jueves, 23 de febrero de 2012

Trastornos de conducta



"¿Cómo se manifiestan?" Los trastornos de conducta en los jóvenes constituyen un grupo complicado de problemas emocionales y del comportamiento. Los niños y adolescentes que sufren estos trastornos tienen mucha dificultad en seguir las reglas y en comportarse de manera socialmente aceptable.


Otros niños, adultos e instituciones sociales los consideran "malos" o delincuentes en lugar de considerarlos con un problema de salud mental.

Los niños y adolescentes con trastornos de conducta pueden manifestar algunos de los siguientes problemas del comportamiento:

Agresión hacia las personas y los animales:
• acosa, intimida o amenaza a los demás,
• a menudo inicia peleas físicas,
• ha usado un arma que puede causar daño físico serio a otros (por ejemplo: palos, ladrillos, botellas rotas, cuchillos o revólveres),
• es físicamente cruel con las personas o animales,
• roba a sus víctimas mientras las confronta (asalto),
• obliga a otro a llevar a cabo una actividad sexual.


Destrucción de la propiedad:
• deliberadamente prende fuegos con la intención de causar daño,
• deliberadamente destruye la propiedad de otros.


Engaños, mentiras o robos:
• fuerza la entrada en el edificio, casa o automóvil de otros,
• miente para que le den las cosas, para obtener favores o para evitar las obligaciones,
• roba artículos sin confrontar a la víctima (por ejemplo, roba en las tiendas, pero sin forzar su entrada para robar).


Violación seria a las reglas:
• se queda la noche fuera de la casa aún pese a la objeción de sus padres,
• se escapa de la casa,
• deja de asistir a la escuela cuando le parece.


Los niños que muestran estos comportamientos deben recibir una evaluación por parte de un profesional de la salud mental. Muchos niños que exhiben problemas de conducta pueden tener otros trastornos tales como trastornos de estado de ánimo, ansiedad, estrés postraumático, abuso de substancias, trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), problemas con el aprendizaje, los cuales también pueden ser tratados.

"¿Cómo se tratan los trastornos de conducta?"

Las investigaciones demuestran que los jóvenes con trastornos de conducta tendrán problemas si ellos y sus familias no reciben tratamiento a tiempo. Sin el tratamiento, muchos de estos jóvenes con trastornos de conducta no lograrán adaptarse a las demandas que conlleva el ser adulto y continuarán teniendo problemas en sus relaciones sociales y manteniendo un empleo. A menudo contravienen la ley o se comportan de manera antisocial.

Muchos factores pueden contribuir al desarrollo de los trastornos de conducta en el niño, incluyendo lesiones en el cerebro, el haber sufrido abuso, vulnerabilidad genética, el fracaso escolar y las experiencias traumáticas de la vida.

El tratamiento de los niños con trastornos de conducta puede ser complejo y retador. El tratamiento se puede proveer en una variedad de escenarios dependiendo de la severidad de los comportamientos.

Además del reto que ofrece el tratamiento, se encuentran la falta de cooperación del niño y el miedo y la falta de confianza de los adultos. Para poder diseñar un plan integral de tratamiento, el psiquiatra de niños y adolescentes puede utilizar la información del niño, la familia, los maestros y de otros especialistas médicos para entender sus causas.

La terapia de comportamiento y la psicoterapia generalmente son necesarias para ayudar al niño a expresar y controlar su ira de manera apropiada. La educación especial puede ser necesaria para los jóvenes con problemas de aprendizaje. Los padres frecuentemente necesitan asistencia de los expertos para diseñar y llevar a cabo programas educativos en casa y en la escuela. El tratamiento puede también incluir medicamentos para algunos jóvenes, como aquéllos que tienen dificultad prestando atención, problemas con los impulsos o aquéllos que sufren de una depresión.

El tratamiento raras veces es corto ya que toma mucho tiempo establecer nuevas actitudes y patrones de comportamiento. Sin embargo, el tratamiento a tiempo ofrece una oportunidad para considerable mejoría en el presente y una esperanza de éxito en el futuro.

