libro de la Biblia. Dios le dio a Adán y a Eva un bello hogar en el Jardín del Edén. Tenían todo lo que necesitaban, pero Dios esperaba que le obedecieran. Les dijo que podían comer del fruto de los árboles del jardín, pero también les dijo: "No coman de ese árbol, ni lo toquen; de lo contrario, morirán."

Entonces llegó el diablo. “¡No es cierto, no van a morir!,” le dijo a Eva. “Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal.” Así que Eva comió la fruta y le dio a Adán. Cuando Dios le preguntó si habían comido del árbol, ellos comenzaron a jugar el juego de “echarle la culpa a otro.” Adán culpó a Eva y Eva culpó a Satanás, pero aún así Dios los castigó por el mal que habían cometido. Dios les hizo salir del jardín.

¿Sabes que el diablo tentó aún a Jesús para que hiciera cosas que no debía? Pues así fué. Jesús le contestó con la Escritura. Esa es una buena manera de derrotar a Satanás ¿no es así? Lee la Biblia y cuando el diablo se acerque de tí, sólo dile “No” a la tentación.

Padre, deseamos ser como Jesús. Ayúdanos a decir, “No” a Satanás cuando nos tiente a hacer lo malo. Amén.


tomado de: http://sermons4kids.com/just_say_no_esp.htm