Tomado de: http://www.baobabparents.com/padres/articulo

Mantener la autoridad como padres



"El cambio de autoridad de padres a hijos: El Síndrome del Emperador o El Pequeño Dictador"

Uno de los papeles de los padres es ayudar a su hijo a crecer, no solo alimentándolo y cuidando su salud física, sino ayudándolo a aprender y a entender las normas sociales necesarias para interaccionar y adecuarse al colegio o con sus amigos. Para ello los padres deben asumir un rango de autoridad frente a sus hijos y obtener su respeto. De lo contrario, si asumen un papel de amigos o iguales, el niño deja de aprender un amplio número de normas sociales que le permitirán convivir con el resto de la sociedad.


Muchos padres, inseguros, y temerosos de ser demasiado rígidos con sus hijos mayores, adoptan estilos educativos blandos y permisivos. Estos padres no se imponen ante sus hijos, no se niegan ante las demandas inadecuadas de sus hijos, ofreciéndoles todo aquello que los hijos piden. Esto hace que los niños cada vez pidan más y no se conformen nunca con lo que tienen, faltan límites, a la vez que dejan de aprender resolución de conflictos.


Esta falta de normas rígidas hace que muchos niños asuman el rol de autoridad. Son niños que pese a estar en edad escolar se comportan como manipuladores, que mediante la agresividad verbal o física, a través de pataletas, chantajes emocionales, etc. imponen sus propias normas.


Ante esta situación se produce un descontrol y se inicia una lucha de poder.
Si unimos este permisivismo a un temperamento difícil puede surgir el denominado Síndrome del Emperador, niños egocéntricos que solo piensan en su propios interés, no toleran la frustración, reaccionan con agresividad, a menudo no tienen remordimientos por sus actos, son desobedientes y maleducados e insultan e, incluso, pegan a sus padres como si de algo natural se tratase. Sólo un 10% de estos niños tiene un trastorno que justifica su conducta.


Es el deber de los padres educar a sus hijos en edad escolar y marcar los límites. Deben actuar con asertividad, siendo capaces de decir que "no" y no sentirse culpables por ello, eso no hace daño al hijo, sino que se lo educa y se lo prepara para tolerar la frustración, puesto que en la vida se enfrentará a múltiples situaciones en que tendrán que aceptar el rechazo.


Tomado de: http://www.baobabparents.com/padres/articulo

lunes, 23 de enero de 2012

Los Niños y el Elogio



"El elogio es una herramienta muy efectiva para motivar y crear un profundo sentido de autoestima, la cual es la cualidad más importante y delicada que un ser humano pueda poseer"
El niño debe desarrollar un sentido interno de confianza y valorarse como persona.

Al elogiar su conducta, usted lo ayuda a reconocer lo valioso e importante que es por el simple hecho de ser él mismo. El elogio es una herramienta muy efectiva para motivar y crear un profundo sentido de autoestima, la cual es la cualidad más importante y delicada que un ser humano pueda poseer.

Una manera fabulosa de aumentar la autoestima de su hijo es mediante el sueño. Ante todo, se debe establecer una hora formal de ir a la cama, un momento en el cual el nivel de energía y los niveles de resistencia se reduzcan y lleguen a la calma. La hora de dormir es probablemente la más importante del día de su niño. Puede comenzar con un baño como inicio del ritual. Después vendría la hora del cuento en la que el niño le lee una historia (si el niño es muy pequeño, le puede contar una historia por él inventada utilizando un libro como guía), luego usted puede leerle un cuento.

Es importante familiarizar al niño con la lectura lo más pronto posible puesto que la lectura y la autoestima van de la mano. La lectura es una ventaja vital y esencial para el bienestar psicológico de su hijo y para que este pueda desarrollar un concepto de su propio ser. Quizás, cuando los dos hayan leído, puedan tenderse en la cama abrazándose y acariciándose y puedan hablar de las cosas que pasaron en el día, bríndele seguridad, cántele canciones, métalo en la cama con muchos besos y abrazos. Después de unos 10-15 minutos de que se haya quedado dormido, regrese a él y siéntese a su lado. Susurre al oído mensajes tranquilizantes. Por ejemplo, "Pedro, aquí esta mami.

Quiero que sepas lo mucho que te quiero, eres un niño bueno y feliz. Me haces sentir muy contenta cuando te comes toda la comida, no peleas con tu hermana yverte reír..." Para este momento ya él habrá absorbido el mensaje, esto lo ayudará a dormir tranquilamente. La comunicación puede aumentar en gran medida la autoestima de su hijo. Elógielo por sus logros o simplemente por ser él mismo.

El elogio enseña a su hijo a ser positivo y a centrarse en lo bueno de su vida.

El niños y la televisión



"Mientras la televisión puede entretener, informar y acompañar a los niños, también puede influenciarlos de manera indeseable."

El mirar televisión es uno de los pasatiempos más importantes y de mayor influencia en la vida de niños y adolescentes. Los niños en los Estados Unidos miran la televisión durante un promedio de tres a cuatro horas al día. Para el momento en que se gradúan de la escuela secundaria habrán pasado más tiempo mirando televisión que en clase. Mientras la televisión puede entretener, informar y acompañar a los niños, también puede influenciarlos de manera indeseable.

El tiempo que se pasa frente al televisor es tiempo que se le resta a actividades importantes, tales como la lectura, el trabajo escolar, el juego, la interacción con la familia y el desarrollo social. Los niños también pueden aprender cosas en la televisión que son inapropiadas o incorrectas. Muchas veces no saben diferenciar entre la fantasía presentada en la televisión y la realidad. Están bajo la influencia de miles de anuncios comerciales que ven al año, muchos de los cuales son de bebidas alcohólicas, comidas malsanas (caramelos y cereales cubiertos de azúcar), comidas de preparación rápida y juguetes.
Los niños que miran demasiada televisión están en mayor riesgo de: Sacar malas notas en la escuela. Leer menos libros. Hacer menos ejercicio. Estar en sobrepeso. La violencia, la sexualidad, los estereotipos de raza y de género y el abuso de drogas y alcohol son temas comunes en los programas de televisión. Los jóvenes impresionables pueden asumir que lo que se ve en televisión es lo normal, es seguro y es aceptable. Por consecuencia, la televisión también expone a los niños a tipos de comportamiento y acititudes que pueden ser abrumadores y difíciles de comprender.

Los padres pueden ayudar a sus hijos a tener experiencias positivas con la televisión. Los padres deben de:
1. Mirar los programas con los hijos.
2. Escoger programas apropiados para el nivel de desarrollo del niño.
3. Poner límites a la cantidad de tiempo que pasan ante la televisión (a diario y por semana).
4. Apagar la televisión durante la horas de las comidas y del tiempo de estudio.
5. Apagar los programas que no les parezcan apropiados para su niño.
Además, los padres pueden hacer lo siguiente: no permitir a los niños mirar televisión por horas de corrido, al contrario, deben de seleccionar programas específicos para los niños. Seleccionen programas que sean adecuados para el nivel de desarrollo de su niño. Los programas de niños en la televisión pública son apropiados, pero las novelas, las comedias para adultos y los programas de conversación de adultos no lo son. Establezcan ciertos períodos cuando el televisor esté apagado. Las horas de estudio deben dedicarse al aprendizaje, no son para sentarse frente a la televisión mientras tratan de hacer la tarea. Las horas de las comidas son tiempo para conversar con otros miembros de la familia y no para mirar la televisión.

Estimule discusiones con sus hijos sobre lo que están viendo cuando están mirando un programa juntos. Señale el comportamiento positivo como la cooperación, la amistad y el interés por otros. Mientras están mirando, hágale conexiones con la historia, libros, lugares de interés y eventos personales. Hableles de sus valores personales y familiares y cómo se relacionan con lo que están viendo en el programa. Pidale a los niños que comparen lo que están viendo con eventos reales. Dejeles saber las verdaderas consecuencias de la violencia. Discuta con ellos el papel de la publicidad y su influencia en lo que se compra. Estimule a su niño para que se envuelva en pasatiempos, deportes y con amigos de su misma edad. Con la orientación apropiada, su hijo puede aprender a usar la televisión de una manera saludable y positiva.